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FRANCESC ZANETTI
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 6 de junio 2022, 02:00
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El director de escena Mario Vega es la primera vez que afronta un Shakespeare. Y no ha optado precisamente por un título cualquier de la copiosa producción teatral que nos legó el dramaturgo inglés. El 'Tito Andrónico' que estrena los días 8, 9 y 10 de junio en el Teatro Pérez Galdós inspirándose en una versión libre escrita por el uruguayo Gabriel Calderón titulada 'Tamora', propone al público toda una experiencia inmersiva de volcánica temperatura interpretativa por parte de cuatro actrices que se devoran mientras el caos y la crueldad gira a su alrededor.
«Hace muchos años que deseaba acercarme al 'Tito Andrónico.' Es un texto que dentro de lo 'naif' que puede resultar en el contexto de la literatura de Shakespeare, posee todos los ingredientes de su dramaturgia: venganza, muerte, sangre... en cierto modo su teatro sigue siendo un reflejo de la sociedad contemporánea. De esta obra de Shakespeare siempre me conmovieron los inocentes y el grado de violencia que siempre se ejerce sobre los mismos. Es una obra sangrienta que muestra desnuda (y casi en tono de farsa) la crueldad humana, el grado de locura que desencadena la violencia. Hoy no cortamos manos ni decapitamos, pero sí traicionamos, difamamos, inventamos bulos interesados, construimos mentiras, derramamos sangre de otra manera por ambición. Cambian las formas, pero las relaciones mantienen ese grado de violencia y siguen siendo los débiles los que cargan con el peso de la crueldad», señala Vega, que vuelve a repetir con el dramaturgo Gabriel Calderón tras la delicada producción afrontada el pasado año, 'Clara y el abismo', nominada a los Premios Max de las Artes Escénicas.
«La única premisa que le pusimos a Calderón fue que planteara una revisión desde lo contemporáneo», añade el director que dirige en este montaje a Andrea Zoghbi, Yanara Moreno, María Filomena Martignetti y Rosa Escrig.
«Me seducen las propuestas de Calderón, un autor de referencia para Unahoramenos. Posee una perspectiva y una mirada siempre originales sobre el hecho narrativo que permite reflexiones y planteamientos escénicos certeros, propiciados quizás por su doble condición de director teatral y dramaturgo», puntualiza.
Desde el supuesto inicial alrededor de la leyenda del relativo y cuestionado éxito que tuvo cuando fue estrenada esta obra de Shakespeare, parte este montaje que sitúa al público ante el estrepitoso fracaso de la puesta de largo de una compañía teatral que acaba de estrenar precisamente su 'Tito Andrónico' en el Teatro Pérez Galdós.
«En el montaje coexisten la frescura hilarante con el pavor que destila el texto original. Desde el respeto a Shakespeare y al propio Calderón construimos las escenas que se adaptan a un espacio escénico singular. Uno de los aciertos del texto de Calderón es que expone la mirada femenina frente al drama desde perspectivas distintas», sostiene Mario Vega.
En esta ocasión el director se sirve de un módulo circular giratorio en el que se desarrolla toda la acción que contemplan sentados en un cuadrilátero no más de 180 espectadores. Sobre la isla de la cocina en la que tiene lugar una accidentada cena -a modo de ring- las protagonistas discuten, se retan y traicionan. «Como espectadores este montaje nos incita a realizar un viaje diferente y sentirnos imbuidos en la representación, porque las actrices emplean el mismo espacio en el que el público se sienta para contemplarlas generando un cierto conflicto», advierte.
«La versión de Calderón nos permite jugar con distintos planos y capas de interpretación. Su trama juega en paralelo con el texto de Shakespeare y el contemporáneo de Calderón. Los pasajes seleccionados de 'Tito Andrónico' se insertan inteligentemente en el desarrollo de las dos capas del montaje en las que se vislumbran, en definitiva, las relaciones de poder», apunta.
Mario Vega confiesa que en el propio proceso de construcción de esta nueva entrega que coproduce la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, «nos dimos cuenta que el recurso gratuito de la sangre y la truculencia de la violencia no aportaba nada al discurso del montaje. Sin verse la sangre, lo que sí se percibe es la violencia y la tensión intrínseca que se va apoderando de los personajes hasta concluir la obra», añade el director, quien admite que siempre se planteó «afrontar este Shakespeare sin recurrir a espacios comunes, huyendo del teatro clásico. Nuestras apuestas son contemporáneas y tienen que ver con los lenguajes con los que desde Unahoramenos deseamos relacionarnos con el público. El conflicto shakesperiano es un referente y cómo ubica en situación límite a los personajes han sido recursos empleados en los ensayos».
La perspectiva de género también está presente. «Hablamos de las estructuras piramidales de poder. Como convenimos con Calderón la situación de las mujeres revelándose a nivel mundial de una opresión y violencia que ya acumula siglos, se volvía en este montaje en una fuente de trabajo ineludible. Como apunta el dramaturgo al leer 'Tito Andrónico' surge una mirada de género en donde el abanico patriarcal se expresa en lo hecho al cuerpo y alma de Lavinia ultrajada por orden de otra mujer llamada Tamora».
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