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Barcelona
Martes, 28 de julio 2020, 14:24
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En los últimos tiempos, si el Barça pone un circo, le crecen los enanos. Cuando parecía que las broncas y las malas caras por el mal final de Liga se tornaron en aparente normalidad tras una conjura para la Champions entre los jugadores primero, y con el técnico después, los problemas vuelven a llamar a la puerta del discutido Quique Setién. Ahora, el técnico cántabro debe lidiar con la situación de rebeldía en la que se ha declarado el centrocampista Arthur Melo.
El club azulgrana ha decidido abrir un expediente disciplinario al brasileño por incumplir las normas de régimen interno y del protocolo sanitario y no presentarse el lunes para someterse a la prueba de PCR exigida por la UEFA para detectar si está libre de Covid-19. Era una obligación para todos antes de poder retomar los entrenamientos pensando en el choque de vuelta de octavos de final que espera ante el Nápoles de Gennaro Gattuso, el próximo 8 de agosto en el Camp Nou.
Arthur no está ni tampoco se le espera, ya que sigue en Brasil y no tiene intención de volver para reintegrarse a la disciplina del equipo, según han informado fuentes de su entorno citadas por Efe. El jugador, fichado por la Juventus, no quiere jugar más de azulgrana y arriesgarse a una eventual lesión, pero la entidad presidida por Josep maría Bartomeu quiere hacer valer sus derechos, no cederá y no tiene ninguna intención de rescindir de forma anticipada un contrato que en condiciones normales acabaría el 30 de junio, pero que se extiende hasta el final de la Champions por la cuestión de fuerza mayor del retraso que provocó la pandemia.
Pero es que hay más, ya que desde ese mismo entorno del jugador justifican su decisión apelando a una supuesta conversación del entrenador del Barça con el propio Arthur, al que habría comunicado que no iba a jugar más con este equipo, ya antes de concluir el campeonato de Liga. Arthur también está molesto por la fórmula en la que el club catalán ha manejado su traspaso a la Juventus. Viajó el día después del partido en Vigo, se sometió en Turín a un reconocimiento médico y firmó con los piamonteses hasta junio de 2025 por 72 millones de euros, más diez en variables. Sin embargo, el contrato no entra en vigor hasta el 1 de septiembre, justo después de la Champions, competición en la que Barça y Juventus siguen en liza.
«En el fondo todo es una cuestión de dignidad» aseguran desde ese entorno del futbolista. Consideran que el jugador se siente menospreciado, ya que después de firmar con el Juventus ha seguido «trabajando duro», pero desde entonces no ha jugado ni un minuto. La idea de Arthur es llegar a un acuerdo para cerrar la relación contractual con el Barça un mes antes de que venza porque sabe que «no va a volver a jugar» con la camiseta azulgrana, algo que según sus allegados le duele especialmente al brasileño, que hubiera querido despedirse de otra manera más decorosa.
Esta versión del interesado se contradice con lo que sostienen desde el Barça. «Nos comunicó que no venía, que se quedaba en Brasil y le recordamos que no tenía permiso y que debía incorporarse inmediatamente. Si no vuelve, se le abrirá un expediente disciplinario», aseguró un portavoz de la entidad azulgrana. Desde el club se tiene la sospecha de que tras firmar con la Juventus, Arthur evita cualquier riesgo. Ya se perdió el partido ante el Valladolid a causa de una amigdalitis, el encuentro ante el Alavés por molestias en el tobillo y jugó en Balaídos de mala gana solo cuatro minutos.
El Barça no quiere negociar con Arthur nada en relación a una rescisión de contrato. Y argumenta que no podrá contar con el bosnio Miralem Pjanic, el jugador de la Juventus que ha fichado el Barça en esta especie de trueque, hasta primeros de septiembre. Además, para ese segundo asalto de Champions ante el Nápoles, Setién sufre las bajas de Busquets y Arturo Vidal por sanción y solo tiene disponibles como centrocampistas a De Jong, Rakitic, Sergi Roberto y Riqui Puig.
La buena noticia para Setién es que Ousmane Dembélé, lesionado desde principios de febrero, podría ser la gran baza para ese duelo ante el Nápoles, ya que este martes realizó trabajo específico en una sesión en la que participaron Griezmann y Lenglet, ambos recuperándose de diferentes problemas físicos. Fue el regreso al trabajo de los azulgrana después de seis días libres en las que buena parte de la plantilla ha recargado pilas con vistas a la parte final de la temporada.
Dembélé sufrió una rotura completa del tendón proximal del bíceps femoral de la pierna derecha, de la que tuvo que ser intervenido en Finlandia por el doctor Sakari Orava. El pronóstico de baja, según el parte médico oficial, se fijó en seis meses, período que se cumple esta misma semana, por lo que podría estar disponible ante el Nápoles.
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