«Ante la duda, yo decido no pitar, tengo que verlo todo muy claro»
Cosecha del año 1967, Francisco Javier Morales Santana, vecino de Las Palmas de Gran Canaria es hijo y padre de árbitros. Se define como un deportista vocacional que jugó en el Unión Peña de los años ochenta y que desde hace una década y media dirige partidos como colegiado en las categorías jóvenes del fútbol de la isla de Gran Canaria.
Carlos Moreno / Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 27 de enero 2020, 16:17
— ¿Qué hace un hombre de 52 primaveras pitando partidos de fútbol base?
— El fútbol me encanta. Hacer deporte es una de mis pasiones. Jugué en el Unión Peña, luego en fútbol sala, me rompí la tibia y el peroné. Hará unos quince años fui a llevar a mi hijo Abimael a hacer el curso y lo hice con él. Por aquí seguimos.
— ¿Cuántos partidos suele pitar cada semana?
— Dos. Es lo que puedo. Trabajo en el Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y mi horario es nocturno. Me gusta el fútbol 11, es donde mejor me siento.
— ¿Cómo motivaría a los jóvenes para que probasen en el arbitraje como deporte?
— Muy fácil. A los jóvenes les diría que ser árbitros les va a servir para disfrutar y conocer nuevos valores. Es lo que me transmiten todos los que están en este equipo que somos los árbitros. Yo suelo participar en todos los eventos y cursos que se hacen. Tenemos mucha actividad, y muy variada. Lo que sí que echo de menos es que antes podía entrenar con los colegiados de categoría superior y esa exigencia física me generaba satisfacción.
— ¿También está en la dinámica de las carreras populares?
— Sí. Pero no en las de grandes distancias. Suelo participar en pruebas como la San Silvestre de Las Palmas de Gran Canaria o en la Carrera de Las Empresas que organiza CANARIAS7 cada año. Me divierte mucho hacer deporte. Y lo necesito.
— ¿Qué diría que es lo mejor que le ha pasado en un campo de fútbol?
— No tengo un recuerdo en particular, pero sí que le diría que siempre que termina un partido y los dos equipos me indican que están conforme con la actuación, más allá de los aciertos o errores puntuales, yo me quedo contento.
— Y la última, ¿Ante la duda, se pita o ...?
— Pare, pare, ... Ante la duda, yo decido no pitar, tengo que verlo todo muy claro.
Una familia arbitral
Tres. Con la letra a empiezan los nombres de los tres hijos de la pareja formada por Rosi Guerra y Javier. Aday, Abdiel y Abimael son fanáticos del fútbol, y también del arbitraje. No en vano, su abuelo paterno, Santiago, tiene una amplia trayectoria en el Comité Técnico de Las Palmas. Ahí queda su trayectoria en el mundo del fútbol.