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Daniel Panero
Miércoles, 21 de agosto 2024, 12:27
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Ilkay Gündogan abandona el Barcelona y esta temporada jugará de nuevo en el Manchester City. El futbolista alemán de origen turco regresa al conjunto que dirige Pep Guardiola después de que el Barça le haya dado la carta de libertad con el objetivo de aligerar masa salarial. De este modo, el club azulgrana conseguirá inscribir por fin para este fin de semana a Dani Olmo, Gündogan cumple con el objetivo de seguir en uno de los clubes punteros del Viejo Continente y el City recupera a uno de los jugadores insignia que le llevó a ser campeón de Europa.
El club que preside Joan Laporta también ha decidido ceder a Vitor Roque al Betis, que asumirá prácticamente toda la ficha del joven delantero brasileño que costó al Barça 30 millones de euros el pasado años. El Barcelona ha descartado la oferta de compra del Sporting de Portugal por Vitor Roque y se ha decantado por su cesión al Betis, para que se adapte y progrese en la Liga y pueda revalorizarse después de apenas haber tenido minutos la pasada campaña. Vitor Roque, de 19 años, quería continuar en el fútbol español y, con su cesión, el Barça no pierde el control con el futbolista después de la importante inversión que llevó a cabo en el verano de 2023, con un contrato como azulgrana hasta junio de 2031.
A la espera de definir su futuro, Vitor Roque no estaba inscrito esta temporada en LaLiga, al contrario que Gündogan, que ya no jugó en la primera jornada del campeonato en Mestalla contra el Valencia mientras se negociaba su regreso al Manchester City. Para facilitar su salida, el centrocampista germano por quien el Barcelona no pagó dinero ha renunciado a los dos años de contrato y de salario que tenía en el Barcelona, sacudido por una grave crisis económica. El jugador alemán, de 33 años, fue la pasada temporada muy crítico con la reacción de sus compañeros tras el clásico disputado en Montjuic, que acabó con victoria del Real Madrid (1-2).
«Quiero ser honesto, pero sin pasarme. Vengo del vestuario y obviamente la gente está decepcionada, pero después de un partido tan importante y un resultado innecesario me gustaría ver más enfado y decepción», dijo Gündogan el pasado mes de octubre tras caer en el clásico ante el Madrid. Ese día, el centrocampista germano empezó a rumiar que el Barcelona idílico que había visto a través de la televisión con Xavi, Busquets, Iniesta o Messi distaba mucho del actual. Ese día se empezó a abrir una herida que apenas diez meses después ha terminado con el adiós al club en el que tanto soñó jugar.
Y es que Gündogan nunca ha llegado a estar cómodo en el Barcelona y en el vestuario sus ya excompañeros comparten esa sensación. El alemán llegó procedente del City con la vitola de ser uno de los jugadores clave del equipo de Guardiola que consiguió el triplete y ese gen competitivo trató de implantarlo de inmediato en un equipo que, como tantas veces dijo Xavi, estaba «en construcción». Ese choque de ideas generó discrepancias con algunos compañeros, pero no influyó en el rendimiento de un jugador que consiguió el pasado curso ser uno de los más destacados, con cinco goles y catorce asistencias.
El balance personal de Gündogan fue suficiente para que la afición del Barcelona le situara como un jugador básico y también para que mantuviera el buen cartel en el fútbol europeo, algo que ha terminado siendo decisivo para su salida. Ha sido así porque el club culé necesita aligerar masa salarial y hay futbolistas a los que no han conseguido colocar en el mercado por su alto sueldo.
El Barça aligera así los 18,75 millones brutos que percibía el germano y Gündogan regresa a un equipo en el que sabe que encaja como un guante. Allí fue feliz durante siete temporadas en las que pasó de ser un organizador en el centro del campo a un llegador capaz de sumar 60 dianas y 34 asistencias. Sus goles, su fútbol y su inteligencia táctica encandilaron a Guardiola, que peleó para que no abandonará el club y que ha sido clave vía telefónica para que regrese apenas un año después.
En el City compartirá sala de máquinas con viejos conocidos como De Bruyne, Bernardo Silva o Rodrigo Hernández y tratará de devolver al Manchester City a la cima del fútbol europeo. Un lugar al que el Barça intentará llegar sin uno de los jugadores que podía presumir de haber estado allí con anterioridad.
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