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Pablo Laso regresa a la ACB y ficha por el Baskonia

Pablo Laso regresa a la ACB y ficha por el Baskonia

El técnico vitoriano vuelve a casa tras rescindir su vínculo con el Bayern y firma un contrato de larga duración que le une al club azulgrana durante tres temporadas

Jon Aroca

Viernes, 28 de junio 2024, 10:17

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Pablo Laso regresa a casa. El técnico vitoriano, de 56 años, ficha por el Baskonia hasta 2027. El club de Zurbano anunció en la mañana de este viernes su contratación solo unos minutos después de que el Bayern confirmase la marcha del entrenador por «motivos familiares». De esta forma, una de las grandes figuras de la historia azulgrana se reencuentra con el club que le vio crecer. Por primera vez, para hacerse cargo de su banquillo.

Un efecto mariposa de magnitud insospechada. A primera hora de la mañana Pablo Laso era entrenador del Bayern a todos los efectos. El vitoriano tenía un año más de contrato con la escuadra bávara y apuntaba a cumplirlo para consolidar en la Euroliga el proyecto alemán del que se hizo cargo el verano pasado. Pero la entidad muniquesa comunicó por sorpresa su salida sin alegar más que esos «motivos familiares». Fue poco después cuando el Baskonia confirmaba su llegada al banquillo del Buesa Arena.

Con él, el Baskonia incorpora un entrenador de la primerísima línea europea. Un técnico que lo ganó todo en el Real Madrid, donde construyó una dinastía: dos Euroligas, seis Ligas ACB, seis Copas del Rey y siete Supercopas adornan un palmarés del que muy pocos preparadores pueden presumir. Consolidó al club blanco como un trasatlántico del continente gracias a un baloncesto arrollador y dueño de un abanico de recursos casi infinito. Ahora, aunque con un presupuesto más modesto, aspira a replicar ese éxito en su casa. Estaban condenados a encontrarse y ha sido casi tres décadas después de su marcha como jugador.

La extensión del vínculo, por tres temporadas, ilustra también la confianza que deposita la entidad presidida por Josean Querejeta en el estratega alavés. Algo del todo inusual en un club abonado durante las últimas campañas al cambio continuo de entrenador. Un proyecto de tres años avala la total fe que deposita el Baskonia en las capacidades de Laso no solo a corto plazo, sino también de cara al futuro. Con la estabilidad por bandera. No en vano, el vitoriano destaca por su capacidad de hacer mejores a sus jugadores año tras año.

El Baskonia suma tras semanas de búsqueda la pieza que le faltaba. Su banquillo era el único de toda la élite europea que aún quedaba vacante. Fue hace más de un mes cuando se separó de Dusko Ivanovic y desde entonces ha dirigido la incansable búsqueda de un técnico del primer nivel que encajase con sus criterios. Valoró la opción de Lakovic y hasta el final ha mirado con agrado la posibilidad de fichar a Luca Banchi, pero ha sido la opción de un hombre de la casa y consolidado en el olimpo del baloncesto la que ha triunfado. Una apuesta, a priori, ganadora. Un golpe de efecto.

Ahora deberá seguir confeccionando una plantilla que volverá a experimentar un elevado número de novedades y que volverá a contar con Markus Howard como gran estrella. El club, por lo pronto, ha anunciado ya los fichajes del base-escolta Kamar Baldwin y del alero Timothé Luwawau-Cabarrot. También ha confirmado las bajas de Vanja Marinkovic, rumbo al Partizan, y las de Maik Kotsar, Jordan Theodore y Chris Chiozza. Además, debe definir el futuro de piezas clave el curso pasado como Chima Moneke o Codi Miller-McIntyre.

El niño de San Viator vuelve al Buesa Arena. Curtido en el patio de su colegio, debutó en el Baskonia siendo apenas un adolescente, en 1984. Entonces la entidad poco tenía que ver con el gigante que es ahora. El primer paso a una trayectoria de once cursos con la zamarra azulgrana que terminó en 1995, cuando puso rumbo al Real Madrid. Fueron 370 partidos en los que repartió 1.951 asistencias y levantó como MVP el primer título de Copa del Rey de la entidad azulgrana. Tras jugar en varios equipos de la ACB colgaría la camiseta en 2003 para dar casi de forma automática el salto a los banquillos.

Tenía madera de gran entrenador y no tardó en demostrarlo. Si como jugador fue grande -segundo en el ranking de asistencias y primero en robos en la historia de la competición nacional- su trayectoria en los banquillos también ha marchado por el camino de la excelencia. Tuvo un breve paso por el Valencia en 2004 que le permitió catar la ACB, pero se consolidó en ella en las filas de un modesto como el Gipuzkoa Basket. De ahí, en 2011, dio el salto de forma directa a un Real Madrid que entonces marchaba por el camino de la intrascendencia. Una década después estaba consolidado en la cima.

Laso arrancó hace un año su primera experiencia como técnico en el extranjero tras esa fructífera y larga etapa en el Real Madrid. Aunque su periplo como técnico blanco acabó tras un leve infarto del que se recuperó de forma satisfactoria pero que le apeó de forma súbita del banquillo madridista. Un shock que le hizo parar y otear el horizonte en busca de un nuevo comienzo. Tras unos meses de descanso optó por aceptar la oferta muniquesa. No era el club más potente que llamaba a su puerta, pero tenía algo especial. Como es hoy su llegada al Baskonia. La del Bayern era una apuesta atractiva a medio-largo plazo pero que ahora queda inconclusa.

Año de contrastes en Múnich

«Hay un proyecto estable y con mucha proyección en una liga en crecimiento. Me convenció», explicó hace unos meses a EL CORREO en la previa del encuentro entre el Baskonia y el Bayern en el Buesa Arena. El choque cayó del lado del equipo muniqués y Laso ya fue entonces recibido como lo que es, un ídolo local. Entonces, con Peñarroya aún en el banquillo de Zurbano, esquivó la pregunta sobre la posibilidad de dirigir alguna vez al club vitoriano. «¿Entrenar al Baskonia? Ya tienen un entrenador buenísimo. No sé que pasará en el futuro, pero ahora desde luego la Euroliga la quiero ganar con el Bayern. Y el Baskonia que gane a partir del jueves», explicó.

Ha sido una temporada de contrastes para él y su equipo. Ha podido hacerse con el título de la Bundesliga tras terminar la fase regular en el primer puesto y también alzó la Copa a mediados de febrero. Un doblete de notable valor que, en cambio, quedó empañado por el discreto balance de su equipo en la arena continental. Lejos del playoff e incluso del play-in de la Euroliga con un discreto balance de 13 victorias y 21 derrotas.

«La decisión personal de Pablo nos sorprendió, pero lo respetamos mucho como entrenador y como personalidad y ahora tenemos que agradecerle mucho su trabajo y su gran compromiso durante la exitosa temporada pasada», apuntaba en su comunicado de despedida el director general del Bayern, Marko Pesic. «Le deseamos a Pablo todo lo mejor para el futuro; siempre estará asociado a nosotros, y no sólo por la doble victoria», añadía. Ahora el presente de Laso es ya de los colores azulgranas que tiene tatuados en el corazón.

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