Siroco: La producción musical como punto de encuentro desde el corazón de Vegueta
El estudio que lidera Pablo Quintana desde mayo se ha hecho un hueco en Gran Canaria con su doble vertiente profesional y formativa
Desde el pasado mes de mayo, soplan aires nuevos para la producción musical grancanaria. En el corazón del barrio capitalino de Vegueta se erige Siroco, un espacio creativo para la producción y la formación sonora que nace con la intención de convertirse en «un punto de encuentro» que ayude a potenciar la creación musical de las islas.
«Soy un fiel defensor de los 'Home Studio', pero Siroco es otra cosa, va un paso más allá. Es un punto de encuentro para que fluya la creatividad de forma profesional y amable, ya que no todo el mundo puede ir al 'Home Studio' de otra persona ni montarlo en su casa. Aquí, los músicos tienen un lugar para encontrarse, para generar sinergias y aprender. Cuando hace falta un espacio mayor para grabar y se necesitan unos equipos más avanzados de los que se tienen en casa, aquí los encuentran», explica el grancanario Pablo Quintana, responsable de este espacio que en unos meses ya se ha hecho con un hueco importante en el panorama musical isleño gracias a su doble vertiente, la profesional y la formativa.
En Siroco se pueden producir discos, grabar canciones completas o secciones concretas de las mismas, bandas sonoras, 'podcast' y producciones en directo en un espacio polivalente de 80 metros cuadrados que se ajusta a las necesidades de cada producto musical o sonoro. También se imparten cursos, ya que apunta Pablo Quintana que Siroco es «la primera academia de producción musical en la provincia de Las Palmas, en la de Santa Cruz sí que hay».
Este septiembre arranca el primer curso que se imparte en Siroco sobre producción musical. Contaba con diez plazas, que se han agotado, para acceder a una formación que se extenderá durante los próximos meses. Todos los inscritos son músicos, asegura Quintana. Y esto no es baladí. «Es fundamental que los músicos sepan de producción musical, que tengan unas nociones básicas de producción, porque eso les da una independencia gigante. Permite que puedan abrir vías de negocio desde sus propias casas y también transitar por un camino lleno de posibilidades que genere una vía de ingresos complementarios muy sencilla, siempre y cuando se sea músico, claro. El 90% del trabajo, los músicos ya lo tienen hecho, porque el lenguaje es el mismo. Los músicos hablan de intervalos musicales y en sonido se habla de frecuencias. Solo tienen que adaptarse un poco a la parte sonora. Es un complemento fundamental para los músicos y no les resulta complicado aprenderlo. Eso sí, lo básico, porque es un mundo muy amplio y te puedes complicar la vida todo lo que quieras», subraya este productor y músico.
¿Qué es la producción musical?
Aclara que la producción musical, a grandes rasgos, «es todo lo que tiene que ver con la creación pero está ajena a la parte interpretativa». «Implica cómo grabas, cómo lo procesas, de qué manera manipulas el sonido para que suene una cosa u otra, la elección de texturas, saber mezclar, utilizar herramientas Midi (Musical Instrument Digital Interface), las técnicas de microfonías, hacer arreglos...», añade.
Pablo Quintana estudió producción musical, durante tres años, en la sede barcelonesa de SAE. «La experiencia estuvo muy bien, no tanto por las clases en sí, porque la materia es la que es, sino porque fue una catapulta, porque te rodeas de gente motivada por lo mismo que tú, estás dentro del meollo, nutriéndote constantemente de estímulos creativos y de producción en unos estudios preparados para 'jugar'. Es lo que buscamos en Siroco pero a otra escala, claro. No somos un SAE, pero sí que somos un espacio que nos prestamos a generar esas sinergias mientras impartimos de forma condensada la materia básica», defiende sobre este espacio ubicado en la calle Abreu y Galindo.
Desde mayo, apunta, «no ha parado de venir» profesionales «de muchos estilos musicales» para grabar en Siroco. «Algunos solo vienen para grabar la parte técnica de su producto y no me involucro artísticamente. A lo mejor le aporto algo puntualmente y poco más. Hay otros que buscan otra cosa y permiten que aporte mi visión sonora, como productor y como instrumentista, ya que en algunas grabaciones también he tocado», señala.
Carencias que hay que solventar
«La industria canaria es la que es. Producto musical bruto hay muchísimo. Lo canario está que lo peta, sobre todo lo urbano. Y después hay casos como los de Valeria Castro, que triunfa en lo folk. Lo que falta es tejido industrial, que en la isla y en otras haya tres o más Siroco, así como salas de ensayo y de exhibición. Falta que las administraciones abran la mano con las licencias para que nazcan espacios atractivos para tocar en directo y que sean capaces de convivir con los vecinos», apunta a modo de radiografía de la escena musical isleña.
Pablo Queu es su pseudónimo como músico profesional. «Tengo mi proyecto de música instrumental, enfocado al jazz, pero también con piezas en otros estilos como el funk o el soul, entre otros». También trabaja junto al a cantante Silvie Hernández y como parte de la formación Entre Ilhas, donde músicos de Canarias, Cabo Verde, Madeira y Azores generan un repertorio de Músicas del Mundo (Worl Music).