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Un huacal es una caja de tablas baratas que durante siglos se ha utilizado para transportar frutas u otros elementos. Ese objeto sienta las bases de la descolonización del relato que propone 'La mirada pasajera', un proceso colectivo encabezado por el cineasta tinerfeño Miguel G. Morales y que hasta el próximo 26 de mayo tendrá su sede en Gran Canaria Espacio Digital.
Morales ha desarrollado la pieza central de un proyecto que desmonta tópicos y dota de conciencia de clase a los trabajadores isleños que conformaron, durante el siglo cuya línea de tiempo transcurrió entre 1850 y 1950, el progreso de Gran Canaria. Un trabajo que ha buceado en el archivo de imágenes de la Fedac y el Museo Canario para componer una visión ajena a la que impuso la mirada exterior.
Y no lo ha hecho solo. Lo ha hecho conjugando distintas personalidades de la creación artística en la isla, figuras que en algunos casos ni se conocían y que han ofrecido desde su punto de vista una manera atípica de afrontar la narración visual de un tiempo que dejó secuelas. La artista visual Teresa Correa, la arquitecta Noemí Tejera, el poeta Oswaldo Guerra, la diseñadora Paula López Díaz, la diseñadora gráfica Noelia Varietti, el artista Acaymo S. Cuesta y el músico Fajardo han musculado una proposición artística que chequea la memoria de los isleños y descubre un recuerdo alternativo.
Gran parte de 'La mirada pasajera' recrea esos años jugando en dos direcciones. En los que montan la idea oficial y en los que sin voz la participan y construyen. «Casi todo el proyecto juega con la mirada bifocal. Con los que llegaban y miraban condicionados por lo que significaba para ellos de exótico las islas en esos momentos, condicionados por los textos de la conquista y esas miradas que se iban condicionando a través incluso de los guías, y los que estaban del otro lado, del de la clase trabajadora», refiere Miguel G. Morales.
El cineasta trabajó este proyecto de Gran Canaria Espacio Digital desde esa pasión por la memoria gráfica que le caracteriza. Se introdujo a fondo en distintos archivos capturando todas las imágenes que consideraba relevantes e introduciéndolas en los grupos de trabajo que dieron forma a las investigaciones paralelas. «Lo que más me sorprendió de esta búsqueda es el gran archivo fotográfico que hay en Gran Canaria. Que es más potente que en otras islas. Aquí estaba el muelle y hay registros de fotografías que se dan cuando apenas habían pasado unos años desde que se hubiera patentado la fotografía», reflexiona el cineasta.
'Huacal' es la pieza que trabaja el propio Morales y que oficia de acceso a la exposición en Gran Canaria Espacio Digital. En ella, además, suena la singular música de raíz de fajardo. Pero desde esa matriz se complementa con las investigaciones realizadas por Teresa Correa (La Canary Woman, un terreno abrupto...), Noemí Tejera (Pasaje de borde) y Oswaldo Guerra (Mirones de libreta y carrete). Además todo eso queda sellado en 'Grand Types', el fotolibro elaborado por Paula López Díaz.
«Yo, particularmente, no quería que 'Huacal' reflejara nada amable. Es una pieza muy dura. Y eso es algo que está en lo que hace Fajardo también. Cuando nos pusimos a ver cómo lo podíamos hacer queríamos huir de lo amable o de lo histórico. Los archivos hay que mirarlos interpelándolos todo el rato. Girar la mirada, por eso hay muchos rostros de esa clase obrera silenciada y humilde», expone.
En las tormentas creativas que fueron produciéndose en Talleres Palermo, Morales siempre exponía a los otros actores del proceso que la imagen de los huacales estaba siempre presente. Era lo primero que los que venían de fuera veía en el puerto y en los mercados. Y en imágenes que encontró de Inglaterra veía en espacios como el Canary Warfh o Candem Town esas mismas cajas en las que estaba escrito en releve Gran Canaria.
Así que un acceso en forma de huacal preside la entrada al relato expositivo en el que Teresa Correa trasciende a la imagen simplificada en las postales de las mujeres de esa época; Noemí Tejera indaga sobre la relación de los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria con su litoral y Oswaldo Guerra desanda los textos que entre 1920 y 1930 concibieron aquellos literatos que visitaron Gran Canaria.
El archivo gráfico de la isla es uno de los grandes sustentos de este proyecto artístico que, como explica su inductor, también tiene un gran compromiso político. Por eso muchas de las imágenes que se exponen se salen del centro del foco para rastrear alrededor rostros y gestos que nos permitan comprender mejor la realidad de un tiempo y de un lugar. «Elegimos el título de 'La mirada pasajera' por el doble sentido. No porque fuera solo la mirada del viajante. Es como esa mirada que no se detuvo en determinadas cosas. Hemos trabajado con el poder de las imágenes pero también intentando ver lo que había de la mirada del poder impregnada en esa imagen. Como estaba hecha por determinadas clases muy pudientes, desde el poder religioso, del turístico, del empresario. Del que aparecía ante los extranjeros para presumir, por ejemplo, de las fábricas de las que eran propietarios y de lo que se podía producir. Y hacían esas fotos de sus trabajadores en las que yo realmente me he querido fijar en sus miradas. Esos rostros desoladores, que son los que están posando para ese retrato industrial», expone Morales.
El compromiso político y social de 'La mirada pasajera' se forja también para alertarnos de cómo aquellos estereotipos a los que fueron condenados los miembros de la clase trabajadora de aquella época continúan vigentes en una sociedad carente de autoestima y anclada a un monocultivo productivo. «Otra de las líneas de este proyecto se basa en que por un lado tratamos de deconstruir esa mirada exotizada de los extranjeros y al mismo tiempo en ahondar en cómo la sociedad de la isla de Gran Canaria fue adquiriendo para sí misma determinados clichés. Y cómo se miraba desde dentro a través de esa otra mirada externa, que no era real y no tiene autoconciencia. Esos clichés de los que hablamos perviven hoy, aunque estén construidos por un guiri que venía aquí con una imagen preconcebida», indica Morales.
'La mirada pasajera' es solo el inicio de una línea de investigación que ha abierto una puerta.
Visitas.
Hasta el 26 de mayo se puede visitar la exposición, en horarios de 10.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 20.30 horas. Gran Canaria Espacio Digital está en la calle Cádiz 34, junto al parque de Don Benito.
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