Modric da al líder otra victoria de campeonato

Sergio Ramos, que no tuvo homenaje del Real Madrid tras el pulso perdido hace tres años por el camero ante Florentino Pérez, tampoco pudo darse uno suyo particular en su regreso al Bernabéu, porque pese a que tuvo una gran actuación liderando la defensa del Sevilla, se lo impidió Modric. En el momento de la verdad, el talento, encarnado en el balcánico, ganó al esfuerzo y la actitud ofensiva del rival. El croata descerrajó al Sevilla con una derechazo de genio y lo celebró a lo grande, porque la Liga está aún más cerca para los blancos. Pese a sufrir, el triunfo lo merecieron por su ambición e insistencia, aunque sin la precisión ni contundencia de otras veces, tuvo que ser Modric quien saliese desde el banquillo al rescate.

El duelo acabó y comenzó caliente, porque dos minutos después que En-Nesry perdonase un gol casi a bocajarro ante Lunin en una llegada aislada del Sevilla, marcó Lucas Vázquez y el VAR llamó a Díaz de Mera para que revisase una falta previa de Nacho por una patada al delantero marroquí. El caso es que uno de los muchos árbitros atacados por Real Madrid TV, lo que provocó una denuncia del Sevilla ante Competición, después de mucho ver las imágenes ampliadas y casi cuatro minutos de tensión en el Bernabéu, anuló el tanto.

La afición blanca explotó con gritos de «¡Corrupción en la Federación!». Hasta Ancelotti se llevó una amarilla por sus protestas por parte de un colegiado que se lesionó a la hora de juego. El partido volvió así a empezar con el marcador a cero y derivó en demasiada sobreexcitación e interrupciones, con el Sevilla ratificando su idea de volcarse en la destrucción y el sacrificio defensivo contra un Madrid muy lento y espeso. La claridad en ataque de otras ocasiones del líder desapareció ante una defensa visitante de cinco liderada por Sergio Ramos, sobresaliente en la anticipación y los cortes. El trío ofensivo madridista se desesperaba ante la solidez atrás del equipo de Quique Flores, y el conjunto de Ancelotti no encontraba nunca el camino, pese a las intentonas individuales de Vinicius, siempre frenado.

En una primera mitad de escaso fútbol y escasa producción en el medio campo del Madrid, basta decir que el primer disparo a puerta del encuentro llegó en el tiempo añadido de ese período, cuando Valverde soltó un zapatazo lejano al que respondió Nyland con una mano salvadora. Ahí pudo ponerse con ventaja un Madrid espeso y sin claridad contra un Sevilla que, aparte del gol anulado, estaba muy cómodo echado atrás, sin preocuparse siquiera de salir al contragolpe.

El paso por el vestuarios sirvió sin embargo al Madrid para reactivarse y volcarse sobre la portería del Sevilla, que en principio respondió con un bonito toma y daca que pudo acabar con al menos un gol en cada portería. Lanzado el equipo blanco al ataque, Valverde mandó al poste en el minuto 49 y solo tres minutos después Lunin firmó una de las grandes paradas de su carrera y de esta Liga, con la rodilla a disparo de Isaac Romero, y tras ese susto enorme para los locales, el Real Madrid, con Rodrygo y Vinicius más entonados, se encendió, pero entre la falta de puntería del primero y la respuesta de Nyland ante al segundo, el Sevilla volvió a salir airoso.

El Madrid, que apostó entonces por el fútbol directo y a tumba abierta, ya había metido el miedo en el cuerpo a los hispalenses, aunque la lesión muscular sufrida por Díaz de Mera y el consiguiente parón le perjudicó en su ánimo. En cambio, el Sevilla respiró con ese frenazo contra un adversario que parecía preparado a dar el golpe de gracia cuanto antes, con la defensa visitante sufriendo y pasando muchísimas dificultades frente a tanta calidad. Y Ancelotti acertó de pleno al recurrir a Modric para que decidiese otra leyenda eterna del Real Madrid.