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Gabriela Vicent
Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 31 de marzo 2024, 02:00
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Asegura Inés Martín Rodrigo (Madrid, 1983) que llevamos décadas, «si no más tiempo, a vueltas con la relación, buena, mala, regular, perniciosa, simbiótica, entre realidad y ficción. Pero lo cierto es que son las dos caras de esa moneda que es la vida». Con este precedente, la ganadora del Premio Nadal en 2022 con su personal novela 'Las formas del querer' profundizará «en las raíces en las que mi literatura se asienta».
La cita es el día 4 de abril en el ciclo 'Escritoras en la Casa-Museo Pérez Galdós', a las 19.00 horas. La entrada es libre y gratuita, hasta completar aforo.
«Mi obra se va construyendo gracias a ese fructífero diálogo entre la vida y la novela, mediante herramientas tan creativas y al mismo tiempo veraces (¿qué es la verdad?, ¿acaso existe?, ¿alguien la posee?), como la memoria, los recuerdos, siempre subjetivos y, por tanto, interpretables», dice. Y es que, para definir la separación entre la vida real y la ficción, la escritora y periodista parafrasea a Annie Ernaux: «La novela es ese territorio en el que se transfigura la realidad».
Aprovechando que visita el hogar natal del escritor canario universal, la autora revela cuál es su verdadera conexión galdosiana. «Benito Pérez Galdós fue uno de los autores que me permitió reconciliarme con la literatura española», afirma. «Según atestiguaron quienes le conocieron, porque de su boca nunca salió confesión alguna, amores tuvo bastantes, y todos ellos influyeron en su obra. Los personajes femeninos de sus novelas, desde la primera a la última, tienen ideas feministas tan actuales que su lectura es hoy más moderna que algunas sandeces que a menudo leemos en Twitter. Ellas fueron el fiel reflejo de sus conquistas, de sus amantes, de sus amores, y en ellas halló, quizás, el refugio que no le procuró su vida personal, al menos hasta el final», argumenta la periodista.
Inés Martín Rodrigo ganó el Premio Nadal en 2022 por su novela 'Las formas del querer'. Cuenta que la escritura de este libro fue un verdadero enfrentamiento interior. Sin embargo, las fronteras entre realidad y ficción parecen estar claras. «'Las formas del querer' es una novela y, por tanto, es pura invención», aclara la premiada. «Todo surge, la historia completa, de mi imaginación. Lo que sí hice fue filtrar el relato, la trama, con la realidad, mezclándolo con mi propia experiencia y la de quienes me rodean. Es eso lo que siempre, en mi opinión, hacemos los escritores. Somos observadores y nos nutrimos de lo que vemos. En ese sentido, lo más cercano es siempre la familia, las amistades, el trabajo, y de ahí surgen historias maravillosas».
Cuenta que James Salter, uno de sus escritores de cabecera, «siempre llevaba una libreta en un bolsillo en la que iba tomando notas, apuntando cosas que le llamaban la atención, trozos de conversaciones. Él desconfiaba de los escritores que presumían de inventarlo todo. La verdadera ficción, para él, venía de la vida. Así lo creo también yo», apunta.
Después, en su último libro, 'Una homosexualidad propia' (Ediciones Destino, 2024), se produce una declaración pública, la de su orientación sexual. ¿Era una cuenta pendiente o se trata de una guía para las generaciones que llegan detrás? «'Una homosexualidad propia' no es una declaración pública de mi orientación sexual», aclara la autora. «Todo lo personal es político. Ese es un libro personal y, por tanto, político. Empezó siendo un texto reivindicativo, que yo necesitaba escribir por mi propio compromiso, no solo social, sino literario, y terminó convertido en un texto de autoconocimiento. La escritura siempre te descubre cosas sobre ti que no sabías. A mí ya me había pasado con la ficción, pero nunca había escrito no ficción, y he comprobado que incluso te descubre más cosas que la ficción. Siempre terminas escribiendo el libro que necesitabas escribir. Es más, son los propios libros los que se te van presentando. Es un libro que surge de una necesidad. También he terminado haciéndolo en el momento en el que estaba preparada, hace diez o cinco años no podría haberlo escrito».
La mujer homosexual sufre, según Inés Martín Rodrigo, «una doble discriminación: por ser mujer y por ser homosexual. Desde mi punto de vista, y por lo que yo he vivido, los hombres homosexuales tienen, pese a la discriminación, un lugar más reconocido y reconocible en la sociedad. La mujer homosexual todavía es invisible».
Sin embargo, la escritora es de las que aún duda de la fortaleza de los derechos adquiridos, especialmente los que tratan sobre la identidad sexual. «Por fortuna, vivimos en un país en el que los derechos de los homosexuales están garantizados. De hecho, España es un referente en ese ámbito. Pero vivimos un momento especialmente crítico y creo que no somos conscientes de lo frágiles que son esos derechos. Hay que defenderlos a diario. Y, para mí, la escritura es una herramienta muy útil en la defensa de esos derechos», afirma reivindicativa.
Inés Martín Rodrigo también es periodista, además de escritora. Asegura valorar el poder de la palabra, tanto a nivel personal como profesional, aunque es posible que esa cualidad haya perdido valor hoy día. «Las palabras pueden herir. Igual que las palabras pueden enamorarte. Por eso tenemos que tener tantísimo cuidado a la hora de elegir las que empleamos, que van a formar parte de una entrevista o van a construir un libro. Pero también a la hora de relacionarnos a diario. Cuidemos las palabras para que podamos cuidarnos», recomienda.
Las palabras en las redes sociales se convierten en un arma doblemente peligrosa. ¿Es posible una receta mágica contra sus peligros? «No es necesaria una receta. Se trata, simplemente, de ser respetuosa y comportarse en las redes sociales tal y como una se comporta en la vida real, pues la virtual no es más que un reflejo de ella». Con la misma cautela, la escritora se reserva el contenido de su nueva novela, en la que ya trabaja. «Pero eso, de momento, prefiero que se quede entre mi editora y yo», advierte, a modo de excusa.
Tras catorce años en el área de Cultura de ABC, en la actualidad trabaja en el suplemento literario 'Abril' 'y es colaboradora de 'El ojo crítico', el programa cultural de RNE. Es autora de 'Azules son las horas' (2016), la antología de entrevistas a escritoras 'Una habitación compartida' (2020) y el cuento infantil 'Giselle' (2020). Ha prologado obras de autores como David Foster Wallace, Virginia Woolf o Carmen Laforet.
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