Posteriormente, Jean Montero lo hizo a través de un burofax en el que expresó «su voluntad de no continuar bajo la disciplina» del Club Baloncesto Gran Canaria, incidiendo en que en «numerosas conversaciones entre nosotros -jugador y sus representantes- y el club se han propuesto de buena fe diferentes propuestas de resolución amistosas proporcionadas a los intereses de las partes».
Asimismo, añadió que el Club Baloncesto Gran Canaria intenta «conseguir unas consecuencias abusivas y desproporcionadas por la terminación del contrato».
A falta de diez días para el arranque de la fase regular de la Liga Endesa, el jugador caribeño sigue en su país y el Granca eleva el tono para defender sus intereses con el escogido como el mejor joven de la pasada edición de la ACB antes de emprender las acciones jurídicas.
El club presidido por Sitapha Savané respondió este jueves al burofax para reiterar «la obligación» de Montero de incorporarse a los entrenamientos, al tiempo que inició el procedimiento para abrir un expediente disciplinario.
La entidad invita a Montero a que «reconsidere» su posición «en una situación tan negativa y carente de sentido como la que tu actitud está provocando». Una historia que agota otro capítulo.
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