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'Rigoletto', un título verdiano que hace las delicias de los aficionados a la ópera, cierra la 56ª temporada de la capital grancanaria los días 13, 15 y 17 de junio, siempre a partir de las 20.00 horas, en el Teatro Pérez Galdós.
Este melodrama en tres actos cobra vida de nuevo con una leyenda en el foso y al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), el veterano director israelí Daniel Oren, una escenografía clásica presidida por una imponente escalera que gira a medida que avanza la historia, y un elenco vocal joven y solvente.
Ulises Jaén, director artístico de esta temporada que organiza la asociación Amigos Canarios de la Ópera (ACO), avanza que ha apostado por un reparto «con cantantes ideales para unos roles muy importantes» y que el público grancanario ya ha «aplaudido con anterioridad» en montajes precedentes.
Ese es el caso del barítono mongol Ariunbaatar Gangbaatar, que asume el rol de Rigoletto, y que dejó un gran sabor de boca hace unos meses en el montaje de 'Aida', también de Verdi.
Tres bises arrancó al público isleño el tenor peruano Iván Ayón Rivas en 2020 con el aria 'La furtiva lagrima' de 'L'elisir D'Amor', de Donizetti. Ahora regresa para ponerse en la piel del duque de Mantua en estas tres funciones de la próxima semana. «Estoy muy feliz de volver a una temporada que me dio la oportunidad en un papel protagonista como el de 'L'elisir D'Amor' que suelen dárselo a tenores más ligeros. Para mí supone una gran responsabilidad volver, porque siempre intento hacerlo mejor», explica el joven cantante.
Marina Monzó encarna a Gilda por primera vez en un montaje que se representa en España. «Es un honor estar rodeada de grandes artistas y dirigida por Daniel Oren, que sabe exprimirnos hasta sacar lo mejor de nosotros», subraya.
Precisamente, el director israelí, que ya dejó una gratísima impresión por su forma de acometer 'Cavalleria Rusticana' en mayo de 2021, destacó la gran calidad vocal de Ariunbaatar Gangbaatar en el rol principal, así como el hecho de ser capaz «generar música en común» cada vez que dirige a Iván Ayón Rivas. «Amo hacer música con los cantantes, no solo acompañarles con la orquesta. Y eso lo estamos consiguiendo hacer aquí», añade.
Fue todo elogios también a la hora de definir el trabajo que realiza la soprano nacida en Valencia en 1994. «Marina canta como un ángel, que es como tiene que cantar el personaje de Gilda», asegura sin ambages.
Carlo Antonio de Lucia, junto con Daniele Piscopo, asume la dirección escénica. Asegura que la imponente escalera que reina en el escenario para esta producción propia de ACO es una metáfora «de la opresión» que sufre Rigoletto por su rol bufonesco.
«Verdi se adelanta a su tiempo y lleva a escena a un jorobado, lo que demuestra que lo importante es el alma», apunta.
Daniel Oren se muestra muy contento por haber regresado a la temporada de ópera de Las Palmas de Gran Canaria-Alfredo Kraus, ya que considera que en la misma se genera «una atmósfera muy buena, donde existe una gran pasión por hacer música».
El veterano y reputado director israelí tiene claro que «la música es crear pasión para generar en el público escalofríos de emoción».
Desde el primer ensayo con orquesta en la isla, ha visto que esa «pasión» se ha generado con cada uno de los instrumentistas de la OFGC.
Oren reconoce ser un enamorado de Verdi, al que considera «el compositor de ópera más grande», por su manera de ligar «los dúos, los tercetos y los 'concertantes'». En el caso concreto de 'Rigoletto', subrayó la «excelente música y el maravilloso libreto» y cómo «en los 'concertantes' plasma las características de todos los personajes».
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