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«La belleza de la música es inmortal»

«La belleza de la música es inmortal»

El próximo miércoles se estrena en el Festival de Música de Canarias Jean-Guihen Queyras (Montreal, 1967), que está considerado como uno de los violonchelistas solista más en forma de la actualidad. Su puesta de largo, en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria, el miércoles, a partir de las 20.00 horas –repite el jueves en el Auditorio de Tenerife Adán Martín, a la misma hora–, se producirá junto a la Orquesta Sinfónica Nacional Danesa, para abordar lo que considera «el mejor concierto para violonchelo de todos los tiempos».

Jueves, 1 de enero 1970

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Se trata del Concierto para violonchelo en Si menor, Op. 104, de Anton Dvorak. «Reúne el sentido genio de Dvorak para las melodías, así como una cualidad autobiográfica que lo hace especialmente conmovedor: extrañaba tanto su país de origen y a su amante que eso le generaba una gran preocupación. Cuando escuchó que ella estaba gravemente enferma regresó a Praga, pero ya había fallecido. Eso lo llevó a entrar en un profundo duelo y le inspiró. Se acabó convirtiendo en la coda más conmovedora de la historia de los conciertos para violonchelo», explica mediante un cuestionario remitido por internet este virtuoso músico galo, nacido en Canadá y criado en la campiña francesa, donde sus padres vivían de cultivar la tierra.

En los dos auditorios capitalinos, Jean-Guihen Queyras no solo se estrena en el certamen que organiza el Gobierno de Canarias y que está considerado como uno de los festivales de música clásica de cabecera en Europa en pleno invierno. «Esta será mi primera colaboración con la Orquesta Sinfónica Nacional Danesa. ¡Y estoy extremadamente entusiasmado!», subraya.

Reconoce que los «estándar de calidad» de la programación del festival que dirige el palmero Jorge Perdigón le han «impresionado», fruto de unos programas que, califica, como «inteligentes». «Desearía poder quedarme durante todo el festival como oyente», añade sin ambages el violonchelista.

Las riendas de la formación nacional danesa las lleva el director español Juanjo Mena, con el que Jean-Guihen Queyras sí que ha trabajado con anterioridad. «Tuve una colaboración musical con el maestro Mena y estoy emocionado de renovar lo que resultó ser una experiencia muy inspiradora», asegura.

Cuando se le cuestiona sobre los aspectos que le diferencian con respecto a otros violonchelistas, Queyras alude a su «heterodoxa formación musical y humana, que, seguramente, influyen en mi manera de tocar». Nació en Montreal, pasó tres años en Argelia, entre los 5 y los 8 años. Después vivió en Provenza (Sur de Francia) y luego estudió en Lyon, Friburgo, Alemania y Nueva York, lo que le llevó «a obtener muchas influencias diferentes», comenta.

Más allá de esta trayectoria, su secreto a la hora de tocar es muy sencillo y también tiene su origen en sus inicios. «No dejo que el estrés me distraiga de lo esencial: la belleza interminable e inmortal de la música. En tiempos de mucha presión, fruto de tener muchos conciertos, recuerdo por qué comencé a tocar música: ¡Porque es muy divertido! Empleo el tiempo de los ensayos y del estudio para liberar cualquier tensión innecesaria y facilitar las cosas», puntualiza.

Recuerda que su carrera profesional comenzó en el Ensemble InterContemporain, tras lo que, de una forma «natural», emprendió su camino en solitario. Con ironía, asegura que se decantó por el violonchelo «porque es el tamaño de un ser humano» y tiene «un registro de baja frecuencia, como el de una soprano».

Destaca que, «gracias a Rostropovitch», los violonchelistas actuales disponen de «un gran repertorio del siglo XX». Entre las nuevas creaciones para el instrumento, destaca las que firman comopositores como «Saariaho, Unsuk Chin, Michael Jarrell o Ivan Fedele».

Jean-Guihem Queyras, cuestionado sobre si le gusta componer nuevas composiciones, reconoce que ha firmado sus propias «cadencias para conciertos de música clásica y barroca», a lo que suma, dice, «las improvisaciones» que lleva a cabo cuando aborda temas de «World Music y jazz».

En cuanto a la dirección, el violonchelista galo ha protagonizado los proyectos denominados «play/lead» (tocar/dirigir), en los que lidera las distintas formaciones desde el violonchelo. «¡Y lo disfruto mucho!», añade.

La Sinfónica Nacional Danesa con la que toca en Gran Canaria y Tenerife se estrena en el festival el martes, donde afronta el Concierto para clarinete de Nielsen, con Mark Simpson como solista, así como la obertura In the Highlands, de Gade, y la Sinfonía nº9, de Schubert.

Al día siguiente, además del Concierto para violonchelo de Dvorak, tocará la obertura Mascarade y la Sinfonía nº4, ambas piezas de Nielsen.

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