«Los músicos clásicos deben hacer todo lo posible para romper la cuarta pared»
entrevista a joshua weilerstein, director de orquesta ·
El joven director norteamericano se estrena este viernes al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran CanariaEl director norteamericano Joshua Weilerstein, recientemente nombrado titular de la Orquesta Sinfónica de Aalborg en Dinamarca desde la temporada 23/24 y artístico de la Orquesta de Cámara de Lausana hasta 2021, se estrena este viernes al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), con el concierto de abono que se desarrollará a partir de las 20.00 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus. Como solista figura Martin Fröst para acometer al concierto para clarinete de Weber, dentro de un programa que se completa con la 'Sinfonía nº8' de Dvorak y la 'Partita para cuerdas' de Gideon Klein, compositor que fue asesinado por los nazis en el campo de exterminio de Auschwitz.
-Se estrena usted con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) dirigiendo el 'Concierto para clarinete nº 1' de Carl Maria von Weber, la 'Sinfonía nº8' de Dvorak y la 'Partita para cuerdas' de Gideon Klein. ¿Qué ideas baraja de cada uno de las piezas?
-Es emocionante hacer dos obras de compositores checos esta semana. Dvorak y Klein tenían solo un par de generaciones de diferencia, pero su música suena completamente diferente, con algunas formas muy inesperadas. Ambos usaron mucha música folclórica en sus piezas, pero la de Dvorak proviene principalmente de Bohemia, mientras que la de Klein se basa en su herencia morava. La combinación de los dos compositores es realmente emocionante y creo que ofrece una gran visión general de la historia de la música checa. El 'Concierto para clarinete nº1' de Weber es uno de los primeros grandes conciertos románticos para vientos, y estoy muy feliz de hacerlo con el notable Martin Frost.
-¿Es la primera vez que dirige a Martin Fröst como solista?
-No, ya hemos trabajado juntos una vez en Verbier con los 'Preludios' de Lutoslawksi y el 'Concierto para clarinete' de Artie Shaw.
-¿Qué referencias tiene de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) y qué le decidió a aceptar dirigirla? ¿Qué le ha parecido en los primeros ensayos?
-Conocía la reputación de la orquesta como una gran orquesta, y cuando me lo pidieron, acepté de inmediato venir a Las Palmas de Gran Canaria a trabajar con ellos. Los primeros ensayos han sido fantásticos: la orquesta toca con gran entusiasmo y calidez, y estoy muy emocionado de ver a dónde van los ensayos a partir de aquí.
-¿Qué aspectos valora más en las orquestas en las que se estrena como director invitado?
-La apertura, la generosidad y el entusiasmo.
-¿En los ensayos se abre a sugerencias de los músicos o llega con todo muy claro y no suele variar la hoja de ruta que ya tenía?
-Por lo general, vengo con un mapa de ruta claro, pero como en cualquier gran viaje por carretera, los desvíos y los cambios que haces en el camino suelen ser los más emocionantes.
-¿Qué director ha sido para usted una de sus principales referencias?
-Carlos Kleiber y Leonard Bernstein.
-¿Le gusta dirigir música contemporánea, como sucede con el estreno al que dará vida con la OFGC?
-Bueno, Klein escribió esta pieza en 1941, así que no la considero contemporánea, pero me encanta dirigir música contemporánea y también música del pasado, como la música de Klein, que fue injustamente reprimida o injustamente olvidada. Klein era un músico con un gran potencial antes de ser asesinado en Auschwitz, en 1944, a la edad de 26 años. La 'Partita' que estamos tocando es una muestra de ese potencial perdido, y es un gran honor tocarla por primera vez con esta orquesta.
-¿Cómo se consigue atraer nuevos públicos a la música clásica?
-¡Esa no es una pregunta fácil de responder! La música clásica en su conjunto necesita darse cuenta de que la música no es el problema, sino nuestra forma de presentarla. Verán en el concierto que me dirigiré a la audiencia y les contaré un poco sobre la historia de Klein. Los músicos clásicos deben hacer todo lo posible para romper la cuarta pared y abogar sin disculpas por la gran música con la que trabajamos.