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Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás en la antigua cámara acorazada del Banco Exterior. juan carlos alonso
Millás y Arsuaga: la humanidad, la evolución y una conversación infinita

Millás y Arsuaga: la humanidad, la evolución y una conversación infinita

El singular binomio habla en Gran Canaria sobre 'La vida contada por un sapiens a un neandertal', un artefacto literario concebido entre los dos

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 22 de abril 2021, 00:53

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Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga aguardan sentados en la antigua cámara acorazada de un banco, hoy convertida en la cafetería del hotel en el que se están alojando en Las Palmas de Gran Canaria. Llegan redactor y gráfico y, tras un cordial saludo, reanudan una conversación interna en la que abordan la resistencia del cemento como material de construcción y los métodos con los que se compacta la mezcla. Ubicación, cuestión y conversación. Esas son las claves de 'La vida contada por un sapiens a un neandertal', el artefacto literario que han concebido juntos y que esta tarde (18.00 horas) será presentado en la Biblioteca Pública del Estado dentro del programa 'No solo libros'.

Millás es escritor y periodista. Arsuaga es paleoantropólogo, miembro del Equipo de Investigaciones de los yacimientos de Atapuerca y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Juntos son una fuerza de la naturaleza imparable. Que en las páginas de este libro deambulan por la historia de la humanidad sin más pretensión que seguir haciéndose preguntas sobre la condición humana. «Que no es poco», sintetiza Arsuaga. «Buscar conclusiones a través de este libro lo convertiría en una cosa dogmática, y ese no es el objetivo», remacha. Millás comparte enfoque. «Es un texto para dudar y pensar», condensa.

El encuentro entre ambos parecía predestinado. Viéndoles conversar uno puede interpretar que entre ellos hay una ascentral y fraternal amistad. Al parecer no es así, este libro es más producto de un encuentro y una propuesta. Arsuaga definió un itinerario en el que contextualizar asuntos cosustanciales a la historia de la humanidad. Millás, periodista, fue, escuchó, habló y lo reflejó en el texto. «Estos sitios fueron elegidos porque yo quería abordar determinados temas: el arte, el sexo o la infancia. El libro no es una conversación en sí, tratamos de ir a sitios que nos dan pie y sentido a los temas de los que hablamos. Aquí podemos hablar del ' El astrónomo' de Vermeer pero será mucho mejor si lo podemos hacer delante del cuadro en el Louvre. Se trataba de buscar lugares en los que los temas están presentes. ¿Dónde vamos a hablar de la muerte? Pues en un cementerio», explica un Arsuaga que llevó a Millás por una casa de muñecas, un sex shop o el Valle Secreto de los Neandertales.

En plena madurez vital, Arsuaga y Millás son observadores privilegiados de los ciclos de la vida. Este libro es fruto del diálogo. Y precisamente la ausencia de conversación en estos tiempos es una de esas motivaciones pendientes de abordar que podrían dar pie a la continuidad de esta obra. «No lo habíamos pensando pero sí que es verdad que la conversación parece perderse. Se trata de hablar, pero hablar para entenderse», apunta Millás justo antes de que Arsuaga le robe la palabra: «Es que vamos contracorriente. Las llamadas tertulias televisivas se plantean directamente para enfrentarse. Los ponen enfrente, a los de una posición contra los de la otra», dice.

Millás ahonda en ese punto de vista. Un aspecto que defiende la palabra por encima de todo. «El otro día leía a una entrevista muy interesante con una poeta española que se llama Paloma Chen. que es hija de chinos. Nacida en España. Contaba algo que era muy sorprendente que es que sus padres nunca llegaron a dominar el castellano y ella nunca aprendió a hablar en chino, con lo cual había una zona de sombras en su relación. Y yo pensé que esa zona de sombra es estupenda. Porque en el Parlamento hablan el mismo idioma y no se entienden. Quizá si unos hablaras chino o árabe tendrían curiosidad por saber qué querrán decir los otros. Representamos la Torre de Babel con oel mismo idioma», expresa Millás.

Y así siguen intercambiado ideas y miradas al mundo. Visitando lugares y encontrando más ideas para hablar, como la fascinación por el oro. Otra de esas conversaciones que le deben mucho al espacio, en este caso al encontrarse en esa cámara acorazada de la que antiguamente fue la sucursal del Banco Exterior de España.

«La vejes y la muerte».

'La vida contada por un sapiens a un neandertal' tiene visos de continuidad, algo completamente lógico atendiendo al diálogo incesante entre los hacedores del libro. «Estamos en ello. En el último capítulo, que es el que sucede en el cementerio, nos preguntamos muchas cosas sobre la vejez y la muerte. Si es necesaria, obligatoria o se puede revertir. Y esas dudas nos pusieron marcha», refiere Millás.

Arsuaga se dispara cuando se le pregunta al respecto, conversador tan infatigable como curioso. «El bogavante por ejemplo dura 100 años. El otro día hablaba con mi hija sobre ellos y las tortugas. Mi hija me decía que deberíamos buscar esa molécula que tiene la tortuga en algún sitio que te la tomas y duras 200 años.Es fascinante. Para un científico es muy interesante. Y luego está esa pulsión del que sabe que se va a morir. Porque somos diferentes a las demás especies en muchas cosas pero en la que más es en que somos la única que sabe que se va a morir en un momento determinado», refiere el paleoantropólogo.

Arsuaga le sigue dando vueltas a un tema que siempre está presente en todas las reflexiones filosóficas. Sobre esas bases es posible que llegue la continuación de este libro en el que es imposible sintetizar la lucidez con la que esta pareja inclasificable mira al mundo. Desde ese tono alejado del ruido y la furia que caracteriza a esta sociedad. Quizá, en el futuro, alguien vuelva a recorrer sus pasos para retomar esta investigación sin pretensiones en el punto en el que la dejen.

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