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Carmen Carvallo
Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 29 de septiembre 2020, 21:49
Resumir la historia de la vida de Begoña Santana sin nombrar el baloncesto sería una misión imposible. Después de cuatro décadas dedicadas a este deporte, el alma mater, junto a Domingo Díaz, del Club Baloncesto SPAR Gran Canaria Islas Canarias, analiza en estas líneas cómo ha sido su recorrido vital desde que un buen día se apuntó en un cursillo de verano que le condicionaría para siempre.
Hoy, el Cabildo de Gran Canaria le reconoce sus méritos con un premio que ella quiere compartir con infinidad de personas que alguna vez estuvieron cerca.
— La historia del deporte en general, y del femenino en particular, en Canarias no se entendería sin el papel que ha jugado Begoña Santana en ella. Una mujer que ha dedicado su vida al baloncesto, creyendo en los valores por encima de todo y cosechando éxitos que la convierten en la entrenadora con más campeonatos de España ganados. ¿Cómo fueron los inicios? ¿Por qué llega Begoña Santana al baloncesto?
— Cuando tenía diez años me asomé en la ventana de casa y vi entrando mucha gente en un local en mi esquina, me acerqué con mi madre y vi que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria organizaba un cursillo de verano de baloncesto y me apunté. Me gustó tanto que todos los días deseaba que llegase la hora de entrenar, ya que lo pasaba increíblemente bien cada minuto de cada día. Ese momento podemos decir que fue mi inicio en el baloncesto.
— En este camino a usted le gusta recordar también a todos los que han estado a su lado, avanzando paso a paso. ¿Quiénes son esos incondicionales y qué papel han jugado en todos estos logros?
— Tendría que agradecérselo a muchísima gente. En un principio a Antonio Bermúdez, que hizo muchísimo por la juventud en el barrio de Escaleritas. Como presidente de la UD Las Palmas en su sección de baloncesto habló con nosotras para formar los equipos y nos lo pasábamos genial, nos organizaba los fines de semana excursiones a Gáldar, Agaete y a otros municipios de la isla, donde jugábamos partidos contra equipos de allí. También hacíamos salidas a la playa y encuentros con otros chicos y chicas que terminaron por engancharme a este deporte. Por tanto, primero tengo que agradecérselo a él. Además, gracias a Antonio conocí a Domingo y nos hicimos novios muy jovencitos.
— ¿Y a quién más?
— A Pedro Pulido, que fue nuestro entrenador y preparador físico. Pedro era un genio y un adelantado en su campo y, tanto Domingo como yo, aprendimos muchísimo de él. Nos encantaba su forma de trabajar. Cada día nos hacía una preparación durísima pero lo pasábamos tan bien que nos gustaba. En tercer lugar, tengo que acordarme de Pepe Rivero, que casi siempre iba por el Centro Insular de Deportes a ver los entrenamientos, hablar con nosotros y animarnos.
— También está Domingo...
— Por supuesto. Él fue mi entrenador y quién más me exigió, pero yo la verdad es que lo pasé muy bien como su jugadora. Cuando nos casamos, nuestra relación siguió fuerte. Hemos seguido trabajando codo con codo durante toda la vida, incluso en la fase de ascenso que logramos subir. La verdad es que me siento muy orgullosa de todo lo que logramos juntos. También hay mucha gente detrás que nos ha ayudado, como José Santana y Adrián Déniz, y, por supuesto, a mi madre que me permitió en aquellos tiempos entrenar tanto, a todos ellos quiero darles muchísimas gracias.
— Este 2020 se cumple el 40 aniversario del Club Baloncesto SPAR Gran Canaria Islas Canarias. ¿Se podría contar la vida de Begoña Santana sin este equipo?
— Sería complicado. El Club Baloncesto Islas Canarias, hoy SPAR Gran Canaria surge una vez que Domingo y yo nos hicimos novios. Él jugaba en la UD Las Palmas y yo también, luego él se fue al Casa de Galicia y ellos quisieron formar equipos femeninos por lo que yo dejé la UD. Empecé desde muy jovencita a entrenar a las niñas del barrio, formé un infantil, un cadete y un júnior.
— Y usted jugaba en el equipo sénior, ¿no es así?
— Sí. Domingo era nuestro entrenador y nos llevó hasta la fase de ascenso. Ahí también estaban las chicas a las que yo enseñé a jugar a baloncesto, además de algunas compañeras que se vinieron conmigo de la UD Las Palmas, como Gloria Cabrera, Pilar Burgos, Mari Carmen Hidalgo, las hermanas Marta y Loli Monzón, Mariló Rosales y, mis jugadoras, Emma Negrín, las hermanas Chiqui y Carmen Rosa Rodríguez junto a Loli (La Judoka) Díaz. En 1983 ascendimos de categoría en León y fue una experiencia increíble.
— ¿Cómo era tener a Domingo Díaz de entrenador?
— Domingo nos llevaba perfectamente. Era un entrenador adelantado a la vida, no hacía falta hacer vídeos, con decirnos cuatro palabras ya sabíamos todo lo que teníamos que hacer. A partir de 1983, todo fue un camino de éxitos, subimos a la máxima categoría y fuimos por primera vez campeonas de España en infantiles.
— Fue el primero de los muchos campeonatos que vendrían...
— Así es. Ahora mismo tenemos más títulos de campeonas de España, 44, que años en Primera.
— ¿Cuál ha sido el secreto para lograr conquistar todo esto?
— La unión que tenemos con el baloncesto y que, de no existir, no hubiera existido el Club. Ha sido una magia que tanto a Domingo como a mí nos gustara tanto este deporte y poderle dedicar muchísimas horas, crear equipos, estar cada día con ellas, exigiéndoles para ser mejores jugadoras y personas, para ganar. Siempre recuerdo los primeros campeonatos, cuando perdíamos... luego ya era muy difícil que nos ganaran y así nos labramos un puesto en España. Cuando llegábamos a un campeonato nos cogían miedo porque nuestras jugadoras eran muy competitivas, inteligentes, ganadoras y estaban muy bien preparadas.
— Aunque seguro que momentos para el recuerdo tendrá incontables, si solo pudiera señalar uno, ¿cuál sería?
— Es una pregunta muy difícil porque hay muchos, pero como jugadora me quedaría con la Fase de Ascenso de León, que subimos al equipo a Primera y gracias a ello nuestra tierra pudo tener un conjunto en la máxima categoría. Muchísimas jugadoras nuestras hoy en día son muy importantes en este deporte y han conseguido muchísimos éxitos.
— ¿Y en el papel de entrenadora?
— La consecución de la Copa de Europa Liliana Ronchetti en el año 1999, que significó tocar el cielo, fue un trabajo bien hecho, tanto por Domingo, como por las jugadoras, presidente, seguidores, por toda la isla… aquello fue maravilloso vivirlo. Para mí estos han sido los momentos más importantes de la historia del club.
— Si algo ha caracterizado al Club Baloncesto SPAR Gran Canaria es su trabajo continuo con la cantera. Del Rodríguez Monroy y de La Paterna han salido jugadoras enormes que han representado a España a nivel mundial. ¿Qué supone esto en su trabajo?
—Muchísimo, es un premio al trabajo de muchos días, meses y años, y estoy muy orgullosa de todas ellas porque representan en cualquier sitio en donde estén a la mujer trabajadora y, creo, que les ha venido muy bien esa preparación que desde jovencitas hicieron para alcanzar esas metas tan grandes.
— En el deporte a menudo se mide el éxito o el fracaso en función de las ligas o campeonatos cosechados. Para Begoña Santana, ¿cuál es el verdadero éxito de este club?
— El verdadero éxito del CB SPAR Gran Canaria es el trabajo. Hay muchísimo esfuerzo detrás, muchísimas horas, buscando el sitio a cada jugadora, buscando su momento, una preparación física y técnica para lograr su mejor desarrollo. A Domingo y a mí nos ha venido muy bien haber sido jugadores y luego entrenadores para lograr éxitos. Hemos sido un fenómeno social en nuestra isla, aunque algunos no quisieran verlo o intentaran ocultarlo, la verdad es que los títulos están ahí. El éxito está en eso, en trabajar, en querer hacer las cosas bien hechas, gustarte la labor que haces, que las niñas comprendan por qué hay que esforzarse y, al final, la recompensa de todos los títulos ganados.
— Una de las grandes piedras en el camino en el deporte femenino es la cuestión económica, con subvenciones o apoyos de patrocinadores que, a menudo, benefician a los deportes masculinos. ¿Cree que llegará usted a vivir la igualdad en este aspecto?
— Hay muchas contestaciones, pero yo quiero responder: si nuestro club hubiese estado en otro sitio segurísimo que nuestro primer equipo estaría jugando por todos los títulos, europeos, Copa de la Reina, Liga… Aquí no se nos ha respetado. Si un club de cualquier país del mundo sacase una jugadora medallista olímpica sería muy valorado. Nosotros hemos formado seis olímpicas, tres con medalla de plata, y parece que no ha pasado. Con respecto a la igualdad, a mí no me ha llegado nunca, siempre hemos estado en el trabajo en silencio, con Domingo tocando las puertas para obtener dinero y que las niñas puedan hacer baloncesto y que no fuese tan caro para ellas.
— ¿Es muy difícil?
—Muchísimo porque, para que ellas puedan participar hace falta dinero. Además de licencias, seguros y arbitrajes, tienen campeonatos de Canarias y de España, y eso se lleva más de la mitad del presupuesto. Pero bueno, espero que este año sí, con Ángel Víctor Torres, como presidente del Gobierno de Canarias, y con Antonio Morales, como presidente del Cabildo de Gran Canaria, dos luchadores por la igualdad. Mi deseo es que, antes de que yo me vaya, esas palabras que han salido de sus bocas me llenen de alegría a mí y a todas las mujeres que han salido de este Club.
— ¿Qué pasa entonces con el deporte femenino para verse tan perjudicado a nivel económico y mediático aún teniendo éxitos?
— Es una pregunta que me hago todos los días… Haber tenido tanto éxito en el trabajo realizado durante 40 años, que no creo que en España haya nadie que tenga un currículo similar, que somos un fenómeno social, que en una isla tan pequeñita con muy poquitos habitantes llegar a esos méritos tan grandes, pues sí, me pregunto cada día qué falla para que no exista un reconocimiento a la altura. Yo pienso constantemente en el sistema actual, el que se dice que las mujeres no tenemos la fuerza que tienen los hombres, que estamos jugando en inferioridad de condiciones, que las canchas sean un poco más pequeñas, las canastas un poco más bajas… pienso en que las empresas tienen que apoyar más al deporte femenino porque, por poner un ejemplo, en las últimas Olimpiadas ganaron para nuestro país más medallas las mujeres que los hombres.
-¿Tiene confianza?
-Sí. Eso significa que, en cuanto tengamos la igualdad, el resultado va a ser muy positivo. Yo deseo cada día de mi vida que eso llegue ya de una vez. Confío mucho en la palabra de Ángel Victor Torres y de Antonio Morales, para promover el deporte femenino.
— ¿Por qué animaría a una niña a pasarse por La Paterna o la cancha Rodríguez Monroy y empezar su camino en el baloncesto?
— Animaría a cualquier niña de Gran Canaria, de Canarias, de España o del mundo, ya que nos han venido en los últimos años niñas de medio mundo a nuestro Club. Primero, porque es fundamental el deporte en nuestro cuerpo y en la salud; segundo, porque es una forma de que las chicas el día de mañana sepan desenvolverse en las dificultades que les ponga la vida; y, tercero, porque a través del deporte se conoce un mundo fantástico, porque el baloncesto es un deporte de equipo y se va repartiendo, porque si ganamos, ganamos todos, y si perdemos, perdemos todos y entrenamos todas para volver a ganar. Eso hace que el día de mañana funcionemo muchísimo mejor con todo en la vida. Además, es muy importante para todas las personas hacer deporte y yo animaría a todas las chicas canarias a que se acercasen a nuestras canchas a hacer deporte con nosotras.
— ¿Se ha planteado cómo será el momento de su despedida de la cancha? ¿Se imagina una vida sin baloncesto?
— Tendrá que llegar en cualquier momento. Yo llevo toda mi vida desde que era muy jovencita metida en el deporte y, junto con Domingo, hemos dedicado toda nuestra vida al deporte con el objetivo de ayudar a la sociedad, con todos los equipos que tenemos, todos los campeonatos, es una lucha diaria, pero es un mundo que nos ha fascinado a los dos. Vivimos así porque siempre nos ha encantado, pero, por supuesto que sí, que como entrenadora pienso retirarme y estamos preparando a mucha gente para cuando llegue ese momento, porque nadie es indispensable en la vida.
-¿Cree que alguien tomará el relevo?
-Eso esperamos. Si la gente coge lo bueno de nosotros, pues seguirá triunfando porque si hay una cosa que sí hemos dejado clarísimo es el trabajo, ya que las personas que trabajan y son serias llegarán a cimas muy altas y espero que ese legado sirva para algo a nuestros entrenadores. En nuestras islas hay mucho talento. El resto es trabajo.
Todo el mundo sabe que Begoña Santana es el alma mater del CB SPAR Gran Canaria. De su trabajo de coordinación en la cantera han salido miles de buenas jugadoras, internacionales en todas las categorías, olímpicas como Patricia Hernández, Blanca Ares o Rosi Sánchez, tocando el cielo con ese trío que formaron Leticia Romero, Astou Ndour y Leonor Rodríguez y la plata olímpica en los Juegos de Río de Janeiro de 2016. Y aquí en esta foto, en el Gran Canaria Arena, está reunida la clase dirigente del baloncesto grancanario, Domingo Díaz y Enrique Moreno, presidente del Herbalife Gran Canaria, con la deportista que ha fabricado, a través de su esfuerzo y tesón, una huella imborrable, Begoña Santana, la jefa.
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