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Todas las claves, preguntas y respuestas a la guerra del fútbol

Todas las claves, preguntas y respuestas a la guerra del fútbol

La UEFA está forzada a negociar con los disidentes un nuevo modelo que sustituya a la Champions y agrave las diferencias entre ricos y pobres

Ignacio Tylko

Madrid

Lunes, 19 de abril 2021, 13:16

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La puesta en marcha de una Superliga europea al estilo de la NBA, con unos ingresos gigantestos para los 20 clubes participantes, de ellos 15 fundadores que siempre se mantendrían entre los elegidos sin posibilidad de descensos, supondría una revolución del fútbol mundial que a día de hoy que deja muchas cuestiones en el aire.

  1. ¿Quiénes son los disidentes?

Por ahora, doce clubes europeos han firmado salirse del sistema actual de la UEFA. Se trata de seis ingleses (Arsenal, Manchester City, Manchester United, Tottenham, Liverpool, Chelsea), tres españoles (Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid) y tres italianos (Juventus, Inter de Milán, Milan). Otros tres clubes están llamados a integrar la lista de 15 clubes considerado 'fundadores', según un comunicado de la nueva organización, cuyo primer presidente es Florentino Pérez, máximo dirigente del Real Madrid. Ningún club francés o alemán forma por ahora oficialmente parte de esa lista, aunque el Bayern de Múnich y París Saint-Germain habrían sido invitados. Se añadirán cada temporada cinco equipos clasificados a través de un sistema de méritos aún por determinar.

  1. ¿Cómo se jugaría?

Cada temporada, los veinte clubes se repartirán en dos grupos de diez equipos y disputarán, a partir de agosto, partidos para cubrir 18 jornadas en la primera fase. Los tres vencedores de cada grupo accederán los cuartos de final. Los dos últimos billetes para esa ronda se distribuirán a los vencedores de eliminatorias entre los cuartos y quintos de cada grupo. Como en la Liga de Campeones, los cuartos y semifinales serán a ida y vuelta, mientras que la final será a partido único. Los partidos tendrán lugar en mitad de semana, lo que entraría en oposición con otras competiciones continentales de clubes como la Liga de Campeones o la Europa League, organizadas por la UEFA.

  1. ¿Cuánto cobrarían los fundadores?

Para cumplir su objetivo de «generar recursos suplementarios para toda la pirámide del fútbol», la Superliga europea ha comenzado sobre todo por prometer recursos a sus clubes. Una partida de 3.500 millones de euros se repartirá entre los quince fundadores, con la financiación del fondo de inversión estadounidense JP Morgan. A más largo plazo, los ingresos «superarán los 10.000 millones de euros», estiman los responsables de la Superliga. Los clubes participantes se comprometerán a tener «un marco de gastos regulado».

  1. ¿Cuándo comenzaría la Superliga?

Aunque los organizadores asegurán que el megaproyecto auspiciado por Florentino Pérez vería la luz como tal lo antes posible, en realidad no podría comenzar hasta dentro de dos temporadas. Para el curso que viene todavía está en vigor el sistema de la Champions actual, con los contratos televisivos y demás ya firmados. Y ni siquiera hay un cuerpo de árbitros preparado para escindirse también del modelo vigente.

  1. ¿Quién la televisaría?

El gran interrogante para los próximos meses se refiere a la cantidad prometida por los futuros difusores de la competición en un contexto económico de ajuste de los derechos televisivos. No se ha hablado de ningún acuerdo al respecto, ni hay fecha para un eventual proceso al respecto. La plataforma de 'streaming' DAZN estaría muy interesada pero, de momento, la compañía del magnate Len Blavatnik no se ha comprometido a nada, ni ha mostrado públicamente su deseo de entrar en negociaciones.

  1. ¿Peligran las competiciones nacionales?

La UEFA asegura que adoptará todas las medidas judiciales y deportivas para evitar que la revolución se consume. Considera que el fútbol se basa en competiciones abiertas y el mérito deportivo y, como anunciaron ya la FIFA y las seis Confederaciones, los clubes separatistas no podrán participar en ninguna otra competición a nivel nacional, europeo o mundial, y sus jugadores podrían verse privados de la oportunidad de representar a sus selecciones nacionales. Amenazas imposibles de cumplir porque supondría el final de las competiciones nacionales y la propia UEFA se pegaría un pie en las competiciones que organiza. Es impensable una próxima edición de la Champions sin el Barça o el Real Madrid o una Eurocopa sin las figuras de los grandes clubes.

  1. ¿Qué ocurre con las selecciones?

Sí hay más consenso entre los clubes sobre la necesidad de reformar de forma global el calendario para impedir el llamado virus FIFA. Los equipos pagan millonadas a los jugadores y están hartos de cederlos para que jueguen tres bolos seguidos con sus selecciones nacionales y luego lleguen lesionados. La guerra recién abierta incluye también reestructurar el calendario de las selecciones nacionales sin acabar con las fases de clasificación, que se podrían agrupar en menos tiempo, o los grandes campeonatos.

  1. ¿Qué papel desempeña la FIFA en el conflicto?

El organismo presidido por Gianni Infantino, rival tradicional de la UEFA en última instancia también por asuntos económicos, está más cerca de los clubes, a los que tiene que mimar para cuidar su Mundialito, pero está obligada a reaccionar en contra de esta guerra y jugar un papel de mediador. La FIFA, que de momento no vería comprometida la participación de sus estrellas en las Copas del Mundo, ejerce en el fútbol un papel comparable en otros ámbitos a los del Comité Olímpico Internacional o la Organización de Naciones Unidas.

  1. ¿Qué dice la Unión Europea?

El proyecto de una Superliga lanzado por un grupo de clubes es «contrario a valores de la Unión Europea tales como la diversidad y la inclusión», apuntó este lunes el Comisario de Modo de Vida, Margaritis Schinas. «Debemos defender un modelo de deportes basado en valores», dijo Schinas. En su opinión, «no hay espacio» para reservar el modelo «a los pocos clubes ricos que quieren cortar los vínculos con todo aquello que la asociaciones defienden». Entre esos aspectos esenciales mencionó las «ligas nacionales, promoción y descenso, y apoyo al fútbol aficionado de base».

  1. ¿Hay solución al conflicto?

Todas las respuestas a las preguntas anteriores conducen a una conclusión. A día de hoy, se antoja inviable acabar con las competiciones nacionales y poner en riesgo las internacionales de selecciones. A diferencia del baloncesto, donde hay una Euroliga privada con los grandes del continente y una Champions League de la FIBA muy devaluada, en el fútbol es inviable pensar en una Superliga y una Liga de Campeones paralela. Se prevén muchos meses de durísimas negociaciones, pero todo apunta a que esto es el germen de una nueva competición, del mismo modo que el actual modelo sustituyó a la vieja Copa de Europa en 1992. Habrá un nuevo reparto del partel televisivo y, al final, como en casi todos los ámbitos de la sociedad, los ricos serán más ricos y los pobres, más pobres.

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