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El 20 de agosto de 2023 la selección española femenina alcanzó la gloria proclamándose campeona del mundo ante Inglaterra en Sídney, un hito impensable muy poco antes. Lo que era un motivo de orgullo y celebración deportiva se convirtió en un escándalo institucional desde la misma entrega de las medallas y el trofeo al equipo ganador. El beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso del por entonces presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), Luis Rubiales, y las presiones por parte de varios trabajadores federativos durante el viaje de vuelta para que la futbolista restase importancia al incidente de forma pública desataron un auténtico terremoto.
La etapa de Rubiales al frente del organismo estaba ya herida de muerte a pesar del bochornoso intento del mandatario de aferrarse al cargo instrumentalizando la asamblea federativa extraordinaria del 25 de agosto. Los aplausos al todavía dirigente de la FEF por parte del seleccionador femenino, Jorge Vilda, dejaron aún más tocada una figura que ya venía tambaleándose desde la crisis de las '15 rebeldes'. Pese a la renuncia de una parte del grupo debida a sus métodos de trabajo, el técnico madrileño logró mantenerse en el cargo para comandar la victoria en el Mundial, pero su salida también era inevitable a pesar de la promesa de Rubiales para elevar su salario hasta los 500.000 euros anuales y concederle plenos poderes en la parcela deportiva. El 5 de septiembre se hizo público el despido del entrenador, cuya indemnización ascendió hasta los 1,8 millones de euros.
Y es que la federación ha vivido un sinfín de salidas en este año institucionalmente convulso pero a la vez deportivamente exitoso. La más importante, la de Rubiales, el 10 de septiembre tras ser inhabilitado por la FIFA, que precedió a la de su mano derecha, Andreu Camps. El secretario general de la FEF, señalado por las jugadoras de la selección como uno de los despidos necesarios para su retorno al equipo nacional, cayó a su vez el 20 de septiembre, a raíz de aquella intempestiva cumbre en un hotel de Oliva, en plena concentración, entre las jugadoras y el por entonces presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos.
El incontenible aluvión de despidos se incrementó con otros nombres importantes como Pablo García Cuervo, director de Comunicación, Rubén Rivera, director de Marketing, o Albert Luque, director deportivo de la selección española, todos ellos supuestamente implicados de una u otra manera en las presiones a Jenni Hermoso. El caso está ahora a la espera del juicio que se celebrará en la Audiencia Nacional entre el 3 y el 19 de febrero de 2025, en el que Rubiales se enfrentará a la petición de la Fiscalía de una pena de dos años y medio de prisión por los delitos de agresión sexual y coacciones, además de una indemnización para la víctima de 50.000 euros.
Testificarán compañeras de Jenni Hermoso como Alexia Putellas, Laia Codina, Irene Paredes o Misa Rodríguez, además de la actual seleccionadora femenina, Montse Tomé, o su homólogo en la masculina, Luis de la Fuente. Así se resolverá el 'caso Rubiales', paralelo al 'caso Brody', que también implica a la plana mayor de la federación por la firma de una serie de contratos irregulares que afectan, por ejemplo, a la Supercopa de España que se celebra desde hace algunos años en Arabia Saudí.
Tomé y De la Fuente son ahora las caras visibles de una parcela deportiva en la FEF que se encuentra completamente descabezada tras la salida en junio de Markel Zubizarreta, director deportivo de la selección femenina y una figura clave en la pacificación por la confianza que inspiraba entre el núcleo fuerte del equipo. El que también fuera pieza angular del Barça femenino dejó la Ciudad del Fútbol de Las Rozas después de recibir una «oferta irrechazable».
Así las cosas, las direcciones deportivas de ambas selecciones siguen todavía vacantes, lo que paradójicamente no ha impedido recoger el fruto del trabajo previo y coleccionar en este año el propio Mundial femenino, la Liga de Naciones femenina, la Eucocopa masculina, el Europeo sub-19 masculino y finalmente el oro olímpico masculino en los Juegos de París, en los que el combinado femenino se quedó sin medalla tras caer en las semifinales contra Brasil y en el duelo por el bronce frente a Alemania.
El vacío de poder también se traslada a los despachos, donde Pedro Rocha sigue ejerciendo como presidente federativo pese a la inhabilitación del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), justo una vez concluida la Eurocopa. El dirigente extremeño se agarró a la solicitud de medidas cautelares que le permite ejercer hasta el próximo 2 de septiembre, cuando se sabrá si se conceden y por tanto puede presentarse a la reelección al frente de la FEF.
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