Luis Díaz y las firmas de las estrellas del firmamento cinematográfico

Desde hace 25 años el teldense Luis Díaz viene compilando los materiales de una de las colecciones particulares más importantes y selectas de Europa. Este cinéfilo, especialista y analista de documentos de 47 años, posee una de las más preciadas colecciones privadas de autógrafos de directores, actores y actrices del mundo del cine, datados muchos de ellos en la época del mismo surgimiento del séptimo arte, hasta los años 80 del siglo pasado aproximadamente. 70 autógrafos originales de su colección integrada por más de 400 documentos, se exhiben hasta el 9 de noviembre en la exposición 'Luces, cámara...', abierta al público en el centro comercial El Muelle.

La historia de la colección de Díaz es la de la perseverancia. Tiene un valor incalculable y frecuentemente es reclamada desde la organización de festivales de cine internacionales, museos y eventos cinematográficos.

Entre los documentos que Luis Díaz conserva figura una carta de George Mèliés, una especie de 'santo grial' para los coleccionistas con la que el teldense se hizo después de buscarla durante diez años; el bosquejo del inconfundible perfil de Alfred Hitckock trazado por él mismo; una carta de Julio Verne, uno de los primeros guionistas del cine; una carta de los hermanos Lumière; un testamento fideicomiso único del actor Steve McQeen con validez para hacerlo efectivo un mes antes de su muerte; un cheque firmado por Greta Garbo por valor de 20 dólares del Chase Manhattan Bank o una fotografía acompañada de la firma original de F.W. Murnau, quien dirigiera en 1922 una obra clave del expresionismo alemán y uno de los iconos del nacimiento del cine de terror, 'Nosferatu'.

Díaz ha logrado articular una colección con mucho sentido a lo largo de más de dos décadas, siguiendo a través de la red el rastro de aquellos documentos singulares que le interesaban, documentándose previamente sobre la peculiar historia de muchos de ellos y contactando con coleccionistas privados y prestigiosas casas de apuestas, en donde conocen de su seriedad a la hora de perseguir cualquiera de sus objetivos. «Ahora puedo considerar que mi colección está completa», señala este comercial industrial que se define como «un meticuloso especialista entregado durante horas y horas al placer de la búsqueda». Algunas de ellas las ha tenido que seguir a través de siete idiomas diferentes mediante el traductor de Google. «Mi último tesoro fue la adquisición de un fragmento considerado bien cultural de una carta de puño y letra de Mary Shelley escrita cuatro años antes de morir por la autora de la novela gótica 'Frankenstein'», admite.

«El autógrafo sube su cotización cuando está firmado sobre una fotografía emblemática u otro objeto o artículo singular como un cheque y figura sin dedicatoria con trazo legible», explica el coleccionista. «Tengo una firma de Judy Garland estampada sobre un requerimiento jurídico, otras firmas realizadas con lápiz cuando aún no existía la estilográfica o una de Orson Welles sobre uno de sus guiones». dice.

Además, su colección abarca otras firmas de creadores de la cultura universal como Picasso, García Lorca, Hemingway, Agatha Christie, Unamuno, Alberti, Thomas Alba Edison, George Estmant (fundador de Kodak) o Dalí. El especialista y analista de documentos mantiene con medidas de protección estos tesoros con cristales especiales que protegen del efecto de la luz los delicados papeles y cajas absorbentes contra la humedad, que Díaz exhibe siempre junto al certificado de garantía y autenticación de cada documento, algunos de ellos extendidos por la famosa casa de subastas fundada en 1766, Christie's, o por el certificador norteamericano Steve Grad con el sello PSA/DNA o la Beckett Authentication Services.