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La olimpiada belcantista de ‘La Sonnambula’

La olimpiada belcantista de ‘La Sonnambula’

Con una «olimpiada belcantista», como define Ulises Jaén, director artístico de los Amigos Canarios de la Ópera (ACO) a La Sonnambula, de Vincenzo Bellini, baja el telón la 52ª temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria Alfredo Kraus, los días 4, 6 y 8 de junio, siempre a las 20.00 horas, en el teatro Pérez Galdós.

Jueves, 1 de enero 1970

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Este melodrama en dos actos, que desarrolla un libreto de Felice Romani, según el máximo responsable artístico de ACO requiere de «cantantes números uno» para que llegue a buen puerto y en esta coproducción con I Teatri di Opera Lombardía se cuenta con «un elenco excepcional», encabezado por Jessica Pratt, en el rol de Amina.

La soprano, nacida en la localidad británica de Bristol que fijó su residencia en los años noventa en Australia, asegura que este papel es «muy importante dentro de su repertorio» y tiene claro cómo superar las enormes dificultades vocales que entraña.

«Lo preparo con mucho trabajo vocal previo. Todo se basa en la respiración y en los ensayos asumo cuáles son los límites. Cuando me subo al escenario, sigo lo que siempre me dice mi padre, que es mi profesor de canto, la técnica se queda encerrada en una caja para hacer el personaje tal y como lo siento», desvela esta figura mundial del belcantismo.

Esta soprano ya cautivó al público de esta temporada con un montaje de La hija del regimiento, junto al tenor mexicano Javier Camarena, en 2017.

El italiano Giulio Pelligra es el tenor que encarna a Elvino, que está considerado como uno de los roles más complicados del repertorio, explica Ulises Jaen.

«Estoy muy contento por debutar en España y en esta temporada de ACO. Es un rol muy difícil para un tenor y para mí supone una gran responsabilidad cantarlo aquí, bajo la sombra del gran maestro Alfredo Kraus, ya que es uno de los papeles que interpretaba», dice Pelligra.

Raúl Vázquez ha diseñado una escenografía que «va a favor del espíritu original» de la obra de Bellini. «Busco que los cantantes respiren y puedan transmitir la verdad de sus roles. He apostado por un trabajo estético, con cierta irrealidad y magia. Jugamos con un mundo oculto, no abstracto, con un cierto concepto de realismo mágico», dice.

En el foso del teatro lleva la batuta David Giménez, que asegura que la música compuesta por Bellini es «más complicada» de lo que aparenta.

La función del sábado, 8 de junio, se podrá seguir también en una proyección gratuita en la plaza Stagno, en la trasera del teatro Pérez Galdós.

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