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El escritor gallego Diego Ameixeiras, durante la tercera edición de Aridane Criminal. ANDREW GALLEGO
La lucha de Mateo entre la derrota y la esperanza

La lucha de Mateo entre la derrota y la esperanza

Diego Ameixeiras, Premio Nacional de la Crítica 2021 por 'El ciervo y la sombra' participó en La Palma en el tercer Aridane Criminal

Victoriano Suárez Álamo

Los Llanos de Aridane

Miércoles, 25 de enero 2023

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«Los últimos días de mi vida arden bajo mis párpados». Con esta frase arranca 'El ciervo y la sombra' (Alrevés), última novela del escritor gallego Diego Ameixeiras, con la que logró el Premio Nacional de la Crítica en 2021 y con la que aterrizó la pasada semana en la tercera edición del Encuentro de Novela negra y policiaca Aridane Criminal, que se desarrolló en la localidad palmera de Los Llanos de Aridane.

«Para mí, el tono de la novela tiene que estar claro desde el principio, desde el primer párrafo. Ahí tiene que estar todo, más allá de la brillantez. Sitúa en una historia que intento que esté contada con cierto aire poético y trascendental, que no se queda en la superficie de las cosas», explica uno de los exponentes de la novela negra contemporánea en España.

Mateo, que intenta salir adelante vendiendo drogas, protagoniza esta ficción. «Quería contar la historia de un personaje que carga con una mochila muy cargada de heridas abiertas y recuerdos, que tienen que ver con un amor perdido, la pérdida de los padres y las adicciones del pasado. Ese pasado está muy presente en el personaje. Desde un principio quise que a la vez hubiese una pequeña rendija que dejara pasar la luz y la esperanza. Mateo está en un momento en el que quiere aferrarse a la vida de una forma desesperada y quiere salir adelante. A pesar de ello, la novela está muy impregnada de un aire de pesimismo y fatalidad, ingredientes básicos en la novela negra que me gusta. Son circunstancias que viven muchas personas que han nacido en ambientes determinados, a las que la vida no les ha sonreído. Las cosas les cuestan más que a otros que tienen una estabilidad económica y emocional», subraya en una de las terrazas que jalonan la zona peatonal de Los Llanos de Aridane.

En 'El ciervo y la sombra' y en todas sus novelas negras, Ameixeiras huye de «espectacularizar» los crímenes y los bajos fondos. Apuesta, por el contrario, por humanizar las situaciones y a los personajes. «No se basa en un personaje real, aunque ciertas circunstancias y características sí que salen de gente que conozco, de otras que me han contado o he leído en los periódicos. Hago una combinación y de ahí sale la novela. El germen está en una atmósfera. Quería contar una historia de derrota y fatalidad y al mismo tiempo de luz y esperanza. Cuando alguien cae muy abajo, en su desesperación hay un motor que le lleva a intentar salir de ahí, porque no puede ir a peor. Cuando sales un poco, das un pequeño paso en esa sombra, algo en su interior se despierta. Al personaje de Mateo le ocurre con la aparición de un amor del pasado y la posibilidad de redención», explica.

El género como una posición moral

Esa apuesta por las atmósferas y por unos personajes más cercanos de los típicos que pueblan la mayor parte de las novelas policiacas y negras le otorga de forma natural una voz propia en el mercado. «En mis novelas no hay investigación y los policías son más bien figurantes. La novela negra para mí es una atmósfera, un tono, una mirada sobre la sociedad y una posición moral ante el mundo. Ver las cosas con una cierta crítica social y una empatía por los marginados, con los pequeños delincuentes y con los que tienen una voz desautorizada. Me gusta mucho el cine negro clásico, de los años 40 y 50, porque sabe atrapar muy bien esa atmósfera de fatalidad. Desde las primeras secuencias te muestra a unos personajes que intentan que las cosas les salgan bien, pero tú sabes que no lo van a conseguir y lo que están es clavando un nuevo clavo en su propio ataúd. Como espectador y lector me gusta seguirlos», confiesa el responsables de títulos como 'Dime algo sucio' (Pulp Books) y 'La noche del caimán', entre otros.

En sus libros no faltan los perdedores, piezas determinantes dentro del género literario por el que le gusta transitar. «Me atraen los perdedores. Todos somos perdedores en algún momento de la vida. A nadie le gustaría serlo como el personaje de Mateo en mi novela. Me gustan las historias de gente que pierde y a la vez son dignos. En su fatalidad tienen las dos piernas clavadas en la tierra, quieren salir adelante pero todas las fuerzas externas juegan en su contra. Contar historias de ganadores no tiene sentido. Todo el arte quiere consolarnos y contarnos historias que nos muestren que en nuestras pequeñas derrotas no estamos solos. Para mí, el interés está donde hay un conflicto y donde las heridas las tienen los perdedores», defiende sin ambages.

Un autor que escribe en gallego y a partir de una estructura previa para «saber en qué dirección ir»

Diego Ameixeiras cuida mucho el lenguaje y las estructuras de sus novelas. Reconoce, incluso, que en ocasiones intenta «que el cómo se cuenta sea más importante que lo que cuento». «La mirada de Mateo sobre las cosas es especial y está su interior, en sus heridas más que en sus acciones. Esto lo permite más la novela negra que la policial. Facilita detenerse y profundizar en ciertos ambientes opresivos», apunta en torno a su novela 'El ciervo y la sombra'.

Este autor, nacido en la localidad suiza de Lausana en 1976, escribe a partir de una estructura previa. Reconoce que lo de lanzarse al vacío y dejarse llevar por la propia historia que plasma sobre el folio en blanco no le funciona, al contrario que a otros compañeros de profesión. «Intento que haya una red, una estructura previa. No me lanzo al vacío al escribir. Intento saber en qué dirección voy, pero cuando estás escribiendo siempre acabas por unos derroteros imprevistos. Hay escritores para los que de repente les personajes cobran vida. A mí no me pasa. Patricia Higsmith lo explica muy bien en su libro 'Suspense', donde cuenta su vida y cómo escribe. Decía que planificaba muy bien las novelas pero hay un momento de niebla al final y te tienes que meter en ella para saber hacia donde vas de verdad», señala.

Ameixeiras escribe en gallego. Cuenta con Isabel Soto para traducir sus novelas al castellano, aunque en ocasiones lo ha hecho él mismo, como ha sucedido con la última. «Por la pandemia se retrasó su publicación en gallego hasta 2021 y quedaba un año hasta que saliera en castellano. La traduje y la reescribí un poco. No fui un traductor puro. Me permití algunas libertades. Es una versión más de la novela original en gallego», confiesa quien escribe en gallego por una cuestión «natural» ya que es la lengua en la que se expresa habitualmente y con la que entiende su vocación literaria.

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