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De las señas de identidad que hicieron campeón de Europa hace tres meses y medio a un Real Madrid que ahora avanza a duras penas permanece una intacta: su proverbial capacidad para imponerse en medio de la locura e incluso cuando menos lo merece. Tras una primera parte catastrófica en la que no tuvo más sostén que un Courtois prodigioso, el equipo de Carlo Ancelotti sacó su espíritu irreductible en el segundo tiempo para estrenar el nuevo formato de la Champions con una victoria que, sin embargo, no convence.
Los goles de Rüdiger y de Endrick cuando el encuentro agonizaba dieron tres puntos a los blancos, que se habían adelantado por mediación de Mbappé tras el entreacto pero que vieron comprometido el triunfo a raíz de otro córner mal defendido que dio esperanzas a un Stuttgart encomiable.
El cuadro germano, osado y estupendamente ensamblado, puso contra las cuerdas al quince veces monarca del Viejo Continente, al que ni el regreso de su competición fetiche sacó del diván en el que se recuesta desde que comenzó la campaña. Pero el tantas veces visto arreón terminal de una escuadra que luce su mejor rostro cuando tiene todo en contra dejó sin premio al conjunto suabo, otra víctima más de la ley de un campeón indomable.
Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez (Militao, min. 46), Carvajal, Rüdiger, Mendy (Fran García, min. 75), Valverde, Tchouaméni (Modric, min. 70), Bellingham (Endrick, min. 80), Rodrygo (Arda Güler, min. 75), Mbappé y Vinicius.
3
-
1
Stuttgart
Nübel, Vagnoman (Chase, min. 63), Rouault (Zagadou, min. 89), Chabot, Mittelstädt, Leweling, Stiller, Karazor, Millot (Demirovic, min. 75), Undav (El Bilal Toure, min. 75) y Führich (Rieder, min. 63).
Goles: 1-0: min. 46, Mbappé. 1-1: min. 68, Undav. 2-1: min. 83, Rüdiger. 3-1: min. 90+6, Endrick.
Árbitro: Umut Meler (Turquía). Amonestó a Lucas Vázquez, Mittelstädt, Ancelotti, Valverde, Militao y Modric.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu.
Ancelotti confeccionó el once desde la prudencia que aconseja un calendario sin tregua. Por eso protegió a un renqueante Militao desplazando a Carvajal al eje de la retaguardia. Ahí se quedó toda la labor de sastrería de Carletto, que aprovechó el regreso de Tchouaméni y Bellingham para formar con su brigada de élite de medio campo en adelante para el estreno en la máxima competición continental, aquella que asigna su verdadera dimensión a semejante alineación de astros. El problema es que siguen perteneciendo a galaxias muy distantes a tenor de lo visto en la primera parte frente al Stuttgart, un auténtico desastre.
Fiel al gallardo libreto de Sebastian Hoeness, salió con mucho brío el cuadro germano, que coleccionó llegadas, a cada cual más clara, frente a un rival apagado e inconexo. Ejerció Courtois de salvavidas del Real Madrid, que hacía aguas por todas partes. Providencial especialmente el belga resolviendo un mano a mano con Stiller que llenó de zozobra el Bernabéu. Impresentable puesta en escena del quince veces campeón de Europa, un monigote durante el primer tiempo.
Sobresalía el absentismo de Vinicius y Mbappé a la hora de intentar trabar la salida desde atrás del Stuttgart, comodísimo a la hora de armar el juego. Cierto es que el '9' del Real Madrid dispuso de una ocasión pintiparada, pero para entonces tanto el de Bondy como su coestrella se habían hecho acreedores de un justo tirón de orejas por parte del respetable a causa de esos novillos defensivos que contribuyeron poderosamente a un espeluznante primer acto de los locales, socorridos por la inmensa figura de su arquero, la falta de puntería de la escuadra teutona y la madera sin que una teatral caída en el área rival de Rüdiger sacase de penas al Real Madrid, toda vez que el VAR corrigió el error de Umut Meler al decretar un penalti inexistente.
Ante semejante descosido, Ancelotti respondió poniendo fin al descanso de Militao, devolviendo a Carvajal a su territorio de caza habitual y reconviniendo a sus tropas con una 'Carlettina' que debió ser de época. No había tenido tiempo de asentarse el Stuttgart cuando Tchouaméni ya le había abierto en canal con un pase milimétrico buscando la carrera de Rodrygo, que levantó la cabeza en el momento justo para darle el pase de la muerte a Mbappé.
Superado el soponcio, los blancos mejoraron con un Rodrygo eléctrico y acariciaron el segundo con un trallazo desde la frontal de Vinicius que repelió el travesaño, después de que Carvajal recogiese un gran envío de Courtois. Magistral el cancerbero belga, que nada pudo hacer sin embargo en el testarazo con el que Undav devolvió las tablas al marcador aprovechando la displicente marca de Tchouaméni en un saque de esquina.
Reaccionó Ancelotti alistando a Modric para intentar contrarrestar el descenso de energía del Real Madrid, sin que la entrada del croata sirviese para reactivar a un equipo asfixiado. Por eso, mientras el técnico del Stuttgart elevaba la apuesta doblando la punta de lanza, Carletto sacrificaba a Rodrygo para sumar control con la aparición de Arda Güler. Pero donde de verdad brilla este Real Madrid es en el descontrol, como volvió a ponerse de manifiesto en un alocado final en el que Rüdiger y Endrick apagaron el incendio.
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