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El guitarrista escocés David Russell, en la mañana de este miércoles, en la presentación del concierto de mañana en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria. EFE
«La parte culta de la guitarra siempre ha existido»

«La parte culta de la guitarra siempre ha existido»

David Russell toca este viernes, a partir de las 20.30 horas, en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus, en el ciclo 'Maestros en Guitarra'

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 1 de febrero 2023

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La guitarra se prodiga poco en los espacios sinfónicos. Sus características sonoras y su enorme peso como instrumento popular reduce considerablemente su presencia en los enclaves destinados a la música clásica o 'culta'. David Russell, uno de los grandes dominadores del instrumento dentro de este repertorio, demostrará este viernes en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria el potencial de la guitarra con un repertorio que va desde el Barroco hasta el siglo XX.

«La guitarra siempre ha estado ahí. La parte popular hace que sea muy conocida y que la gente toque algunas cosas... cuatro acordes y sea capaz de acompañar en las canciones. Pero la parte culta siempre ha existido. Al ser un instrumento muy autónomo, que no necesita a nadie más, genera grandes ventajas. Pero también desventajas, porque es un instrumento íntimo, que tiene poco volumen. Aunque eso también es una virtud que tenemos que aprovechar», explica por teléfono David Russell, que protagonizará este concierto desde las 20.30 horas.

El músico escocés explica qué repertorio descubrirá el público en el recinto del paseo de Las Canteras. «Este programa lo he tocado varias veces y en ocasiones añado o quito algunos temas. Empiezo con 'Morceau de concerto Op. 54', de F. Sor, que es como una introducción para entablar la relación con el público. Después tocaré dos corales de Bach y termino la primera parte con obras de Albéniz muy conocidas, como son 'Granada', 'Malagueña' y 'Asturias'. Ya en la segunda parte sigo con unas obras de un desconocido un poco anterior a Bach, como fue J. Kuhnau. Se trata de unas obras muy bonitas y desconocidas para el público. También es poco conocida la pieza 'Variations Brillantes Op.3', de Lackenbacher, cuya partitura del siglo XIX descubrió un compañero italiano. Cierro con una sonativa del guitarrista y compositor argentino Jorge Morel, que se trasladó desde muy joven a Estados Unidos. He tocado distintas obras suyas, esta me la dedicó y creo que es su mejor obra», explica.

Durante el concierto, el escocés permitirá que el público lleve a cabo un largo viaje en el tiempo a través de la música. «En los conciertos me gusta variar. Disfruto pasando de una época a otra. Los contrastes, los sentimientos y las emociones son muy diferentes en cada una de las épocas», explica.

La presencia de música barroca para guitarra puede sorprender, pero tiene una razón que David Russell explica. «Las obras originales de Bach muchas veces son para clave o flauta. Algunas veces para el laúd, que es un primo hermano nuestro. Tocamos obras que él arregló para el laúd, por lo que vemos cómo hacía para pasar las obras de un instrumento a otro. Especialmente en la época barroca, la música no era tan específicamente para un instrumento, sino que se podía adaptar a distintos instrumentos. Tal y como la conocemos ahora, la música para guitarra es de finales del XIX y del siglo XX. El repertorio propio anterior era para laúd, la guitarra era más para acompañar».

David Russell, Tilman Kuttenkeuler y José María Ramírez, este miércoles, en la presentación del concierto. c7

Un virtuoso que aprendió a tocar gracias a su padre en Menorca

David Russell llegó a la guitarra de forma natural y familiar. «Mi padre era pintor y también tocaba algo la guitarra. De niño me gustaba ver cómo disfrutaba al tocarla. Él me enseñó de muy pequeño. En casa no había otros instrumentos y me hice guitarrista casi sin darme cuenta. Podía haber escogido el jazz, el flamenco, que mi padre tocaba un poco, pero disfrutaba más con la música clásica. Una vez definido me metí a estudiar el instrumento, hice la carrera en Londres. Son cosas que no se decidan de pequeño, las cosas evolucionan. Si van bien las cosas, vas para adelante», explica entre risas y en un castellano estupendo.

«De niño, mis padres se trasladaron a Menorca. Crecí en Menorca y aprendí a tocar la guitarra allí. Después, tras acabar los estudios viví en Londres muchos años. Me casé y vivo en Galicia desde hace 30 años», señala el músico.

Resta importancia al hecho de que la guitarra no esté muy presente en los circuitos sinfónicos. «Cuando las oportunidades salen, el público tiene que disfrutar del momento. Tenemos nuestros circuito, lugares con ciclos de guitarra y organizaciones que escogen conciertos de guitarra para sus programaciones. Hay que esforzarse y para que se desarrolle más», apunta. «Es un instrumento difícil. Sigo trabajando y estudiando mucho. Cuenta con mucho repertorio del siglo XIX que se descubrió hace muy poco tiempo y hay muchos compositores creando nuevas obras», añade.

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