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Kevin Fontecha y San Bartolomé de Tirajana
Martes, 10 de julio 2018, 11:59
No se ejercitaron juntos ayer en la sesión matutina de entrenamiento. Manolo Jiménez los separó en dos grupos diferentes. Deivid, en uno y Martín Mantovani, en otro. Pero ambos, cuando les tocó el trabajo con balón, exhibieron las mismas virtudes: tablas y jerarquía.
El zaguero de Escaleritas no paró de hablar, mandar e, incluso, animar a sus compañeros. «Tranquilo, mantén la posición», gritaba a Álvaro Lemos. Ni con Bigas a su lado rehusó de su liderazgo innato, y eso que el zaguero mallorquín tiene potestad dentro del equipo. «Bien, Pedro, bien, así se hace», reconocía el ya ex del Valladolid. Ordenaba y colocaba la defensa, empujaba a salir cuando los de ataque daban un pase hacia atrás y mantenía la línea firme cuando era preciso. Como si nunca se hubiese ido de la UD, Deivid no dejó de exhibir jerarquía.
Al igual que su compañero Martín Mantovani. El argentino, pese a que tan solo era su cuarto entrenamiento con Las Palmas, no tuvo reparos para dejar claro que en Gran Canaria será el mismo que fue en Leganés. Dotes de mando y galones, menuda carta de presentación. El central es de los que siempre saltan al campo a ganar, a pelear en cada batalla, sin miedo a nada. Y si no, que se lo pregunten a todos los compañeros que chocaron con él en las disputas aéreas por el balón. Ímpetu y coraje, dos sustantivos que se perdieron en el ostracismo la temporada pasada y que, con guerreros como Mantovani, la Unión Deportiva los recuperará más pronto que tarde.
Corren aires nuevos, se respira otro aroma y parece que la indolencia ya es cosa de un pasado fúnebre. Los tintes funestos que propiciaron el descenso a Segunda empiezan a teñirse de esperanza. La ambición de Deivid y Mantovani, dos auténticos jerarcas, son solo el principio. Un claro ejemplo. Desde la zona noble del Gran Canaria no quieren que se repitan los mismos errores de antaño. Y que de los seis fichajes realizados hasta el momento, cuatro sean defensas, no es casualidad. Al contrario, era una necesidad y ya empiezan a verse sus frutos. Manolo Jiménez busca armar un fortín. Ya lo ha avisado en varias ocasiones: «Si no encajamos goles, tendremos más posibilidades de ganar». Alto y claro. De momento, tanto el central de Escaleritas como el de San Miguel han asimilado rápidamente los conceptos.
Y a partir de hoy, el técnico sevillano sumará aún más fuerza para su muralla defensiva con Juan Cala. El ex del Getafe, que será presentado en la sala de prensa del Estadio Gran Canaria (12.30 horas), se unirá a la concentración en el hotel Don Gregory By Dunas y se incorporará a los entrenamientos de forma inmediata. Con Cala, el nuevo timonel amarillo contará ya con cinco centrales: Pedro Bigas, David García, Martín Mantovani y Deivid, rellenan la lista de guerreros para la retaguardia. Casi nada.
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