Borrar
De izquierda a derecha, Domingo Díaz, Pepe Moriana y Begoña Santana posan con un balón de baloncesto, la pasión que les une desde hace muchísimos años. COBER SERVICIOS AUDIOVISUALES

«Este galardón es como un diamante porque hemos sufrido mucho»

Domingo Díaz y Begoña Santana, ideólogos y propulsores del SPAR Gran Canaria, valoran el premio con Pepe Moriana, quien lo considera un homenaje al baloncesto femenino

ÓLIVER SUÁREZ ARMAS

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 20 de marzo 2021

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El respeto y la admiración se fusionan en un diálogo entre leyendas del deporte canario con el balón de baloncesto como vínculo. Pepe Moriana, fundador del CB Gran Canaria en 1963, y Domingo Díaz y Begoña Santana, fundadores del CB SPAR Gran Canaria en 1980, se reencuentran en el parqué del Pabellón de La Paterna. Complicidad, entusiasmo, vivencias, anécdotas y, principalmente, historia, mucha historia que contar. La conversación es fluida e intensa. Uno recuerda y el resto asienta, esperando su turno para acercar un pasado glorioso a estos días. Y todo mientras recorren los rincones de una instalación engalanada con éxitos que llevaron a Gran Canaria y al club amarillo a lo más alto a nivel nacional e internacional, con imágenes gigantescas de jugadoras mundialistas y olímpicas para orgullo de la sociedad canaria.

La cita propiciada por CANARIAS7 permite que Pepe Moriana reconozca y valore la labor de incalculable valor de Domingo Díaz y Begoña Santana con la entrega de la octava edición del premio que lleva su nombre, y que, tras un año sin poder entregarse por la pandemia de la covid-19, irá a las vitrinas de un SPAR Gran Canaria que puede presumir de cumplir 40 años en la élite. El acto de entrega del galardón tendrá lugar este martes, a partir de las 12.00 horas, en el Pabellón de La Paterna.

«Desde mi corazón, quiero que este trofeo al SPAR Gran Canaria sea un homenaje a todo el baloncesto femenino de Gran Canaria», dice emocionado Moriana, al tiempo que se muestra «muy contento y feliz, más que por el nombre del trofeo, por la idea de que algo pueda unir a más gente. Y eso es lo que me gusta, que se puedan hacer cosas que concentren un entusiasmo, que concentren sentimientos y, al fin y al cabo, concentren una solidaridad que es de lo que se trata».

El carisma de Moriana impregna de alegría un encuentro con una enorme carga emocional. Compartieron muchos caminos que desembocaron en 1999, el año en que la entidad grancanaria conquistó la Copa de Europa Liliana Ronchetti. Un grupo mágico que tocó el cielo continental, y en el que lucía el número 10 su hija Paloma Moriana.

«Domingo y Begoña han hecho cosas importantísimas y, sobre todo, con un baloncesto femenino que siempre ha estado eclipsado y algunas veces escondido, y ellos han sabido a base de coraje, de paciencia y de vocación sacarlo para adelante. Todos debemos de estar orgullosos de lo que han hecho y de las niñas que han pasado por aquí», relata.

Domingo Díaz escucha atentamente, con la ventaja de haber disfrutado de tantos acontecimientos en ocasiones incontables. Hay mucho conseguido en 40 años, pero tanto por continuar. Sonríe satisfecho. «Hemos sufrido muchísimo por la pandemia y queríamos hacer unas cuantas cosas que se nos han quedado en el tintero, pero no podemos quejarnos», argumenta.

El romanticismo y los recursos

Díaz resume en tres puntos cuatro décadas de trayectoria. «Somos unos privilegiados, primero haciendo un deporte tan bonito como el baloncesto, segundo estando tanto tiempo, prácticamente una vida. Llevamos 40 años y yo llevo más de 50 en el baloncesto. Y tercero por poder llevar el nombre de Gran Canaria por todos los rincones de Europa, e incluso del mundo, gracias al club y a toda esta gente que ha seguido con la misma ilusión que al principio y tantos seguidores que hemos tenido», sostiene.

«Estamos muy satisfechos y realmente de lo que estoy muy orgulloso es de que podamos seguir estando otros 40 años. Ojalá», manifiesta, al tiempo que, de cara a ese futuro, desliza que «en un mundo tan globalizado y profesionalizado, no se puede seguir con el mismo romanticismo».

«Hay que conseguir recursos económicos para poderlo afrontar con ciertas garantías de éxito y, sobre todo, volver a reverdecer viejos laureles. Para eso hace falta dinero y, en ese sentido, estamos trabajando muchísimo para conseguir ese dinero», dice.

Begoña Santana simboliza la pasión y el trabajo de un vivero con cerca de 300 jóvenes que aprenden y crecen personal y deportivamente, teniendo 12 jugadoras becadas en universidades norteamericanas. «Al final, eso es lo que te llena, preparar a las mujeres en esta isla tan chiquitita para el futuro, y el deporte es futuro», reivindica con motivos.

«Nosotros somos un fenómeno social y deportivo», resalta Santana, mientras admite que «este premio es como un diamante porque hemos sufrido mucho en el trabajo diario y recibirlo de manos de Pepe Moriana es un orgullo. Lo ha sido todo en el baloncesto y su hija Paloma jugó muchísimos años con nosotros».

«Un club tan modesto sacando seis olímpicas, ganando la Copa de Europa, la Copa de la Reina, siendo subcampeonas de Liga muchísimas veces... Luego, 42 campeonatos de España en categorías pequeñas y con 130 internacionales. Eso para mí es lo más importante», finaliza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios