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Pierria Henry, en una de sus últimas apariciones públicas. Igor Martín
Cuatro años de sanción a Pierria Henry
Dopaje

Cuatro años de sanción a Pierria Henry

La FIBA castiga al exbase del Baskonia hasta el 13 de enero de 2027 por uso o intento de uso de un «método prohibido». La sospecha recayó desde el comienzo en la orina sintética

Jon Aroca

Miércoles, 21 de febrero 2024, 15:35

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Ya hay sanción para el exjugador del Baskonia Pierria Henry. El base, cuyo contrato como azulgrana finalizó el pasado 30 de junio, lleva más de un año sin competir de forma preventiva por un posible caso de dopaje y la FIBA ha determinado este miércoles el castigo para el timonel estadounidense. Son cuatro años de castigo por el uso o el intento de uso de un «método prohibido».

Por lo tanto, Henry estará fuera de las canchas de baloncesto hasta el 13 de enero de 2027. Es decir, dentro de casi tres años, ya que dentro de ese tiempo se cumple el periodo de ausencia preventiva durante el que ha estado inhabilitado. Henry lleva más de un año sin competir desde que hace un año se comunicase un resultado adverso en un control antidopaje.

En la práctica, el castigo pone casi fin a la carrera deportiva del director de juego estadounidense. Nacido en enero de 1993 -es decir, acaba de cumplir 31 años- tendrá 34 para cuando termine el castigo. Pero llevará entonces cuatro fuera de las pistas, sin poder entrenar ni competir con ningún equipo. Un tiempo larguísimo para un jugador de baloncesto de élite.

El 'caso Henry' empezó a comienzos de 2023. Entonces el jugador se perdió varios partidos del Baskonia por motivos sin determinar. Primero, una lesión; después, un inusual silencio. Hasta que el día 25 de ese mes el club azulgrana daba a conocer la inhabilitación del base. La acusación de la FIBA de que el jugador había utilizado orina sintética para pasar un control antidopaje dejó atrás numerosas especulaciones sobre su ausencia y dio paso a las preguntas.

Un resultado «inconcluyente», ni positivo ni negativo, en un control antidopaje lo desencadenó todo. En la prueba del base de Virginia no se encontró ninguna sustancia prohibida. Pero uno de los componentes encontrados en la orina es el que deparó el resultado nulo. El que levantó las sospechas de la agencia antidopaje, ya que lo consideraba incompatible con el de un humano.

El test se realizó el 3 de noviembre de 2022, tras el triunfo del Baskonia ante el Maccabi. Entonces Henry y otro baskonista, Sedekerskis, fueron seleccionados de forma aleatoria. Pasan las semanas y el base, que había regresado al club azulgrana por sorpresa poco antes, sigue jugando con normalidad. Hasta que a comienzos de enero la FIBA le comunica el resultado inconcluso al jugador. Él se lo traslada al club. La FIBA lo inhabilita por una «cuestión procedimental». Club y jugador acordaron entonces «suspender temporalmente el contrato» que acababa en junio.

El Baskonia pide la cautelar para que el jugador pudiera seguir compitiendo y alega contaminación cruzada de la muestra durante la cadena de custodia; es decir, desde que fue tomada hasta su llegada al laboratorio. La FIBA la deniega y aduce que la muestra tomada fue manipulada con orina sintética. Una posible manipulación de la muestra, uno de los casos castigados con mayor dureza por la agencia antidopaje. Sin embargo, el responsable de la agencia antidopaje encargado de tomar la muestra no notificó ninguna anomalía en el momento de la toma.

El jugador se declaró inocente, contó con el apoyo del club y también se dejó ver en el Buesa Arena vestido de calle. Ahí recibió el apoyo de la grada del pabellón. Un cariño incuestionable hacia un jugador muy querido por la afición. Poco después, Henry se trasladó a Estados Unidos, donde reside su familia. Todos esperaban una resolución del caso que iba para largo. De ahí, a un silencio que ha perdurado hasta este miércoles.

La orina sintética, un método infrecuente

El uso de orina sintética, clave en este caso, no es en absoluto común, como perciben los expertos, aunque la hemeroteca muestra algunos ejemplos en los que también se puso en duda el origen de la muestra. No en todos el infractor fue pillado. Lamar Odom aseguró en sus memorias haber utilizado un pene falso de silicona con orina sintética para evitar usar la suya, que revelaría un consumo de marihuana. Confesó, además, que repitió la estratagema en no pocas ocasiones.

Sí fueron cazados los lanzadores húngaros Robert Fazekas y Adrian Annus durante los Juegos Olímpicos de 2004. Se habían colgado el oro en sus respectivas disciplinas. La clave en el caso del segundo, la comparación con una muestra anterior del mismo jugador con otras características. Se negó a que le fuera realizada una tercera. Su compatriota entregó poca cantidad en un primer momento y la delegación alegó «motivos religiosos» que dificultaba que orinase si era supervisado. Ambos cumplieron dos años de sanción.

Esos artilugios, por increíble que pueda parecer, están desde hace años a la venta en internet con diferentes formatos y diseños. Hasta cinco colores están disponibles para dar verosimilitud a la trampa. El kit completo, que incluye la orina falsa, una jeringa o un cinturón para sostener el invento, cuesta 130 dólares. La web tiene el elocuente nombre de 'Whizzinator'; es decir, algo así como 'supermeador'.

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