Willy Sagnol, la sorpresa francesa en la que confía Georgia

La última experiencia de Sagnol en un banquillo se había dado en 2017, cuando cubrió de manera interina las labores de entrenador en el Bayern de Múnich. Después este exdefensa, que jugó 58 partidos con los 'Bleus', se reconvirtió a comentarista de radio y televisión.

En mayo de 2020 abandonó esa labor y dijo que quería volver al mundo del fútbol de manera más activa. Diez meses más tarde ejerce como seleccionador de Georgia, el país que le ha dado la oportunidad de iniciar una nueva etapa.

«Les conozco (a los dirigentes de la Federación Georgiana de Fútbol) desde hace muchos años y cuando se estableció el contacto en enero sentí de verdad que querían que fuera», asegura a AFP el hombre que en el pasado entrenó a la selección francesa Sub-21 (2011-2013).

«Cuando se siente que hay tantas ganas, eso motiva todavía más. Creo que el proyecto de desarrollo que ha puesto en marcha la Federación Georgiana desde hace varios años vale la pena», apuntó.

«El nombre de Sagnol sorprendió a todo el mundo en Georgia», explica el periodista deportivo Bidzina Baratachvili.

«Era un buen futbolista, pero tiene una experiencia limitada como entrenador y no estaba activo profesionalmente en los últimos años», subraya.

Para otro analista, Sandro Tsnobiladzé, afirma que la llegada del francés fue «inesperada» y «deja dudas en mucha gente sobre los progresos que podrá alcanzar».

Un escepticismo que se basa también el paso sin brillo de Willy Sagnol por el banquillo del Girondis de Bordeaux (2014-2016) y también por la experiencia decepcionante de otro francés como seleccionador georgiano, Alain Giresse, que apenas estuvo diez partidos entre 2004 y 2005, con dos victorias.

El predecesor de Sagnol, el eslovaco Vladimir Weiss, tuvo un balance positivo pero dimitió en noviembre tras una derrota ante Macedonia del Norte, que privó a Georgia de una clasificación histórica para su primera Eurocopa.

En el grupo B de la fase de clasificación al Mundial-2022, Georgia (89ª clasificada en el ránking FIFA) lo tiene difícil contra España, Suecia y Grecia.

Ante los suecos, Georgia perdió 1-0 en Solna (periferia de Estocolmo) el jueves en la primera jornada.

Después de esa corta derrota, España es el adversario el domingo en el estadio Boris Paichadzé de Tiflis, donde se han puesto a la venta el 30% de entradas del estadio por las restricciones ante la pandemia.

«Estamos en un grupo difícil», admite Sagnol, que asegura que la Federación Georgiana no le impone un «objetivo preciso» en el grupo, sino que quiere ver «progresar» al equipo.

Alexandre Iachvili, vicepresidente de la Federación Georgiana, tiene una idea más concreta: un «mínimo» de un tercer puesto y luego «una victoria en la división C de la Liga de Naciones», antes de poder clasificarse para la próxima Eurocopa, la de 2024.

«Una tarea difícil», reconoce Sandro Tsnobiladzé, que señala que Sagnol debe «reconstruir el equipo desde cero para avanzar, después de tres décadas de declive» y «un deterioro permanente desde la caída de la Unión Soviética».

Si bien Georgia es más asociada al rugby y a la lucha, el fútbol local tuvo su momento de gloria en 1981, cuando el Dinamo Tiflis conquistó la Recopa de Europa, una competición actualmente desaparecida pero que en su momento era la segunda en importancia en el fútbol europeo.

«Georgia no es quizás el mejor país (del fútbol) europeo actualmente, pero tiene una Federación que quiere continuar creciendo y progresando», asegura Sagnol.