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Cuando el ‘rey del pop’ paralizó Canarias

Cuando el ‘rey del pop’ paralizó Canarias

Se cumplen 25 años del concierto que Michael Jackson ofreció en la zona portuaria de Santa Cruz de Tenerife. 50.000 personas disfrutaron del evento musical más multitudinario de la historia celebrado en el archipiélago.

Jueves, 16 de julio 2020, 16:48

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Eran las 22.15 horas del 26 de septiembre de 1993 cuando comenzaron a sonar en Santa Cruz de Tenerife los primeros compases de Carmina Burana, la obra de Carl Orff que Michael Jackson había escogido como apertura de su espectáculo Dangerous World Tour. De ese acontecimiento se cumplen esta semana 25 años en lo que se ha convertido en el mayor concierto celebrado en la historia de nuestro archipiélago.

Fueron 50.000 las personas que pagaron entre 5.000 y 10.000 de las antiguas pesetas ( 60 euros) para poder ver en directo al icono mundial del pop que escogió la dársena marítima de la capital tinerfeña como estación de su Dangerous World Tour, una gira cargada de luces y sombras. Por una parte, celebraba la puesta a la venta de éxitos eternos como Jam, Remember the Time, Black or White, Who Is It o Keep the Faith, pero a la vez combatía con la polémica que rodeaba al artista por haber supuestamente abusado sexualmente de menores. La primera noticia que se conoció al respecto fue justo un mes antes de que el rey del pop aterrizara en Tenerife, el 21 de agosto de 1993, cuando la policía de Los Ángeles ingresaba con una orden a su mansión Neverland para registrarla y buscar pruebas tras la denuncia del padre de un menor que acusaba al cantante de haber abusado de él sexualmente.

Ese desagradable suceso generó aún más expectación sobre del concierto del que fuera líder de los Jackson Five, que revolucionó Tenerife «de forma espectacular», recuerda Nacho González, el fotógrafo que cubrió para CANARIAS7 el evento. Recuerda este profesional de la imagen que «hace ya 25 años, pero fue una semana que nunca podré olvidar. Desde que me comunicaron que iba a cubrir el evento como enviado especial junto a mi compañero Víctor Rodríguez Gago, fuimos a Tenerife en busca de las mejores imágenes de la llegada de Michael Jackson. Pero como viajamos un día antes, tuvimos la suerte de poder visitar la suite donde se iba a hospedar con jacuzzi incluido y, horas después, ya no permitieron que ningún medio pudiese acceder a ella», recuerda satisfecho Nacho González. A lo que no llegaron a tiempo fue a la visita que realizó a las instalaciones de Loro Parque.

Al día siguiente, recuerda el fotógrafo que «Michael aterrizó en la isla y fue recibido por dos niños que le agasajaron con un ramo de flores en plena pista tras bajar del avión, pero no pudimos ver si vino acompañado de niños o no, que era el gran foco de atención por la polémica de la investigación por abusos sexuales en la que estaba inmerso», cuenta, a la vez que recuerda que le cedió a la Agencia EFE fotos del aterrizaje de la estrella en Tenerife porque «el compañero tuvo problemas con los carretes».

Las horas previas al concierto fueron frenéticas, rememora González: «Tuve que ir al aeropuerto antes de llegar al concierto para enviar por avión carretes de fotos de ambiente previo a Gran Canaria. Cuando nos citaron, nos impidieron tener objetivos de más de 200 mm. pero yo usé un duplicador que me permitió sacar primeros planos –los que aparecen en esta página–». A Nacho le sorprendió muchísimo la transformación que experimentó el artista desde su aterrizaje hasta que pisó el escenario: «Cuando bajó por las escalerillas del avión, dio la impresión de estar débil físicamente, con una mascarilla de oxígeno puesta incluso, pero cuando lo vi sobre el escenario, era él. Fue espectacular ver como bailaba y la puesta en escena del espectáculo, con efectos especiales impresionantes. Ahí demostró lo grande que era como artista», reconoce el reportero gráfico.

Michael apareció con un gran salto desde debajo del escenario y una lluvia de fuegos artificiales para comenzar a cantar la canción Jam. Fue el primer plato de un concierto que los seguidores más fieles calificaron de soso y sobrio, pero que los canarios disfrutaron como nunca en un evento que hizo historia.

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