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Lakovic, durante el encuentro disputado en el Palau el domingo. ACB
Sinsabores en el Palau, Zaragoza en el horizonte, el comodín con el Lleida...

Sinsabores en el Palau, Zaragoza en el horizonte, el comodín con el Lleida...

Baloncesto ·

El Granca está al borde del corte del playoff tras caer ante el Barcelona, pero el choque pendiente que tiene supone una vida extra

Ignacio S. Acedo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 21 de abril 2025

Justo antes del inicio del partido en el Palau, ya con los protagonistas apurando el calentamiento, a Jaka Lakovic le preguntaron si hubiese preferido no tener tantos días de descanso (9) tras la final de la Eurocup perdida ante el Hapoel. «Ellos prefieren jugar», dijo refiriéndose a la plantilla, consciente de que el parón en el calendario podía ser una trampa. A juzgar por el inicio imperial (2-20, que no es cualquier cosa), todo había sido a conveniencia, pero el paso de los minutos puso en evidencia, con un bajón físico y de acierto, que quizás hubiese convenido tener más electricidad de competición en las piernas.

«Caímos en una dinámica negativa, dejamos de tener naturalidad», insistió Lakovic ya cuando el 104-90 había ajusticiado al Dreamland Gran Canaria en la Ciudad Condal.

La derrota dolió porque en la mentalidad del preparador esloveno está el no negociar jornada alguna y buscar el triunfo con independencia del adversario, por mucho que sea todo un Barcelona y en su guarida. Pero el tropiezo tampoco trastoca sustancialmente el panorama para acceder a los playoffs.

Se auguraba una batalla hasta el final por una de las preciadas plazas y en eso está el Granca, al borde del corte, a nada del séptimo (Joventut) y con una mínima renta con el noveno (Baskonia), si bien aquí cabe el matiz mayúsculo de que hay un partido pendiente en el calendario, el aplazado con el Lleida en el Arena, correspondiente a la jorada 27ª y que se disputará el miércoles 14 de mayo. Ese comodín del que no disponen los adversarios directos en esta puja supone un motivo más de optimismo en las opciones propias, si bien hay que hacerlo efectivo con un triunfo. De lo contrario, las complicaciones podrían cobrar fuerza porque no hay tregua ni opción a dejarse ir.

Por lo pronto, el próximo fin de semana hay que rendir visita a un Casademont Zaragoza a caballo entre no complicarse la vida y coger el último tren que le meta entre los ocho primeros.

Y no conviene dejarse ir a orillas del Ebro a riesgo de que haya vuelcos inesperados. El camino ya se conoce y se marcó en el primer tramo del Palau. A ese nivel, con Tobey y Shurna tirando del carro y contagiando al resto, el playoff debe convertirse en una cuestión de tiempo. Y así se piensa en el Arena. Confianza intacta pero sin alardes que despisten.

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