Treinta y cinco años ya desde que se celebró el primer festival Teresa de Bolívar en honor a Teresa Rodríguez del Toro, natural de la ilustre Villa de Teror y esposa de Simón Bolívar, político y militar de origen venezolano conocido como el libertador de América Latina.
Este festival de música organizado por la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario, que se celebra puntualmente cada año en el marco de las fiestas del Pino, patrona de la isla a la que el Nublo da sombra y luz, nos acerca gracias a la música tradicional por medio de sus intérpretes, a diferentes países en los cuales, nuestras islas han dejado una huella imborrable. Un ejemplo de ello lo tenemos en Cuba donde nos conocen como los isleños, diferenciándonos así del resto de los habitantes de la Península Ibérica a los que llaman gallegos. Al otro lado del Atlántico y gracias al trabajo de nuestros abuelos emigrantes, hemos adquirido fama de personas trabajadoras y de palabra, y como bien se dice por estas islas, vale más la palabra dada que un documento y con un apretón de manos asunto resuelto.
En este evento, Gran Canaria y la Villa de Teror reciben a los visitantes en un encuentro puntero que muchos de los amantes de la música esperamos cada año en septiembre como agüita de mayo. Músicos de la talla de Compay Segundo, Mercedes Sosa, los Panchos, Alberto Cortez, Quilapayún y un largo etcétera de intérpretes internacionales que conviven y comparten escenario año tras año con muchos artistas y grupos punteros de nuestras islas, han dado prestigio a este festival que ha servido de puente, en muchas ocasiones, entre Latinoamérica y Europa.
Para muchos, este evento representa un billete de vuelta, una devolución de lo que nuestros emigrantes llevaron en su día. La música que acompañó a nuestros abuelos a la otra orilla y que allá cobró vida propia mezclándose con la indígena ahora nos la devuelven viva, diferente; y, pasando por España, llega a Europa que se reconoce en ella como si activara una memoria genética dormida.
El Teresa de Bolívar ha sido algo más que un festival, se ha convertido en la ventana, el puente músico-cultural entre América y Europa. Muchos de estos músicos que por aquí han pasado han logrado el reconocimiento y el respeto internacional tanto de ellos como del país al que representan. La música ha engrandecido para bien a Latinoamérica en el resto del mundo.
En esta 35ª edición, mi timple y yo tendremos el honor de juntarnos en el escenario con la guitarra brasileña del genial Yamandú Costa con el que presentaré parte del trabajo discográfico que hemos grabado recientemente en Lisboa titulado 'De vida y vuelta', y con la guitarra y el cuatro puertorriqueño de los virtuosos músicos de la isla boricua Modesto Nieves y Christian Nieves, padre e hijo respectivamente -de raza le viene al galgo- ; además, compartiremos escenario con mi admirada amiga la cantadora Candelaria González que cada vez que canta bajan los ángeles del Cielo. En esta ocasión, Candelaria nos visita con su grupo desde Tenerife, la tierra que la acunó.
Creo que, entre esto, la hospitalidad de los terorenses y los fabulosos chorizos con que nos brinda la villa mariana, vale la pena acercarse a Teror el día 2 de septiembre para disfrutar de dicho evento.
¡Viva la Virgen del Pino!
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