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Francesc Zanetti
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 19 de abril 2025, 22:09
En los años ochenta del siglo pasado Amalia Romero, la hija única del poeta Alonso Quesada fallecida en 2011, entregó a la catedrática recientemente desaparecida, Yolanda Arencibia, una bolsa llena de papeles para que los revisara y ordenara. Era parte de la documentación de su padre que Rita Suárez, su madre y esposa del poeta, había conservado para ella. Entre aquel tesoro de legajos explorado por Arencibia apareció un conjunto de cuartillas manuscritas con la letra inconfundible de Alonso Quesada, que contenía un diálogo costumbrista de tono popular canario sin título alguno, que ha sido ahora bautizado como 'Doña Juana y sus hijos'.
Aquellas 81 cuartillas numeradas de 21 × 15 centímetros sin título y sin firma, manuscritas con descuido por el poeta modernista, condimentadas con una caligrafía endiablada, tachaduras, palabras superpuestas y luego atravesadas horizontalmente por una despiadada línea que denotaba la disconformidad de su autor, toman forma de libro constituyendo la segunda entrega que el Departamento de Ediciones de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario incluye en su nueva colección 'Dramaturgias insulares', que visibiliza la literatura dramática canaria o dedicada a Canarias de todos los tiempos, priorizando el rescate de obras inéditas o poco difundidas.
Pero para que esos pequeños legajos con algún roto por el paso del tiempo hayan terminado por convertirse en libro han tenido que sucederse varios episodios en los que han intervenido varios especialistas. Desde la ingeniosa Yolanda Arencibia que acertó con el descubrimiento (nadie había hablado nunca de este texto) al experto Rito Martín Díaz, perito judicial especializado, entre otras materias, en grafística-caligráfica, que terminó certificando la autenticidad del documento que Arencibia había previamente planchado, fotocopiado con sumo cuidado y archivado con mimo en una carpeta que tituló 'Pinito'.
Rito Martín, presidente de la Sociedad Canaria de Expertos en Documentoscopia y Pericia Caligráfica, sometió a exploración grafonómica, grafométrica, grafomotriz y grafodocumentoscópica la documentación entregada por el Cabildo grancanario atribuida al escritor, poeta y narrador Alonso Quesada, pseudónimo de Rafael Romero Quesada. Martín, que ha realizado también para el TEA (Tenerife Espacio de las Artes) un estudio sobre la autenticidad de un cuaderno atribuido a Óscar Domínguez, especialmente destaca en este trabajo «la obtención de una huella dactilar que debe ser del autor, ya que ha quedado impresa en la obra al impregnarse su dedo con la tinta aún fresca cuando estaba escribiendo».
Con instrumentos ópticos punteros en tecnología de análisis forense, auxiliado por iluminación episcópica, diascópica y transmitida, con una diversa gama de longitudes de onda del espectro electromagnético (luz blanca y filtros de iluminación del espectro visible, ultravioleta e infrarroja), Martín ha determinado la autenticación de la obra que justificó en un completísimo informe pericial de 161 páginas.
El perito inicialmente trabajó en obtener lo que llama «las muestras dubitadas originales y muestras indubitadas adecuadas. La dificultad en la identificación de textos históricos se encuentra a la hora de obtener suficientes textos indubitados del autor y que sean anteriores, coetáneos y posteriores a las muestras dubitadas, es decir, que sepamos con máxima seguridad que han sido realizados por él, que tengamos una cantidad suficiente y que podamos controlar una posible evolución temporal de su escritura. Con el equipo forense Forenscope podemos observar elementos que no son visibles por el ojo humano, diferenciar tintas, observar la presión con luz rasante visible o con Infrarrojos, ver alteraciones, etcétera. Con toda la documentación recopilada pasamos a la fase de estudio de la información obtenida en el laboratorio de Ceperic Ciencia y Justicia. Comenzamos entonces con el estudio documentoscópico para destacar los elementos del documento, como tipo de útil escritural utilizado, características del papel y presencia o ausencia de alteraciones dolosas o no dolosas. Posteriormente realizamos el cotejo de los grafemas, buscando gestos tipo que identifiquen al autor de forma inequívoca y que se encuentren tanto en el dubitado como en el indubitado. A continuación, realizamos una comparativa con las fotografías que permitan demostrar las similitudes y diferencias encontradas y finalmente, reflejamos las conclusiones con los resultados obtenidos».
Yolanda Arencibia avanza en el prólogo del libro 'Doña Juana y sus hijos' que será presentado el día 23 de abril, a las 19.00 horas, en la sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás con ocasión de la celebración del Día Internacional del Libro, que se trata de «una obra menor, propia de Rafael Romero, pero no de Alonso Quesada», que siempre se cuidó de separar la genialidad del poeta que llevaba dentro de aquel otro desdichado ciudadano que se ganaba la vida de una infeliz manera como oficinista. «Fue Rafael Romero el escritor grande que guardaba a Alonso Quesada en su interior de poeta», advierte Arencibia en el prólogo.
Según avanza Arencibia el diálogo dramático, rebautizado ahora como 'Doña Juana y sus hijos', puede situarse en la línea de las tantas crónicas dialogadas que el también periodista Alonso Quesada publicó en la prensa, muchas de las cuales –tal vez, las mejores- aunó en la publicación de 1919 'Crónicas de la ciudad y de la noche'. Se trata de «un diálogo popular ligero y ágil, atractivo, cuyo marco es una de tantas casas de la burguesía popular en la capital de Gran Canaria, en donde viven los protagonistas, adonde llegan visitas, y cuya ventana es contacto abierto a aquella vida y sus menudencias», propone en la introducción de la publicación la insigne y respetada profesora desaparecida recientemente, en la que posiblemente fuera su última aportación académica escrita antes de fallecer el pasado mes de marzo.
«El conjunto de las crónicas de Alonso Quesada significa estupendos ensayos personales del mejor costumbrismo, en la línea que iniciaran los hermanos Millares y siguieran, tras él y muy de cerca, otros escritores», dejó anotado Arencibia.
Las cuartillas de Alonso Quesada fueron depositadas en noviembre de 2011 en el Archivo-Biblioteca de la Casa Museo Tomás Morales por representantes de la familia Llabrés Romero.
Están catalogadas dentro del depósito de dicha familia, compuesto por los herederos de la hija de Rafael Romero Quesada, Amalia Romero Suárez, conservadora del legado del escritor hasta su fallecimiento.
Es imposible saber en qué fecha fue escrito el texto. Lázaro Santana, en su Introducción al teatro alonsiano que reedita en 2014, lo sitúa temporalmente en la secuencia cronológica de publicación de 'Escenas aplastantes del verano' y 'Escenas isleñas', entre junio y julio de 1915.
Para esta segunda edición de la Colección Dramaturgias Insulares que pone en circulación el Departamento de Ediciones del Cabildo que gestiona Octavio Pineda, se ha actualizado la ortografía y la puntuación. Cuando han surgido dudas entre lo normativo y lo popular, se ha optado por la variante que se ha creído más conveniente en ese momento para que el texto resultara fluido y cercano al receptor contemporáneo, sin traicionar el ritmo popular que Alonso Quesada confirió a esta pieza cuando la escribió.
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