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El presidente de la SGAE, Antonio Onetti. Francis Tsang
«La sociedad ya no nos ve como una cueva de ladrones»

Antonio Onetti

Presidente de la SGAE
«La sociedad ya no nos ve como una cueva de ladrones»

«Estamos cerrando un ciclo pero hace falta una etapa de consolidación» afirma quien ha devuelto la estabilidad a la entidad pero aún no sabe si volverá a presentarse

Iker Cortés

Madrid

Domingo, 21 de julio 2024, 00:22

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A Antonio Onetti (Sevilla, 62 años) se le escucha satisfecho al otro lado del hilo telefónico. El presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) concluirá en noviembre su mandato al frente de la entidad y aún no tiene claro si volverá a presentarse, pero está convencido de que después de estos cuatro años «estamos en el cierre de una etapa». Un ciclo que dejó a la SGAE al borde de la desaparición, con una amenaza de retirada de licencia por parte del Ministerio de Cultura y la expulsión de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac). Solucionado el problema, «en los años 2022 y 2023 hemos rozado los 350 millones de euros de recaudación, que es la recaudación que teníamos en 2007», saca pecho Onetti. Eso sí, «hace falta una etapa de consolidación», hace hincapié el guionista y dramaturgo.

-En noviembre concluye su mandato como presidente de la SGAE. ¿Qué balance hace de este periodo? ¿Cuáles han sido los aciertos y los errores?

-Yo tenía un objetivo inmediato, salvar la SGAE. Estábamos con una amenaza de retirada de licencia por parte del Ministerio de Cultura y expulsados de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac). Si no se hubiera arreglado, la SGAE habría desaparecido. La gravedad era extrema. Tuve la suerte de que tenía una junta directiva detrás que estaba de acuerdo en que había que arreglar esa situación, cambiando los estatutos y los reglamentos del reparto para que dejara de existir esa distorsión del reparto.

-Se refiere al caso de 'la rueda', en el que algunos socios tenían grandes ingresos de autor de las teles por sus apariciones de madrugada, con audiencias ínfimas.

-Eso es. Eran programas en los que una canción que se emitía a las 3 de la mañana, tenía un 1% de audiencia, y podía estar generando más derechos que otra canción que estaba en 'prime time'. Era un absurdo estratosférico, sobre todo para el resto del mundo porque no hay que olvidar que nosotros también representamos a los autores del resto del mundo en España y recaudamos por ello y tenemos convenios recíprocos con todas las entidades de gestión.

-¿Cómo están las cosas ahora?

-La situación se ha normalizado. Cisac, en uno de sus últimos informes, dice que somos la novena entidad de gestión del mundo en importancia en recaudación. Con el Ministerio de Cultura hemos recuperado unas relaciones estupendas y por supuesto nos levantó en su momento ese apercibimiento de retirada de licencia. En 2022 y 2023 hemos rozado los 350 millones de euros de recaudación, que es la recaudación que teníamos en 2007. Y si comparamos el número de autores que recibieron derechos en 2019 con 2023, son 37.000 autores frente a 83.000, más del doble. Estamos recaudando y repartiendo mejor.

-¿Qué le ha quedado por hacer?

-Un millón de cosas, aunque creo que hemos hecho lo más gordo. SGAE es una entidad multirrepertorio: música, artes escénicas y audiovisual. Hemos hecho cosas que afectan a todos los colegios, pero creo que ahora hay que profundizar más en las mejoras de cada uno de ellos.

-¿Cómo se llegó a esa situación?

-Porque el reglamento de SGAE lo permitía. Nosotros lo hemos cambiado, pero eso no significa que sea eterno. Creo que hace falta una etapa de consolidación para que todo eso se asiente.

-Decía en sus primeras entrevistas al frente de la SGAE que aspiraba a que los socios se sintieran orgullosos de nuevo. ¿Lo ha conseguido?

-Eso es más difícil, pero yo creo que hay algunos que ya se empiezan a poner otra vez la camiseta de SGAE. Hemos mejorado mucho en la relación con los socios, con las instituciones y con la sociedad, que ya empieza a mirar a la SGAE como una cosa normal y no como una cueva de ladrones. Ya no existe ese desprestigio.

-¿Volverá a presentarse?

-No lo sé. Yo creo que todavía es prematuro hablar de eso. Antes los candidatos se presentaban de manera individual, pero con los cambios en los estatutos, ahora las candidaturas van a ser conjuntas y cerradas, con lo cual se presenta un equipo. Si considero que tengo un equipo que me respalde y que está dispuesto a seguir por este camino, pues sí me presentaré, pero todavía lo tengo que meditar.

El aniversario

-Este año la entidad celebra sus 125 años de existencia. ¿Cómo describe su situación actual?

-Tras estos últimos cuatro años, los primeros en los que se cumple una legislatura entera desde 2011, estamos en el cierre de una etapa, que empieza en 2005-2007, que es cuando arranca todo el lío con internet, la piratería y la SGAE como si fuéramos los malos de la película. Eso nos ha coincidido con el 125 aniversario, que nos ha permitido comprobar ciertas cosas.

-¿Qué cosas?

-Te pongo un ejemplo. Hace uno o dos meses hicimos un concierto en Sevilla dedicado a la música urbana, en el teatro de la Cartuja. Entraron como unos 3.500 chavales de entre 15 y 20 años. Villano Antillano, Judeline... Y tu veías que esta generación ya no tiene ningún prejuicio con la SGAE.

-¿No hay desafección?

-Al contrario, teníamos cientos de mensajes en redes sociales dando las gracias a SGAE. Y yo estaba allí y decía: «Joder, macho, lo que era la puta SGAE y lo que es esto» (risas). Es que esta generación es consumidora de autores que también son nuestros. En cuanto despuntan un poquito y comprenden que los derechos de autor es dinero, pues se apuntan para recaudarlo, obviamente. Y su público nos ve como la cosa más normal del mundo.

-¿Se ha arrepentido alguna vez de meterse en este fregado?

-(Risas) Pues no. Yo me metí en esto porque soy socio desde hace 35 años y he vivido económicamente gracias al dinero que me ha repartido SGAE por mi trabajo y por mis obras y me daba mucha pena tener la sociedad como la teníamos. Pero también te digo que yo he seguido trabajando y escribiendo.

-Como escritor, guionista y dramaturgo, ¿le preocupa la inteligencia artificial (IA)?

-Nos tiene que preocupar en la medida en que se pretenda con ella suplantar la figura de los autores. Tenemos que proteger antes a los seres humanos que a los negocios.

-En la UE se trabaja en una ley para regular la IA, pero al mismo tiempo ChatGPT ya ha reconocido que no podría funcionar sin violar los derechos de autor.

-Hay autores que pueden decir: «Bueno, pues voy a prohibir que mi obra sea utilizada para eso». Es imposible porque ya la ha utilizado. Lo único que se puede hacer es que haya una compensación, similar a la de la copia privada, para que los autores reciban una justa compensación por ese uso que se ha hecho de sus obras. Y eso, además, solo se puede hacer por ley y a través de las entidades en gestión. Eso es lo que ahora mismo se está barajando, que haya unas licencias generales a cambio de una retribución.

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