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Hugo Mallo, exjugador del Celta que actualmente milita en el Aris de Salónica griego, ha sido declarado culpable de un delito de abuso sexual a una mujer que trabajaba como mascota del Espanyol disfrazada de periquita. Los hechos ocurrieron en los prolegómenos del partido de Liga que enfrentó al conjunto gallego con el equipo catalán el 24 de abril de 2019 en el estadio de Cornellà. La sentencia hecha pública este jueves, que puede ser recurrida ante la Audiencia de Barcelona en el plazo de diez días, es clara contra el excapitán del Celta: «Con la intención de satisfacer su ánimo libidinoso y de menoscabar la indemnidad sexual de la misma, le metió las manos por debajo del disfraz y le tocó los pechos».
La víctima recordó en su declaración que sintió «rabia y mucho asco» y aseguró que no conocía de nada al futbolista y no sabía quién era durante el saludo previo al encuentro, por lo que decidió escribir un correo electrónico al Espanyol para poder identificarlo. Hugo Mallo negó reiteradamente haber tocado a la mascota. Su versión ante el juez se basó en que saludó con normalidad tanto a los futbolistas como a las mascotas, cuyo género dijo desconocer, y en que estaba concentrado en un partido en el que el Celta se jugaba la permanencia, sin reparar en si la periquita había retrocedido en el momento de su saludo.
El juez considera que el testimonio del futbolista gallego es, en general, firme, aunque aprecia una «grave contradicción», ya que en uno de los vídeos aportados por la acusación particular, que no corresponde a los oficiales, ni de Mediapro ni de LaLiga, se aprecia con «claridad» cómo el jugador apoya la mano en la zona de la «cintura alta de la mascota femenina». Hugo Mallo sí reconoció que la mano era suya. «Continúo negando rotundamente los hechos que se me atribuyen, y agotaré todas las instancias que sean necesarias para defender mi inocencia respecto a unos hechos sobre los que niego absolutamente cualquier autoría», manifestó el futbolista en un comunicado tras conocer la sentencia.
Hugo Mallo, acusado de abuso sexual por la mascota del Espanyol.#DeportePlus pic.twitter.com/BC9FZVAUz6
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 30, 2024
El juez Salvador Roig, titular del Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona, ha condenado al deportista, que ahora tiene 33 años, a pagar a la víctima 1.000 euros, más intereses, como indemnización por los daños morales causados, así como a una multa de 6.000 euros (10 euros diarios durante 20 meses), y no 18 meses (la mínima para este delito), al «no haber acontecido un acto de constricción o de arrepentimiento del acusado hacia la víctima».
También sufragará Hugo Mallo las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. La comisión del abuso hace un lustro, mucho antes de que en 2023 entrara en vigor la reforma del Código Penal con la conocida como ley del 'solo sí es sí', ha permitido al jugador sortear el delito por el que actualmente se le habría juzgado, el de agresión sexual. El Código Penal establece penas de entre uno y tres años de prisión o de 18 a 24 meses de sanción económica a quien «sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona». La acusación y la Fiscalía solicitaron durante el juicio que la condena a Hugo Mallo fuese una sanción económica de 24 meses, en consonancia con el patrimonio del futbolista.
La resolución judicial considera que la declaración de la mujer, que trabajaba como mascota del Espanyol como mascota como hobby, fue «firme, vehemente y tranquila» y en ella desveló «algo padecido en su cuerpo» que provocó que quedase «aturdida», lo que provocó que dejase de saludar a otros jugadores tras ser manoseada por Hugo Mallo. La víctima presentó su denuncia ante los Mossos d'Esquadra el día después del Espanyol-Celta y declaró en un juzgado de Cornellà dos meses después. También declaró entonces como testigo la persona que trabajaba como periquito, quien confirmó el estado de nerviosismo de la mujer, que retrocedió tras el manoseo llevado a cabo por el jugador.
No son pocos los nombres de futbolistas que recientemente han sido noticia por algún presunto delito de índole sexual o machista. El último, el delantero del Valencia Rafa Mir. El jugador del Valencia se encuentra en libertad provisional tras ser acusado de agresión sexual con acceso carnal, junto a su íntimo amigo Pablo Jara, también futbolista, del Alcantarilla.
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