Araujo insiste en irse al AEK

Araujo no se ve en este proyecto y así se lo ha trasladado al presidente. Miguel Ángel Ramírez ya sabe que al futbolista lo que le motiva es volver a Grecia pese a que en las dos jornadas disputadas ha tenido minutos. Con todo, su rol en la UD no será el mismo que disfrutó en el AEK y quiere apurar las opciones de irse. La entidad helena ha intensificado los contactos con Las Palmas en los últimos días, incrementando paulatinamente su propuesta y en las oficinas del Gran Canaria han comenzado a plantearse la operación, aunque todo está supeditado a encontrar un sustituto de garantías.

Tras la marcha de Boateng no han llegado refuerzos de carácter ofensivo y una nueva baja en esta parcela, como pudiera suceder con Araujo, demanda otro jugador de ataque inexcusablemente. De momento, la búsqueda no está dando resultados. Lo que gusta es caro y la mayoría de ofrecimientos que se han recibido no cubren los parámetros establecidos.

Mañana se cierra el plazo para nuevas inscripciones hasta el invierno y la postura que reina en este momento es no tocar lo que hay. Aunque las presiones desde el AEK y Araujo para dar luz verde a esta salida no han parado de sucederse, la postura de fuerza de la UD no ha cedido un milímetro. Con contrato hasta 2020 y una cláusula de rescisión de 60 millones, no habrá rebajas con el Chino. Ramírez no quiere perder dinero ni debilitar la plantilla y, hasta anoche, no se daban soluciones en ninguna dirección, lo que encarece y mucho los deseos de Araujo y de un AEK que, incluso, ha planteado en vano la posibilidad de incluir una opción de compra en el nuevo préstamo.

En la UD son reacios a desprenderse de un futbolista que consideran un activo patrimonial y por el que el presidente sigue sintiendo una debilidad especial. Siempre que ha podido ha resaltado su fe en las condiciones que posee y considera que el héroe del ascenso a Primera en 2015 es recuperable para la causa, si bien el aludido no termina de encajar ese papel y ve su futuro más lejos que cerca de la entidad.

Manolo Márquez, por su parte, no desea tener a ningún profesional a disgusto, pero tampoco quiere quedarse expuesto a carencias estructurales en la vanguardia por el impacto de lesiones y sanciones. Sin ir más lejos, ya en pleno agosto ha tenido que sustituir, por diversas circunstancias, a Vitolo y Halilovic, dos de sus piezas predilectas, y sabe que el calendario será frondoso y exigente como para perder a otra bala sin que medie un alta. Y fichar por fichar está prohibido en un proyecto como el actual, cuyo mandamiento sagrado es que todo el que venga debe mejorar lo que ya hay.

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