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La victoria ante la Ponferradina, solo titubeaba en los últimos minutos por el gol de falta visitante, pone en órbita a una UD que este domingo recibirá al Cartagena en la isla, en el que será el segundo duelo consecutivo en la isla. El objetivo es claro: conseguir el seis de seis. O lo que es decir, sumar el segundo triunfo seguido en feudo amarillo. Porque en casa, si se quiere mirar hacia arriba en la tabla clasificatoria, hay que sacar más victorias que la suma entre empates y derrotas cuando acabe la Liga. Es por ello que la oportunidad se antoja capital.
Las buenas sensaciones colectivas e individuales del triunfo ante la Ponfe catapultan la moral de Las Palmas, que espera multiplicar la esperanza en su templo. En los cuatro choques que ha acogido el Estadio de Gran Canaria, los amarillos suman saldo positivo, pues ha vencido en dos ocasiones y solo ha cedido dos empates (Valladolid e Ibiza). Es decir, ha logrado ocho puntos de doce posibles. Unos números nada malos que, de tumbar también al Cartagena, invitarían al optimismo con 11 puntos de 15 posibles.
Pepe Mel es consciente de la importancia que tiene la cita, pues puede marcar el devenir de la UD en el futuro inmediato. De hecho, el vestuario también lo sabe. El propio Eric Curbelo dijo fechas atrás que de ganar varios encuentros seguidos Las Palmas daría un salto en la tabla. Enfrente, un Cartagena que jugó ayer y que llegará al archipiélago con dos días menos de descanso para preparar la cita. Pero siempre con Rubén Castro con la escopeta cargada para disparar perdigones.
Con todo, encadenar dos victorias de forma consecutiva en esta Liga tan ajustada podría suponer que Las Palmas se metiera incluso en puestos de playoff, ya que actualmente está a solo un punto del cuarto clasificado. Ya luego tocará visitar los Juegos del Mediterráneo, la semana que viene, para medir espadas con un Almería que es serio candidato al ascenso directo y que ya marcha segundo en la tabla. Pero, de momento, lograr seis puntos de seis posibles en las dos citas seguidas en el Gran Canaria es la meta a corto plazo del conjunto entrenado por Mel.
Ya el curso pasado, la UD exhibió buenos números como local, pero fueron insuficientes para dar un salto de calidad. Si atendemos solo a los resultados en casa, en los 21 encuentros disputados, los amarillos acabaron en sexta posición, igualando a puntos con el Almería (38). Con 11 triunfos, cinco empates y otras cinco derrotas, una de las metas este año es mejorar un poco más el bagaje como anfitrión. De hecho, el mejor equipo en su guarida fue el Espanyol, que finalmente acabó quedando campeón y subiendo a Primera División. Como dato anecdótico, el Rayo Vallecano, que logró la última plaza para subir en los playoffs, sacó un punto menos que el combinado entrenado por Pepe Mel.
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