El aliciente obligatorio de los 58 puntos
La UD debe alcanzar esa cifra para superar el listón de la campaña pasada, en la que finalizó en novena posición. En el club esperan cumplir este mínimo
IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 19 de abril 2021, 01:00
A la hora de buscar alicientes para los siete partidos que restan hasta final de temporada, dándose por sentado que se cubrirá sin problemas lo requerido para certificar la permanencia en la categoría (bastaría un triunfo y algún empate más), la UD tiene la exigencia de superar lo logrado la campaña pasada, en la que totalizó 57 puntos y quedó en novena posición tras las 42 jornadas disputadas en el calendario regular.
Con los números en la mano, y considerando que le restan once unidades para igualar este registro y otra más para mejorarlo, la misión va a requerir una regularidad extrema del equipo, dado el tramo tan corto de competición que queda por cumplir.
Aunque no se pueden comparar las plantillas de hace un año (con Viera medio curso y Pedri de principio a fin) y la actual y tampoco los avatares de una competición que meses atrás tuvo que abrir un paréntesis por la pandemia y, en el curso 2020-21 ha podido desarrollarse sin parones, sí vale como baremo el numérico para establecer paralelismos. En la dirigencia de la UD consideran que es obligatorio buscar siempre más y evitar el ejercicio del conformismo. Lo implica el escudo y más cuando el escenario es el de una Segunda División en el que Las Palmas, sin tener el presupuesto más puntero, sí está obligada a manejarse en la zona media-alta de la clasificación, algo que ahora está en cuestión.
Mel va a incidir especialmente en la mentalización para mantener el nervio competitivo en el equipo
Mel es el primero que incentiva en el vestuario el afán de superación y tiene presente el listón que se estableció bajo su tutela en 2020. Sabe que, en esa renovación suya ahora en compás de espera, el refuerzo de situarse por encima de lo conseguido tendría efecto multiplicador y confía en poder revitalizar a sus hombres para que se pongan a ello. La genética ganadora que lleva le permite resetear cuando la trayectoria se tuerce, tal y como pasa ahora tras encadenar tres empates consecutivos, y esa labor de mentalización que requiere la domina como pocos, tirando de conocimientos, experiencia e intuición. Es ahí donde más va incidir, convencido de que ahora, más que piernas, se requiere motivación, tesón y colmillo para mantener el nervio que se precisa.
Y tal y como sucedió a comienzos de año, cuando la visita al Gran Canaria del Espanyol se percibía como una oportunidad inigualable de tirar para arriba luego de varias jornadas sin ganar (4), y así ocurrió, ahora que se vive una coyuntura similar Mel tiene el pálpito de que dar el golpe en Cornellá le procuraría a sus futbolistas el escenario ideal para mirar al frente con otro ánimo al que ahora impera. Ya la UD se demostró que es capaz de derrotar al líder, y entonces no tenía a Jesé, matiz importante.
La previsible entrada de Jesé en el once así como la consolidación de los progresos ya ofrecidos frente al Málaga, con más mordiente arriba y poder de reacción luego de encajar primero, alimentan el optimismo con vistas a lo que viene, considerando, también, que aumentará la nómina de disponibles si Kirian y Mujica confirman que pueden estar disponibles. Todo va a sumar en esa dirección.
El asalto al feudo periquito, con todos los pronósticos en contra, lo que se puede considerar como una liberación, se toma como el primer escalón de los necesarios para que este equipo mejore las estadísticas heredadas. Parece un premio menor, pero la temporada ha sido como ha sido, y, en el reciclaje constante que se requiere, ahora ahí queda fijada la meta y en la que hace falta meter nrendimiento, triunfos y puntos, empezando, ni más ni menos, que contra el líder.