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Pepe Dámaso, uno de los grandes referentes del arte en Canarias, rememora este Jueves Santo la creación de una de sus primeras obras religiosas: un tríptico encargado en 1968 por el arquitecto Manolo Peña para una iglesia del sur de la isla. Con apenas 34 años, Dámaso firmó una pieza de vanguardia estilística y profunda carga conceptual, que hoy, 57 años después, continúa sorprendiendo por su fuerza visual y espiritual.
Aprovechando la conmemoración del Jueves Santo, Dámaso ha compartido un mensaje con sus allegados en el que recuerda con emoción el traslado del tríptico a la Iglesia de Agaete, donde actualmente se encuentra expuesto en el monumento a Jesús Sacramentado. «Al ver las imágenes de la obra me asombra la técnica ya definida, siendo yo tan joven», expresa el artista.
Dámaso dedica el recuerdo a su amigo PERI, entonces monaguillo y hoy guardián sensible del legado artístico del pueblo. «Es a mi amigo PERI a quien quiero dedicarle este recuerdo, por su sensibilidad y talento que ha sabido protegerlo y valorarlo en la actualidad como patrimonio artístico de nuestro querido pueblo», concluye.
A sus 91 años, Dámaso sigue siendo un faro de memoria, arte y espiritualidad en la cultura canaria, con una trayectoria que continúa inspirando generaciones y enriqueciendo el imaginario colectivo del archipiélago.
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