Del drama de los García al sainete de Karius

Quince años después de que los 'ye-yés' abrochasen la sexta Copa de Europa para la entidad que presidía Santiago Bernabéu derrotando en Bruselas al Partizán de Belgrado, el Real Madrid regresaba a una final con el yugoslavo Vujadin Boskov al mando de un plantel en el que despuntaban Santillana, Juanito, Camacho o Del Bosque, pero al que la prensa bautizó en honor al apellido preponderante en la caseta: García (Cortés, Navajas, Remón o Hernández). Una generación brillante que rozó la cima en Europa, pero a la que despeñó un gol de Alan Kennedy en el último tramo del encuentro disputado en el Parque de los Príncipes.

Pese a ser dos de los gallos del continente, tuvieron que transcurrir 28 años para que Real Madrid y Liverpool volviesen a cruzar sus caminos. Fue en octavos de final de la Liga de Campeones 2008-09. Los blancos no habían superado una eliminatoria en las cuatro ediciones anteriores, pero afrontaban el desafío 'red' crecidos. «Aquí ganamos 3-0», vaticinó Vicente Boluda, elevado al cargo de presidente pocas semanas antes a raíz de la dimisión de Ramón Calderón. El empresario también era optimista para la vuelta. «Allí se van a abrir y les vamos a chorrear», proclamó en unas extemporáneas declaraciones que marcaron su breve mandato. El israelí Yossi Benayoun echó por tierra las previsiones del naviero con un gol de cabeza.

Si en la ida el Liverpool ya había bajado a la tierra a un Real Madrid de entreguerras, el duelo librado en Anfield acabó por dinamitar el proyecto de Juande Ramos y convirtió los últimos meses de Boluda como presidente en un auténtico calvario. Un gol de Fernando Torres al cuarto de hora dejaba a los 'reds' al borde de la clasificación y Steven Gerrard terminó por certificar el meneo con un doblete que retrató las miserias de un equipo desnortado que experimentaría una revolución ese verano con el regreso de Florentino Pérez como mandamás y un histórico mercado de traspasos que llevó al Bernabéu a Cristiano Ronaldo, Xabi Alonso, Benzema o Kaká, entre otros.

La fase de grupos de la Champions ofreció al Real Madrid la posibilidad de desquitarse de aquel varapalo ante el Liverpool cinco años después. Carlo Ancelotti había aterrizado en Chamartín para comandar una escuadra supeditada a la 'BBC'. Cristiano Ronaldo y Benzema, por partida doble, abrocharon en la primera parte la exhibición de un Real Madrid que se movió al dictado de Isco. Mignolet evitó un escarnio aún mayor para los anfitriones en el golpe de autoridad de un conjunto que venía de alzar la 'orejona' meses antes en Lisboa.

El '9' francés volvió a ser el gran protagonista en la devolución de la visita de los 'reds'. Un tanto del lionés a pase de Marcelo en la primera parte sirvió para que el Real Madrid sellase el pase a octavos. Los blancos dieron un baño al equipo de Brendan Rodgers y si no sacaron mayor tajada fue porque Bale se topó con el travesaño y Mignolet volvió a completar una destacada actuación bajo palos.

Tras reinar en Milán y Cardiff con Zinedine Zidane como timonel, el Real Madrid perseguía en el Olímpico de Kiev una hazaña inédita: enlazar tres 'orejonas' consecutivas bajo el actual formato del torneo estrella de clubes. Para ello debía derribar a un temible Liverpool que tenía a Mané, Salah y Firmino como estandartes de la orquesta dirigida por Jürgen Klopp. Los 'reds' se movían a ritmo de rock n'roll, pero Sergio Ramos dejó fuera de combate a Salah en la primera parte y el cuadro de Anfield quedó grogui. Una pifia de Karius tras el descanso permitió a Benzema poner por delante a los blancos. Mané devolvió a la vida al bloque británico, pero la irrupción de Bale en el minuto 60 resultó determinante. Una chilena del galés puso al Real Madrid rumbo a la 'decimotercera', cuya conquista remató el Expreso de Cardiff aprovechando otra cantada del cancerbero germano.

En permanente estado de sospecha por su mala relación con el gol, Vinicius encarriló el pase del Real Madrid a semifinales de la Liga de Campeones en su primera gran noche europea. Un doblete del carioca y un tanto de Marco Asensio sirvieron para que el cuadro de Zidane abatiese al Liverpool en su exilio temporal en el Alfredo Di Stéfano. Pese a ello, el gol de Salah mantenía viva en la eliminatoria a la tropa de Klopp.

Sin el empuje del 'You'll never walk alone' en un Anfield vaciado de público por la pandemia, pero con el cuchillo entre los dientes, el Liverpool trató por todos los medios de remontar la eliminatoria en el coliseo de Merseyside. Mas, sostenido por un Courtois imperial en varios tramos de notable padecimiento y apuntalado por el sacrificio de todos sus hombres en un ejercicio de supervivencia al límite, el Real Madrid abortó cada uno de los intentos del cuadro local para poner el cruce al rojo vivo y amarró el pase a unas semifinales en las que terminaría sucumbiendo frente al a la postre campeón Chelsea.