Alerta roja en la Liga

Con las recientes expulsiones de Pape Gueye y Marcos Acuña (Sevilla), Aleix Vidal (Espanyol), Sergio Canales y Aitor Ruibal (Betis) y Florian Lejeune (Rayo), la Liga acumula ya 112 tarjetas rojas en 280 encuentros. Es la cifra más alta a estas alturas desde la temporada 2013/2014.

El dato es aún más sonrojante si se compara con el resto de grandes ligas europeas, donde la cifra de expulsiones es netamente inferior. La Premier cuenta con 28 expulsados en 290 encuentros, cuatro veces menos que la Liga. De hecho, las rojas de Betis, Sevilla y Elche (34), superan a las de todo el campeonato inglés. La Liga también triplica a la Bundesliga, con 33 rojas en 270 partidos, y a la Serie A, con 45 expulsados en 290 envites.

Precisamente sobre esta comparativa habló el Cholo Simeone al término del encuentro entre el Rayo Vallecano y el Atlético de Madrid: «Es difícil opinar y además es peligroso. Los árbitros están para manejar lo que se plantean a principios de temporada. La Liga es diferente a la Premier, no se pueden comparar. La sociedad es distinta», añadió el técnico argentino tras una jornada con hasta seis expulsados en Primera.

Los colegiados españoles se están caracterizando por tener la piel fina y expulsar ante la duda, y los datos así lo refrendan En otras ligas como la Premier o la Bundesliga, los colegiados son más dialogantes, permiten más y dan mayor continuidad al juego, algo que en España brilla por su ausencia.

En este sentido, la Liga cuenta con el tiempo efectivo de juego más bajo de las cinco grandes ligas, debido sobre todo al número de interrupciones que hay por partido. En el campeonato español se juega alrededor del 54% de tiempo real, frente al 57% de la Bundesliga o al 56% de la Premier League.

El Betis es el conjunto con más expulsiones de la temporada en Europa con un total de 12, tras las recientes rojas de Sergio Canales y Aitor Ruibal frente al Cádiz. El conjunto verdiblanco tiene en plantilla a Luiz Felipe, expulsado tres veces, y a Pezzella y Canales, con dos rojas en su haber.

En el marco de esta polémica son varios los equipos que han decidido quejarse formalmente contra los arbitrajes en Primera. Sin ir más lejos, el Betis-Cádiz de la pasada jornada estuvo marcado por las quejas arbitrales desde antes del pitido inicial. El club verdiblanco llenó el Benito Villamarín con cartulinas con la frase «prohibido hablar». Un mensaje dirigido a los árbitros por el caso Canales, que recibió la cautelar y pudo disputar el encuentro pese a recibir una sanción de cuatro partidos por afirmar que su expulsión ante el Cádiz en la primera vuelta fue «premeditada».

El Cádiz también se pronunció hace unas semanas sobre este tipo de decisiones en las que entendían que «el criterio utilizado por el colectivo arbitral a la hora de sancionar estas actitudes era distinto entre los equipos».

El podio de tarjetas rojas lo completan Sevilla y Elche, con 11 cada uno. Sorprende que los tres equipos con más expulsados del viejo continente sean españoles, y dos de ellos como Betis y Sevilla con un fútbol más propositivo que defensivo. Tan solo el Montpellier francés les sigue de cerca con 9 rojas, las mismas por ejemplo que el Espanyol.

En las últimas horas, tanto Sevilla como Espanyol han comunicado oficialmente su disconformidad en este sentido. El club hispalense, que recibió dos tarjetas rojas ante el Celta, mostró su «honda preocupación y su absoluto rechazo» a las decisiones arbitrales en relación al número de tarjetas recibidas por el conjunto sevillista. En el comunicado, el Sevilla desgrana los datos y señala que «tienen el mayor porcentaje de faltas-tarjetas de la Liga», pese a ser uno de los equipos que menos faltas comete.

El club catalán también se sumó a estas críticas por el distinto criterio arbitral. Tras la derrota ante el Athletic en la que Aleix Vidal fue expulsado, el club perico aseguró que «diferentes errores en el VAR han perjudicado a nuestro equipo de forma notable. No podemos seguir impasibles ante una situación de perjuicio y disparidad de criterio en el reglamento», concluía el comunicado del Espanyol.

Estos datos dejan patente la facilidad del colegiado español para expulsar, pero también para sacar tarjetas amarillas. La Liga es también la competición con más amonestaciones por protestar de Europa, evidenciando la mecha corta de los árbitros, que han dejado el diálogo a un lado para castigar al futbolista a la mínima de cambio.