Complejidad interna y belleza musical externa
La temporada de ópera de la capital grancanaria representa 'La Gioconda' los días 18, 20 y 22 de abril en el Teatro Pérez Galdós
'La Gioconda' se asoma por tercera vez en una temporada de ópera de Las Palmas de Gran Canaria Alfredo Kraus que cumple este año 56 ediciones. Dos son las razones por las que este título compuesto por Amilcare Ponchielli, con libreto de Arrigo Boito que vio la luz en 1876, solo haya contado con dos entregas previas en la isla -en 1974 y en 1983- y se pueda disfrutar de forma esporádica en los recintos operísticos mundiales. «Es muy compleja» desde un punto de vista musical y requiere un elenco de «seis grandísimos cantantes que son importantes en todo momento», apunta Ulises Jaén, director artístico de los Amigos Canarios de la Ópera (ACO).
De esos mimbres dispone, asegura Ulises Jaén, las funciones que se avecinan los días 18, 20 y 22 de abril, siempre a partir de las 20.00 horas, en el Teatro Pérez Galdós.
«'La Gioconda' es un gran reto, porque es una ópera muy difícil y compleja, como también lo es 'Aida', que hicimos hace unas semanas. La diferencia es que 'La Gioconda' se conoce menos», destaca el director artístico que pone en valor el elenco que encabezan María José Siri, Francesco Pio Galasso, Roman Burdenko, Annalisa Stroppa, Yulia Mennibaeva y Simón Orfila. «Ahora no hay tantos cantantes que puedan llevar a cabo estos roles», añade.
Corrobora lo inusual que es esta ópera de cuatro actos el hecho de que los cantantes que encarnan sus personajes principales en esta nueva producción de ACO los debutan.
La soprano uruguaya María José Siri, que dio vida a Aida en el montaje del pasado mes dentro de esta misma temporada grancanaria, afronta el reto de encarnar por primera vez a la Gioconda. «Dejé pasar un tiempo antes de afrontar este papel, porque es muy dramático y requiere un complicado curso dentro de mí. Es compleja por las palabras que utiliza y por su escritura, que se diferencia de la de otras óperas», apunta Siri sobre un papel en el que salvo en momentos puntuales siempre habla «sobre la muerte».
Eso sí, la soprano destaca que si su personaje existiera, «sería mi amiga, porque es muy humana» y por el enorme «amor por su madre» que demuestra en todo momento. «Es una ópera muy emotiva y espero no emocionarme. Si me sale alguna lágrima durante las funciones, ya saben por qué», advierte entre risas.
El rol de Enzo Grimaldo cobra vida con Francesco Pio Galasso, que también hace hincapié en que se trata de una ópera «vocalmente complicada», ya que supone un paso entre «el 'bel canto' y el 'verismo'».
La mezzo Annalisa Stroppa se estrena como Laura Adorno, un rol que trata de «interiorizar» para llevar a buen puerto una vida que se debate «entre un amor verdadero y otro forzado», dentro de una trama que transcurre en la Venecia del siglo XVII.
El bajo Simón Orfila, por su parte, asume el rol de Alvise Badoero. Destaca que se encuentra muy a gusto en esta temporada grancanaria por el buen ambiente reinante y por otros dos aspectos relevantes: «estoy en una isla, yo soy de Menorca, y fui alumno de Alfredo Kraus y es un placer estar en un lugar donde su figura está tan presente».
A pesar de las grandes dificultades musicales que presenta, el director artístico Ulises Jaén asegura que el público disfrutará «de una música bellísima, cercana y con melodías que parece que ha escuchado toda la vida».
Una escenografía clásica y que respeta el libreto
Sobre el escenario del Teatro Pérez Galdós se verán la próxima semana tres representaciones de 'La Gioconda' con unas escenografías clásicas que buscan potenciar las voces y que el espectador comprenda la historia original sin distorsiones contemporáneas.
Carlo Antonio de Lucia, que asume la dirección escénica, subraya que se trata de una apuesta que busca «que se entienda la dramaturgia de la ópera» y donde «los cantantes se encuentren cómodos».
«El libreto cuenta con un texto muy culto para lo que era habitual en la época y siempre es complicado llevarlo a cabo», añade De Lucia.
Al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) se sitúa Roberto Rizzi Brignoli, que se estrena en la temporada de ACO. «Me he encontrado con una gran familia y una atmósfera de trabajo magnífica», lo que considera capital para levantar una ópera «complicada, pero en positivo» y con «momentos melódicos bellísimos».
«El 80% de la ópera es de teatro puro, con recitativos. Cuenta con arias con una tensión particular con la palabra y con melodías que son trozos del teatro. Es como si hubiese una prosa teatral con música», lo que obliga, apunta, a llevar a cabo un ejercicio de «traducción sonora de la palabra a la orquesta».
Esta producción de ACO cuenta con la participación de cuatro solistas del ballet de la ópera de Odessa para su famoso número de baile denominado como 'La danza de las horas'.
