Los hermanos Jussen triunfan en la clausura de la temporada de la Sociedad Filarmónica
Interminables aplausos hicieron salir varias veces a saludar a los pianistas, Lucas Jussen se dirigió a la audiencia en un buen español, agradeciendo la concentración y el silencio del respetable.
Dionisio Rodríguez
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 9 de junio 2025, 23:03
Con un aforo rozando el lleno, la Sociedad Filarmónica de Las Palmas ha puesto fin a una temporada que ha sido corroborada por un público ... que acudió en gran número a la sala del Paraninfo de la ULPGC, para escuchar la más que interesante propuesta de este dúo de pianos y extraordinarios músicos que son los hermanos Lucas y Arthur Jussen, que ya nos habían visitado hace 4 años, durante los que han desarrollado una carrera profesional envidiable, nuevamente en Gran Canaria con un programa comprometido, tanto por la dificultad musical y estilística como puramente pianística.
El concierto estaba enmarcado dentro de las Fiestas fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria, por lo que abrió la velada Elsa Guerra, la nueva presidenta de la entidad, que cumple 180 años de existencia, que agradeció el apoyo del Ayuntamiento y tuvo comedidas y esperanzadoras palabras sobre el futuro de la Sociedad; continuadas por las del concejal de Cultura del Ayuntamiento capitalino, Josué Íñiguez, en representación de la alcaldesa, que glosó las virtudes culturales de la capital insular.
Aparecieron los hermanos Jussen con uniformidad, en una moderna versión del traje-chaqueta, sin corbata y con zapatos de charol. Tienen muy medidos los tiempos sobre el escenario y rápidamente nos vimos inmersos en el comienzo de su programa; unas piezas de Johann Sebastian Bach pertenecientes a algunas de sus cantatas transcritas para cuatro manos, muy bien descritas en las notas al programa de Estrella Cantero, que los hermanos interpretan con un romanticismo claro, aunque comedido, matizado, sensible y extrayendo un bello sonido del magnífico piano Steinway de la Sociedad Filarmónica. «Me pareció Mendelshonn», me dijo un reconocido y avezado oyente, y tenía razón; aunque fuese este el que reavivó la figura del sabio de Leipzig.
En la 'Fantasía' de Schubert, pieza paradigmática a cuatro manos y una de las últimas obras del autor, los holandeses no empezaron con la intimidad y el 'tempo' reposado que requiere esa obra monumental, que vuelve una y otra vez al tema inicial, mientras explora otras esferas y posibilidades musicales y estéticas. La agitada parte central fue bien conducida por el dúo; los potentes episodios finales, dichos con enjundia y resolución amen de con un amplio y colorido sonido, nos condujeron de nuevo al placido final, que en la última recapitulación creó un ambiente férico y sensible extraordinario hasta el último acorde, recobrando y alcanzando el ambiente plácido e íntimo que requiere su tema principal.
Se habían turnado los hermanos en algunas de las piezas, pero tanto en Ravel como en Stravinsky fue Lucas quien ocupó el primer piano; hecho prácticamente intrascendente en obras de esta envergadura, tanto musical como pianísticamente, pues prima la cohesión y el discurso resultante. De eso bien saben nuestros jóvenes intérpretes, pero la personalidad de ambos casa bien con el rol que interpretan cada uno en estas obras maestras, y tuvimos ocasiones, muchas, de comprobarlo durante el fenomenal concierto que ofreció la pareja.
Para quienes hemos tocado muchas veces estas extraordinarias piezas y para los oyentes habituales del sinfonismo y la gran música, obras como 'La Valse', de Ravel y 'La Consagración de la Primavera', de Stravinsky, nos significan referencias auditivas y de color que parecen estar fijadas ya en nuestra memoria, o al menos referenciadas por versiones memorables, y por esa extraordinaria orquestación, que en ambos casos las sitúa entre las obras de referencia del siglo XX.
En el caso de los hermanos Jussen, sí se apreció un acercamiento a la obra orquestal en el caso de Ravel, en su comienzo oscuro y ligero hasta la aparición del subrayado del vals vienes. Tocaron muy bien la pieza, con elegancia, espléndidos 'glissandi', respetando el aire dancístico y con brillantísimo sonido. En fin, fenomenal, sin entrar a valorar otras razones, Motivaron y condujeron al público a ovacionarlos sin paliativos.
Pero aún quedaba la piedra de toque, una obra tan complicada y referencial de la música como la 'Consagración de la primavera', de Stravinsky, supone un reto para cualquier instrumentista inmerso en la partitura orquestal, cuanto más cuando una versión a dos pianos emula esa pieza universal. Los Jussen, al igual que en el resto del programa, abordan la obra de memoria, lo que supone un reto musical y pianístico colosal. Los virtuosos pianistas holandeses no trataron de imitar las sonoridades orquestales en todo momento, y en ocasiones se alejan a propósito para incidir en un pianismo romántico y exento de durezas percutivas, aun en los pasajes más brutalistas y salvajes, y nos llevaron a ambientes impresionistas en los más dulces y sosegados. El desarrollo de la obra fluyó adecuadamente y los 'tempi' fueron siempre correctos, la coordinación entre ambos intérpretes, marca de la casa, fue extraordinaria. El difícil final de la primera parte lo abordaron con rigor y valentía y la 'Danza Sacrificial' final que cierra la obra, despojada de parte de su violencia, más amable y pausada, algo embarullada en momentos y brillante en sus últimos compases, puso broche de oro al concierto.
Interminables aplausos hicieron salir varias veces a saludar a los pianistas, Lucas Jussen se dirigió a la audiencia en un buen español, agradeciendo la concentración y el silencio del respetable, tan necesario, dijo, para la propia concentración de los intérpretes. Tras el concierto, tuvimos ocasión de departir con ellos en torno a alguna muestra de nuestra gastronomía, son unos jóvenes modernos y joviales que adoran España, nuestra luz y nuestra actividad social en el exterior, como matizan. Conocen bien el país, pues fueron estudiantes en la Escuela Reina Sofía de Madrid y no pierden la ocasión de volver a actuar en España, siempre que pueden, a pesar de su abigarrada agenda de conciertos por todo el mundo. Sus próximos compromisos de este mes les llevarán a Praga, Mónaco, Festival del Ruhr (Alemania) y Hong Kong. Son artistas exclusivos del sello Deutsche Grammophon desde 2010. Estupendo concierto, en definitiva, del que el público salió muy satisfecho.
La directiva entrante de la Sociedad se vuelca ya sobre la fijación de la nueva temporada, que según nos cuentan tendrá afortunadas novedades, importantes conciertos y eventos en conmemoración del 180 aniversario.
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