Experimentos en el centro del campo justo en el peor momento para la UD

La UD recibirá mañana al Sporting de Gijón (20.00 horas) con el vértigo que le ha traído su pésima racha reciente (un triunfo en las siete últimas jornadas para un total de cinco puntos de los últimos veintiuno en disputa) y las incertidumbres que planean sobre la fiabilidad de sus jugadores. Álvaro Valles es el portero más goleado de la categoría junto al del Castellón, la defensa sigue siendo transparente a las acometidas rivales, en el centro del campo va a faltar, por lesión, Sergio Ruiz, la pieza maestra de Pepe Mel en la zona de creación, y la delantera está cargada de malas noticias con Araujo lastimado, Pejiño todavía convaleciente e Iemmello con cara de suplente. El Sporting ya asomaba como amenaza tangible, a cuenta de sus buenos números, sin tener que exhibir las miserias propias, pero ahora emerge como bomba nuclear si es capaz de acentuar la caída libre de Las Palmas. La coyuntura, en suma, no puede ser más peligrosa.

El enemigo añadido con el que ha de lidiar la UD viene por el rendimiento a la baja que se ha exhibido en el tramo precedente del calendario y la sensible pérdida que supone la baja de Sergio Ruiz, presente en todas las jornadas disputadas hasta la fecha. Ahí se abrirá un boquete porque no se ha competido sin él desde que arrancó el campeonato (doce titularidades y dos suplencias pero con minutos) y toca improvisar en el peor momento. Por si fuera poco, la debilidad en el eje de creación queda más expuesta por las prestaciones dubitativas del resto de elementos de los que dispone Mel para la demarcación. En realidad Sergio ha tenido todos los recorridos posibles en el pasillo central, ejerciendo de seis clásico, auxiliando a los centrales en la salida del balón y, ya por último, descolgándose como enganche y teniendo llegada al área contraria, faceta en la que se ha destapado con dos goles, frente al Girona y Sabadell. Y ahora toca, por imperativo médico, explorar nuevas opciones, con la firme determinación del cuerpo técnico de encontrar soluciones efectivas. Ya frente al Mirandés fue sorpresiva la suplencia de Loiodice, indicativo de que el entrenador premia o castiga según rendimientos y para la cita de mañana la quiniela está más abierta que nunca por entrar en la medular, con Benito y Rober como interiores fijos y Espiau arriba.

La profundidad de la plantilla en jugadores del centro del campo salta a la vista. Y hasta siete son los posibles que, con Sergio fuera de combate, opositan a abrirse hueco en las tres posiciones. Tirando de estadísticas y minutos acumulados, Fabio y Loiodice en el doble pivote y Kirian como enganche parece el triángulo más probable. Pero Mel cavila revulsivos y para nada se puede aparcar la vía de nombres menos habituales, más cuando se viene de jornada entre semana y la frescura física computa como elemento diferencial. A diferencia de otras líneas, con elementos más contados y menos alternativas, hay debate y del bueno en la sala de máquinas.