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El salón de la casa de Penélope Cruz y Javier Bardem atesora más premios que la vitrina de un equipo de fútbol. La actriz ha sido nominada cuatro veces al Oscar, incluida en esta última edición, obteniéndolo en 2008 como intérprete de reparto por 'Vicky Cristina Barcelona'. El año pasado se convirtió en la primera actriz española ganadora de la Copa Volpi en el Festival de Venecia por 'Madres paralelas'. También obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en Cannes junto a sus compañeras de 'Volver' y el César honorífico. En 2019 fue el Premio Donostia más joven de la historia y a sus 48 años ha recibido trece nominaciones al Goya, ganando en tres ocasiones la estatuilla.
Solo le quedaba el Premio Nacional de Cinematografía, que concede el Ministerio de Cultura «por los éxitos cosechados en 2021, que se unen a todos los recogidos en una trayectoria excepcional». El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, se lo ha entregado este sábado en el marco del Festival de San Sebastián, que todos los años reserva la mañana del primer sábado para el tradicional encuentro en el Edificio Tabakalera. Estuvieron la madre y la hermana de la homenajeada, Mónica Cruz, el actor Luis Tosar, y autoridades como la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño, el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez Leite, y el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos.
«Sus películas forman parte de nuestra memoria y patrimonio como espectador», destacó el ministro Iceta. «Penélope obra un milagro en cada película, su talento atraviesa la pantalla para abrazarnos. Vuela lejos pero jamás olvida sus orígenes. Tu nombre forma parte de la Historia del Cine», sentenció Iceta antes de entregarle el galardón.
Goya Toledo, amiga del alma de Penélope, recordó sus inicios y la invitación de la actriz para dormir en su casa cuando llegó a Madrid. Destacó el apoyo de su madre, de su profesora de interpretación Cristina Rota y de la representante Katrina Bayonas. «Eres una mujer de familia, es tu gran prioridad, la familia que has heredado y con la que has crecido», piropeó. «Sigues siendo la de siempre. Pese a los premios, nada ha cambiado a esa niña de Alcobendas que siempre supo que quería ser actriz. Tienes un ángel que vuela sobre ti y que te lo has ganado. Te queremos mucho». Una emocionada Penélope Cruz con un traje rosa de Chanel agradecía «el honor» y recordó la importancia del cine en su infancia, la posibilidad de vivir vidas y ensanchar su visión del mundo. El apoyo de sus padres, remarcó fue vital: «Sin ellos yo no estaría aquí. La entrega de mi madre con sus hijos sigue siendo un modelo para entender la vida».
Cruz citó a Bigas Luna, Fernando Trueba y Pedro Almodóvar, este último el director con el que más veces ha trabajado, «una de las personas que mejor ha retratado nuestro país». Anunció que un tercio de los 30.000 euros de dotación del premio irán a la plataforma de afectados por la hipoteca, otro tercio a la Fundación Cris y la unidad contra el cáncer de terapias avanzadas del hospital La Paz y otro al fondo asistencial creado por Pilar Bardem en la entidad de gestión de intérpretes y artistas AISGE. Finalmente dedicó el galardón a su marido y a sus hijos, «lo más maravilloso que tengo en la vida».
Ya en un aparte con periodistas tras el acto, la actriz echó la vista atrás, a su infancia en Alcobendas, cuando ni siquiera tenía un cine cerca de casa y veía películas en un vídeo Betamax «de 400 kilos». «Mis padres me podían haber dicho que ni de broma, no teníamos ningún referente cercano a nivel de familia ni amigos, ningún artista». Después del colegio, Penélope hacía los deberes y veía películas. «Me di cuenta de que yo quería hacer eso», recordó. Lo que más le gusta de su profesión es «empezar de cero». Y nunca piensa demasiado cuando le dicen que es un referente. «Agradezco el piropo, pero es más sano para mí estar en otro sitio, el de una actriz que sigue con los mismos nervios y las ganas de aprender».
El triple destino de la dotación económica del premio lo tenía claro. «Me parecía muy importante donar el importe completo y elegir bien su destino, porque hay tantas personas que lo necesitan... Ahora mismo, para mí, hay personas que reciben ayuda de la plataforma Antidesahucios que tienen nombre y apellidos. Están en mi vida y sé lo que están pasando en este momento. Conozco a Antonio Pérez en La Paz, un investigador del cáncer infantil al que se lo rifan en todo el mundo. Pero él no quiere abandonar España. Este proyecto que tiene junto a la Fundación Cris es impresionante, le he visto salvar muchas vidas, algunas de personas que conocía muy de cerca. Lo da todo por ayudar. Y, por supuesto, también vi luchar muy duro a Pilar Bardem para crear un fondo de asistencia que ayuda a muchos actores sin trabajo, sobre todo mayores».
Luis Tosar, amigo y vecino de urbanización del matrimonio Bardem-Cruz en las afueras de Madrid, también tuvo unas palabras para su amiga: «Conozco a todas las Penélopes: la madre, la amiga, la compañera, la actriz... Todas son poderosas y todas son la misma. Hemos reído mucho y también llorado actuando. No eres consciente de todo lo que significas para nuestra industria y nuestra cultura, tu trabajo habla por ti solo. Porque para ser buena actriz hay que ser antes mejor persona».
Han pasado más de treinta años desde que aquella bailarina del Conservatorio Nacional apareciera en un videoclip de Mecano y supiera qué era la popularidad de la mano de su primera pareja oficial, Nacho Cano. Después vendrían los soñados trabajos con Almodóvar, el salto a Hollywood, que incluyó un noviazgo de tres años con Tom Cruise, y el Oscar gracias a Woody Allen. Madre de dos hijos, Leo y Luna, junto a Javier Bardem, con quien se casó en 2010, Penélope Cruz está «comprometida con su oficio y busca la excelencia en su trabajo, gracias a lo cual ha creado algunos de los personajes más inolvidables de la historia de nuestro cine», según el jurado del Premio Nacional de Cine.
La protagonista de 'Jamón, jamón', 'Belle Epoque' y 'Dolor y gloria' tenía 19 años cuando recibió la llamada de Pedro Almodóvar para participar en 'Kika'. Ha hecho realidad las ensoñaciones que tenía en la peluquería de su madre en Alcobendas, cuando se ponía a hacer los deberes pero en realidad espiaba fascinada a las clientas. El Premio Nacional de Cine, que el año pasado recibió José Sacristán, destaca a Penélope Cruz como «una de las cabezas visibles de una generación, la de los años 90, que supuso una renovación del cine español, participando en muchas de las películas emblemáticas y aclamadas internacionalmente».
Cruz no para. El año pasado estrenó 'Madres paralelas', 'Competencia oficial' y 'Agentes 355'. Ha viajado a la Roma de los años 70 en 'La inmensidad', una historia de amor dirigida por Emanuele Crialese que presentó en Venecia, y estos días rueda en Italia 'Ferrari', biopic del fundador de la famosa compañía automovilística italiana con Michael Mann tras la cámara. Adam Driver da vida a Enzo Ferrari y la española se mete en la piel de su esposa Laura. En el Zinemaldia también ha promocionado 'En los márgenes', debut en la dirección de su buen amigo Juan Diego Botto con una historia sobre personajes que tratan de mantenerse a flote y sobrevivir durante 24 horas claves con el telón de fondo de los desahucios.
Cruz, Botto y Luis Tosar, protagonista de 'En los márgenes', han mostrado su apoyo en San Sebastián a la plataforma Stop Desahucios. Representantes de la organización, apoyados por concejales de los grupos municipales de Elkarrekin Donostia y Ezker Anitza-IU, se acercaron al teatro Victoria Eugenia en la noche del viernes para hacerle entrega a la actriz de una bandera con el logotipo Stop Desahucios.
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