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La soprano grancanaria Tania Lorenzo Castro tiene claro que la conexión que se establece entre los cantantes y la orquesta es un elemento fundamental sobre el escenario. De ahí que afronte con ilusión, responsabilidad y un cierto grado de tranquilidad su estreno de mañana dentro de la temporada de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), bajo la dirección de Beatriz Fernández Aucejo.
«La OFGC me ha visto crecer, me siento como en casa con ella. Me cuidan mucho y me arropan. Es un regalo enorme hacer música con ellos. Con ellos hago música de verdad, porque la conexión es muy bonita. Por eso valoro tanto este concierto, además de por lo que significa cantar delante de mi familia y amigos», apunta esta cantante que forma parte del Ensemble de solistas del Teatro de Lucerna, en Suiza.
En la velada que arranca a las 20.00 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus, la soprano aborda un repertorio de arias mozartianas. «El maestro Karel Mark Chichon me propuso cantar Mozart, como había hecho en la gira OFGC 21, pero esta vez elegimos unas arias diferentes».
En concreto, dará vida a arias de las óperas 'Idomeneo, rey de creta' (1781), 'El rapto en el serrallo' (1782) y 'La flauta mágica' (1791). Los pasajes seleccionados de los roles de Ilia, Pamina y Konstanze le permitirán exhibir «distintos colores», pero siempre desde un registro «dramático».
«El aria de Pamina es un poco más suave, la de Ilia un poco más desesperada y Konstanze se vuelve loca», avanza entre risas la cantante isleña que durante dos años integró la formación joven de la Semperoper de Dresden.
Reconoce que dentro del repertorio del genial y universal compositor salzburgués se encuentra «cómoda».
«Siempre me hace bien. Disfruto mucho cantando Mozart. Es siempre un repertorio muy expuesto. Es una música muy transparente y trata la voz como si fuera un instrumento más. No se puede escapar nada, tiene que ser todo muy preciso, la entonación, la línea, el fraseo... Todo se ve, porque es todo muy transparente», reconoce la cantante que ya había coincidido con la directora Beatriz Fernández Aucejo en el concierto de Navidad de la OFGC, celebrado también en el Auditorio Alfredo Kraus hace tres años.
Cuando se pusieron en contacto con ella para cerrar su participación en la actual temporada de abono el principal escollo fue de agendas, ya que la carrera de esta cantante en centroeuropea está más que consolidada y en crecimiento.
«Me gustaría cantar más a menudo en casa, lo más difícil fue encontrar la fecha por los compromisos que ya tenía», dice quien se estrenó hace años también dentro de la temporada de los Amigos Canarios de la Ópera (ACO), que por ahora no han vuelto a contactarla para sus próximas temporadas en el Teatro Pérez Galdós.
Mientras tanto, la cantante considera que la temporada recién finalizada en Lucerna ha sido «muy positiva, porque he aprendido mucho».
Tania Lorenzo avanza alguno de los compromisos que le esperan desde que regrese a Suiza, a comienzos de agosto, para afrontar la nueva campaña del Teatro de Lucerna.
«Repito Belinda, en 'Dido y Eneas', debuto Gretel, en la ópera 'Hänsel y Gretel' y también Leocasta en 'Il Giustino' de Vivaldi, y Musetta en 'La Bohème'», desvela la cantante.
Le suma otra puesta de largo de mucho peso, en esta ocasión en diciembre, en la también prestigiosa ópera de Zurich. «Vuelvo a cantar Amour, en 'Plattée', de Jean-Philippe Rameau. Me hace mucha ilusión, porque además dirige Emmanuelle Haïm, que es excelente», señala sobre un montaje en el que comparte reparto junto a Mathias Vidal, Evan Hughes, Katia Ledoux, Renato Dolcini, Alasdair Kent, Nathan Haller, Mary Beva, Theo Hoffman y Anna El-Khashem.
Amihai Grosz, solista principal de viola de la Orquesta Filarmónica de Berlín, se suma en el concierto de mañana en el Auditorio Alfredo Kraus a los grandes nombres de la mítica agrupación alemana que ha acudido a tocar junto a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria en las últimas temporadas.
En su presentación con la OFGC, Grosz protagonizará la 'Rapsodia-Concierto para viola' (1952) del compositor bohemio Bohuslav Martinu, una figura que «vino a prolongar, hasta los años 50 del siglo XX, la gran línea de la música checa romántica, posromántica y moderna: Smetana, Dvorák y Janácek».
La directora Beatriz Fernández Aucejo, ganadora del tercer premio y el premio Arte del Concurso de dirección La Maestranza en 2022, completa el concierto con la primera interpretación en temporada de 'El canto del héroe, op. 111' (1897), el último poema sinfónico compuesto por Antonín Dvorák, estrenado en 1898 por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Mahler y con el propio Dvorák presente.
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