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IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 21 de noviembre 2021, 01:00
Juan Espino, El Guapo, está de vuelta. Después de haber superado una epicondilitis, lesión específica que afecta a los codos, el luchador canario más universal de la historia tiene las maletas preparadas para viajar en unos días a Las Vegas y comenzar su preparación con vistas a 2022. Una nueva aparición en la UFC, la pasarela de artes marciales mixtas más prestigiosa del planeta, justifica su traslado al centro que posee la franquicia en la capital del sur de Nevada. «Será en el primer trimestre del año, falta por concretar la fecha, y ante un rival que está entre los quince mejores», avanza Espino, «muy ilusionado» con el reto que afronta, el de dar un nuevo salto cualitativo en su carrera. «Hasta que no vea mi nombre en el Top-10 no voy a parar y espero que eso llegue en unos meses», insiste, tan optimista como responsabilizado con la exigencia que se autoimpone. Para esa misión, el triunfo en su próxima pelea es innegociable.
En Las Vegas, disfrutará de unas condiciones para sus rutinas de auténtico privilegio, al tener a su disposición al equipo médico que compone la delegación olímpica de los Estados Unidos y que, en ausencia de competiciones internacionales, tiene establecida allí su base, lo que le garantiza una cobertura sanitaria. Tras esa primera fase de acondicionamiento físico, pondrá rumbo a Miami para ejecutar entrenamientos «más enfocados a la parte técnica y estratégica».
«En Navidad regresaré unos días para estar con la familia. Pero me espera un mes de intensidad total y en el que tendré cuerpo y alma puestos en prepararme lo mejor posible y alcanzar mi estado de forma óptimo. Será un gran sacrificio pero que, no tengo dudas, va a valer la pena», argumenta.
El Guapo suma tres desafíos en la jaula de la UFC. Las dos primeras las saldó con triunfos ante Frazier (2018) y Hughes (2020) y el pasado mes de abril, en su pulso ante Romanov, cayó con polémica y por un fallo de los jueces que causó amplio debate, luego de que dominara la pelea.
Esa espinita clavada, al considerar que fue objeto de una injusticia («me sentí muy frustrado», insiste) es un factor más a considerar a la hora de cuantificar sus ganas de volver. Y más sabiendo que «siempre se espera lo mejor» de él después de haber demostrado que está capacitado para figurar en la competición de los elegidos. «La UFC es un privilegio pero no te da tregua. Si pierdes, te puedes quedar fuera. Y si ganas, tienes que seguir haciéndolo. O convives con esa presión, o no vales», sintetiza. Por lo pronto, 2022 asoma en el horizonte y ahí ya no hay margen de error.
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