Salah castiga a un Atlético heroico pero alocado

Los ingleses, destacados como líderes tras imponerse en las dos primeras jornadas al Milan y al Oporto, quieren la revancha. La pugna se traslada a los banquillos, ya que Jürgen Klopp y el Cholo Simeone se asemejan en la intensidad que exigen a sus jugadores y se respetan pero difieren en el estilo, mucho más ofensivo el del alemán que el del argentino. Preguntado precisamente qué le diría al preparador 'red' por sus críticas a la propuesta del Atlético, el Cholo respondió este lunes con un escueto e irónico 'nothing'.

Simeone considera clave la energía que transmita la hinchada en un estadio seguramente lleno, como en 2020, y la capacidad de su equipo para igualar la intensidad de tan poderoso rival, brutal en el aspecto físico. «Creo que el Chelsea, Manchester City y Liverpool están transitando por un periodo de juego fantástico. Ver jugar a los tres con características y ritmos diferentes da placer. El Liverpool tiene movilidad, velocidad, es contundente en el área, afronta duelos uno contra uno, deja espacios sin miedo a la espalda de la defensa, es peligroso al contraataque...», analizó el preparador local. Y concedió una enorme importancia a la recuperación en el eje de la zaga del adversario de van Dijk, que a su juicio «dio la seguridad al Liverpool que no pudo tener la temporada pasada en esa línea defensiva que es tan importante».

Pendiente aún del estado físico de Marcos Llorente, Josema Giménez y Cunha, que se probarán en el entrenamiento del martes por la mañana, Simeone sí confía en la plena recuperación de Luis Suárez pese a la carga de partidos, y malos resultados, con Uruguay. «Luis para nosotros es determinante, fundamental en nuestro sistema y está con la misma ilusión que todos los que se fueron con la selección y los que se quedaron aquí», apuntó Simeone. El Pistolero, ex del Liverpool y jugador muy querido en Anfield, se enfrentó por última vez a Klopp con el Barça, cuando el equipo azulgrana fue laminado 4-0 por el conjunto inglés en la vuelta de semifinales de la temporada 18-19 levantando el 3-0 de la ida, al que había contribuido Suárez con un tanto. El charrúa tiene ahora una ocasión de su particular revancha.

Para el Atlético, segundo del grupo con cuatro puntos tras empatar ante el Oporto en el Wanda y vencer de forma agónica en Milán, es una cita fundamental. «Va a ser un partido 'top'», augura el centrocampista francés Thomas Lemar en los medios del club. Los rojiblancos llegan en un buen momento al encuentro, con una sola derrota en diez partidos oficiales esta temporada, y teóricamente beneficiados por el aplazamiento de su cita contra el Granada este pasado fin de semana. Pero el Liverpool está invicto en Europa y en la Premier, donde acaba de endosarle una manita como visitante al Watford y marcha segundo tras cinco victorias y tres empates con 18 puntos, uno menos que el Chelsea pero por delante del City de Pep Guardiola.

Disparado hacia octavos en Champions, en la última jornada le endosó un humillante 1-5 al siempre rocoso Oporto con los tantos de Mohamed Salah, Sadio Mané y Firmino. El tridente ofensivo del equipo inglés se perfila como un quebradero de cabeza para la defensa rojiblanca, con un Salah que parece haber recuperado su valor de antaño y es el máximo goleador de su competición doméstica con siete dianas. Klopp también podrá contar el luso Diogo Jota, ex del Atlético, que ya estuvo disponible el fin de semana tras superar unos problemas musculares, aunque no actuó en Watford. En este choque de recuerdos, el Liverpool regresa al estadio donde conquistó su sexta Copa de Europa en 2019.

Más allá de debates de estilos, el abrazo con sonrisa incluida entre Simeone y Klopp preludió un partido tremendo, de los de antes, en el que hubo de todo: goles, emoción, alternativas y mucha polémica. Se agarró un heroico Atlético a un duelo que comenzó con pinta de goleada del Liverpool, equilibró con el primer doblete de Griezmann tras su regreso y pudo remontar con creces, pero cayó al final condenado por una expulsión del principito francés, un penalti muy evitable cometido por Hermoso y otra acción muy controvertida en la que el VAR corrigió una pena máxima a favor de los colchoneros. Se le complica el panorama al Atlético, ya que además el Oporto le ganó al Milan, pero bienvenidos estos duelos.

En un primer cuarto de hora extraordinario, apoyado también por el desconcierto defensivo de una zaga rojiblanca que hizo aguas por el medio y por el carril zurdo que defendía Carrasco, el Liverpool no perdonó y batió un récord. Ningún equipo le había marcado dos goles al Atlético del Cholo en el Metropolitano en solo 13 minutos. Pero ante enemigos así, cualquier duda o error, te condena.

El belga era un bombón para el incontenible Salah, y Felipe y Kondogbia se equivocaban una y otra vez a la hora de medir y decidir si entrar o esperar. También fallaban en los despejes. Así llegaron los dos tantos. El egipcio, capaz de marcar en los últimos nueve partidos de los 'reds', se perfiló sin que Carrasco, Lemar y Koke le entrasen y su tiró sorprendió a Oblak tras rozar en Kondogbia. Con los colchoneros contra las cuerdas, el guineano Keita aprovechó un despeje blando de Felipe para dibujar una volea soberbia.

Solo había un equipo sobre el campo y Simeone, cariacontecido, miraba una y otra vez a su banquillo. No arriesgó de inicio con Marcos Llorente y Giménez, recién recuperados, y prescindió de Luis Suárez ante su exequipo. No le funcionó el experimento defensivo al no estar tampoco Savic, lesionado y sancionado. Y a esas alturas del choque aún Joao Félix y Griezmann no habían aparecido como delanteros flotantes.

Iba a entrar Lodi y señalar el Cholo a algún futbolista, pero frenó la sustitución porque reaccionó con grandeza su equipo. De Paul dio un recital en los cambios de orientación, Lemar fue indetectable y Joao y Griezmann hicieron el resto. En media hora enorme, con constantes balones a la espalda de la lenta defensa 'red', el Atlético empató y pudo marcar hasta tres goles más. Doblete de Griezmann, que perdonó quizá en la más clara, y exhibición en los controles orientados y los pases del 'menino'.

Se reanudó el duelo con Giménez ya en el campo en lugar de Kondogbia. Enseguida pudo marcar el campeón español, pero lo evitó Alisson achicándole el espacio. La noche volvió a complicarse por la roja a Griezmann en el 52. Él no quería y miraba solo al balón, pero le puso la bota a la altura del rostro a Firmino y el colegiado alemán le castigó enviándole a la ducha. Cara y cruz del francés.

El Atlético, bravísimo, no le perdió la cara al partido. El desgaste era tremendo. Justo cuando Simeone iba a realizar un triple cambio para refrescar su equipo, Hermoso se pasó de frenada, cometió un penaltil absurdo y Salah no perdonó para sellar su doblete. Con todo perdido, póker de sustituciones y más polémica. El trencilla señaló un penalti por supuesto derribo de Diogo Jota a Giménez, pero el VAR le corrigió. A vueltas con el protocolo.