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La periodista Patricia Simón. MARÍA VOLKOVA
«El miedo es un negocio multimillonario»

«El miedo es un negocio multimillonario»

Patricia Simón modera este martes una mesa redonda en la que participan Baltasar Garzón, Dolores Delgado,Manuel Ollé y Almudena Bernabéu

Francesc Zanetti

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 28 de marzo 2023, 02:00

La periodista malagueña especializada en derechos humanos y enfoques feministas Patricia Simón (1983) modera este martes, a las 19.30 horas, la segunda mesa de reflexión que impulsa en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria el Laboratorio Galdós ... Internacional, en la que participarán el juez Baltasar Garzón, la fiscal y exministra de Justicia Dolores Delgado, y los abogados Manuel Ollé y Almudena Bernabéu.

Simón, que ha realizado hasta la fecha coberturas en más de 25 países documentando, entre otros episodios, las protestas de Irak, las consecuencias de la pandemia de covid-19, el incendio del campo de personas refugiadas de Lesbos, las elecciones presidenciales de Estados Unidos y de Colombia, el auge del yihadismo en Mozambique y Mali o la guerra de Ucrania, avanza que abordará en su conversación con los invitados mencionados asuntos como los retos en la aplicación del principio de justicia universal y las estructuras jurídicas creadas con la intención de combatir la impunidad, entre otros. justicia universal que, «por cierto -recuerda- se suprimió en España para no poner en riesgo los intereses de potencias como China e Israel».

Premio de la Asociación Española de Mujeres de los Medios de Comunicación, Patricia Simón acaba de publicar en la editorial Debate el ensayo titulado 'Miedo: viaje por un mundo que se resiste a ser gobernado por el odio', un libro articulado alrededor de los temores que han articulado nuestras vidas en los últimos años y que la pandemia ha agudizado, acelerando así el cambio de era en el que ya estábamos inmersos: la crisis del neoliberalismo, el cambio climático, la creciente desigualdad, los éxodos de migrantes y refugiados, la robotización del mercado laboral y el aumento del desempleo crónico, el encarecimiento de la vivienda, la crisis demográfica, la polarización y crispación sociales azuzadas por los algoritmos de las grandes empresas tecnológicas, o la privatización de los servicios públicos.

«Es una anomalía que en una democracia moderna y desarrollada no hayamos sido capaces de juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos en España durante la posguerra civil, etapa en la que fueron fusiladas decenas de miles de personas por ser opositores políticos o porque simplemente se habían mostrado contrarias a un golpe de estado ilegal. Hasta que no se juzgue a los criminales de la dictadura y se repare a las víctimas en términos de verdad, se entreguen los restos a sus seres queridos y se aclare la procedencia de las grandes fortunas que cotizan en el Sistema de Interconexión Bursátil Español en las cuatro bolsas españolas (IBEX 35), cuyo origen se sustenta en el apoyo que brindaron al régimen franquista, no podremos hablar de justicia en nuestro país», señala Simón, «porque la enfermedad congénita de la democracia española sigue siendo la desmemoria, la falta de pedagogía en la educación pública sobre nuestra historia reciente, lo que ha normalizado durante muchos años otras prácticas deleznables como la corrupción política y social, el clientelismo, la falta de compromiso con el laicismo, los derechos y servicios públicos como la educación y la sanidad, etcétera. Falta mucho por trabajar en esta sociedad hasta que entienda que el espacio público tiene que concebirse como un espacio de concordia para todas las personas en el que nos une lo que tenemos en común y nos hacen más fuertes las diferencias. Ese desconocimiento es el que alimenta los prejuicios, los estereotipos y todos los discursos que afirman que el que piensa diferente es un enemigo», avanza Simón, que junto al fotoperiodista Álex Zapico creó en 2014 el centro de documentación 'No habrá paz sin las mujeres', para el que entrevistó a decenas de mujeres de Colombia y Palestina para documentar sus reclamaciones en términos de paz, justicia y reparación.

Desde la crisis de 2008

Para la periodista, la precariedad se ha cronificado e instalado como sistema hegemónico de la sociedad. «A partir de la crisis del 2008 se ha normalizado la precariedad como modelo económico en el que las mayorías sociales sobreviven con salarios que apenas les llega para tener vidas emancipadas, tener recursos para disfrutar de tiempo libre de calidad, acceder a la cultura... Desde 2008 se ha instrumentalizado el miedo a la pobreza para que aceptemos condiciones laborales inaceptables haciéndonos creer que los responsables de que nuestros sueldos sean peores que hace veinte años son las personas migrantes. Toda esa maquinaria de odio generando discursos que se repiten todos los días hace que una parte de la población termine creyéndoselo. Hay millones de personas que se levantan todos los días pensando que todo va a peor y las sociedades que se plantean que el futuro es peor que el pasado son las que han cometido las mayores atrocidades. Para muchos el futuro es un lugar muy inhóspito y el miedo a la transformación nos debilita, nos vuelve suspicaces, desconfiados y muy paranoicos. En ese sentido el mensaje populista de los partidos ultraderechistas y neofascistas como Vox recoge la desesperación para reconvertirla en odio y crispación. El miedo es la emoción que está azuzando la ultraderecha y los populismos para secuestrar las democracias y porque es el instrumento más eficaz para enfrentar a la clase trabajadora entre sí. Pese a todo estamos en el mejor de los tiempos posibles y poseemos infinidad de herramientas para construir un mundo mejor y mejorar nuestra vida».

«Gran parte de la opinión pública está modulada por numerosos programas de televisión cuyas audiencias e ingresos se logran a través de la difusión del miedo, la generación del odio y la división y fragmentación de la sociedad. Eso no es periodismo, que tiene un fin intrínseco que es contribuir a la convivencia en sociedades cohesionadas, al respeto y la solidaridad, con el horizonte en el progreso. El miedo es un negocio multimillonario que se ha empleado a lo largo de toda la historia de la humanidad para aumentar el control del poder. Para los gobiernos, si tenemos miedo siempre será más fácil gobernarnos, someternos y explotarnos. De cualquier manera, el miedo no sólo es un instrumento de los regímenes totalitarios sino también de las democracias representativas liberales, y así ha sido siempre. En la última década gran parte de los medios de comunicación han obtenido importantes ingresos gracias a las empresas de seguridad privada en un país que se encuentra entre los más seguros del mundo. Los grandes beneficiarios de las políticas de cierre de fronteras son grandes empresas y consorcios de seguridad privada y tecnología militar y aeronáutica que han militarizado las fronteras», concluye Simón, que trabaja regularmente también como consultora de ONGs para la producción de campañas de sensibilización.

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