

Secciones
Servicios
Destacamos
Como un «libro amatorio con contenido erótico» define el poeta Federico J. Silva (Las Palmas de Gran Canaria, 1963) su más reciente desembarco en las librerías, 'Puerco cuerpo' (Ediciones La Palma).
«Es una idea que tenía desde hace tiempo. No comparto la que tenía Cervantes que decía que el amor y el deseo son cosas diferentes, porque lo que se desea no se ama y al revés. Yo, todo lo que amo lo deseo y todo lo que deseo lo amo», apunta el escritor sobre las «líneas generales» por las que transita este nuevo poemario.
«Puerco cuerpo, dichoso cuerpo hecho de instantes,/ [cuerpo mortal y cuerpo vivo,/vivo y vibrante cuerpo,/ cuerpo que vuela sin volar y se revuelca, se/ [revuelca el cuerpo puerco/ y se levanta y levita», es el poema de Darío Jaramillo Agudelo que le inspiró el título y abrió las puertas para que fluyera su poética en este libro.
El ganador en 2004 del Premio Hispanoramericano de Poesía Dulce María Loynaz trata de «no aburrirse» cada vez que traslada al folio en blanco su poética, por la sencilla razón de que si eso sucede, «el lector seguramente se aburrirá el doble que yo». «En 'Puerco cuerpo' he tratado que fuera un libro muy libre, pero poniéndome un cierto corsé. Al ser un libro tan sucio y descarnado lo llevé todo al verso endecasílabo, pero no al modo de Petrarca, sino al mío. Me autoimpuse esa imposición métrica a modo de cárcel y a su vez de terreno de libertad», explica.
Los 68 poemas de 'Puerco cuerpo' no los escribió originalmente con endecasílabos, sino que llevó a cabo un importante trabajo posterior de traslación a esta métrica. «Supuso una poda importante. Me permito muchas libertades, con versos encabalgados e incluso acabo algunos con preposiciones. Es un recorrido iconoclasta, donde incluso llevo a mi terreno poemas que tienen que ver con lo místico», confiesa el ganador del Premio Internacional de Poesía Tomás Morales en 2004.
Este 'juego' métrico que relata con los endecasílabos es un fiel reflejo de buena parte de las claves de su travesía por los mares poéticos y que lo ha convertido en una de las voces más respetadas a nivel insular y nacional, con traducciones de algunos de sus poemarios al inglés, italiano y portugués. «Forma parte de mi interés por el lenguaje, por la intertextualidad y por los elementos paratextuales. Que, por ejemplo, un poema de diez versos lleve cinco citas no lo considero un ejercicio de soberbia. Todo lo contrario. Forma parte de mi idea de que todos los textos tienen un diálogo con nuestra tradición», apunta el escritor y profesor de Lengua Castellana y Literatura.
Entre la erótica y la carnalidad de los poemas de ''Puerco cuerpo' se cuelan pequeños destellos de otras señas de identidad del autor de volúmenes como 'Donde menos se piensa salta el gatoliebre' (2005), 'Poeta palabrota' (2014) y 'Silva Rerum' (2020), entre otros. «La parodia y el humor son lo único que puede quebrar los vestigios del neorromanticismo que aún nos queda y que es empalagoso y aburrido. 'Puerco cuerpo' es un libro que tiene denominación de origen. Para alguien que haya seguido mi obra es identificable, porque creo que hay una voz propia. Los poetas somos distintos y no somos clones, podemos tener una cercanía lírica en algunas cuestiones, pero no vamos en la misma barca», señala.
Y dentro de ese camino lo que siempre ha evitado es caer en el sentimentalismo, tendencia que marca buena parte de la pseudopoesía que emerge cada día en las aguas de internet. «Cada vez leo más afirmaciones en las redes sociales donde se liga la poesía con el sentimentalismo. Es un error lamentable. La poesía es una obra de lenguaje por encima de cualquier otra cosa. Es una obra de ficción 'Ma non troppo'. Estás en todo lo que escribes, pero no todo es necesariamente tú», puntualiza.
También se ha editado este año 'Del vicio solitario y del deseo de compaña nueva' (Averso), una antología sobre su producción poética.
«Las antologías me producen cierta frustración, porque hay que ajustarse a un número de páginas y me da pena quitar algunos poemas. Este libro es el producto de una poda en mi producción durante los últimos 30 años. La selección ha sido costosa y creo que coherente. Hay poemas actuales junto a otros de mis inicios. Están trabajados y recorregidos», explica Federico J. Silva, poeta que reconoce que, al igual que Juan Ramón Jiménez, nunca deja de corregir y anotar cosas en sus poemas ya publicados.
Entiende que su producción poética forma parte de un proceso continuo e interconectado. «En el libro que terminas está el germen del siguiente. Por ejemplo, publiqué en el 98 'Ultimar en tus brazas', donde incluía un poema sobre Pompeya. En el 2005 acabé publicando 'Era Pompeia'... La poesía se va escribiendo sola, es un diario de vida, aunque practico el enmascaramiento y el correlato objetivo. No practico el confesionalismo, pero sí que hay mucho de mí, de mi vida y mis sentimientos en mis poemas», apunta.
Esas tres décadas publicando otorgan perspectiva a Federico J. Silva para reflexionar sobre el momento poético actual, tanto en las islas como a nivel nacional. «Para los de mi generación, fue una ventaja que antes no hubiera tantas ventanas para publicar como existen ahora», señala en referencia a internet y a las autoediciones.
«Ahora, hay editoriales que editan mucho y sin criterio. También están las redes sociales e internet. Nosotros nos concentrábamos en mandar nuestros poemarios a los premios y eso hacía que llegaran muy trabajados, pulidos y revisados. Hoy se escribe de otra forma. Se publican cosas infumables, no existe ni un canon ni una jerarquía. Se ha olvidado que no todo lo que se escribe es literatura», defiende.
Es consciente de que con la literatura son muy pocos los que se hacen «ricos». «Vivo de otra cosa, de dar clases, lo que me resta mucho tiempo para escribir. Pero la escritura es mi pasión y escribo sin prisas. Tengo muchos poemas inéditos que no pertenecen al poemario que tengo ahora en la cabeza y que sé que tardará tres o cuatro años en publicarse». Mientras tanto, seguirá con su «libretita a mano para que en cualquier momento salga el poeta que llevo dentro», asegura Federico J. Silva entre risas.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.