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Carla Antonelli presenta este viernes su libro de memorias en la capital grancanaria. C7
Carla Antonelli: «34 años después de irme he podido volver a caminar orgullosa por mi pueblo»

Carla Antonelli: «34 años después de irme he podido volver a caminar orgullosa por mi pueblo»

La actriz, activista y senadora por Más Madrid acude a la Casa-Museo Pérez Galdós para presentar su libro de memorias 'La mujer volcán'

Gabriela Vicent

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 10 de abril 2024, 02:00

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«La vida no son solo viajes de ida, también lo son de vuelta», reflexiona Carla Antonelli, tinerfeña criada en Güímar, con veranos eternos y marineros en El Socorro que, tras una vida de farándula, política y activismo trans, se decide, por fin, a rendir cuentas con su pasado. Con «casi todo», matiza. El viernes, día 12 de abril, a las 19.00 horas, presenta en la Casa-Museo Pérez Galdós, en la calle Cano de la capital grancanaria, 'La mujer volcán' (Ed. Plaza&Janés, 2024), libro de memorias, escrito «a cuatro manos» con el escritor y periodista tinerfeño Marcos Dosantos, que acompaña a la primera senadora española transexual en el acto. La entrada es libre y gratuita, hasta completar aforo.

«De Güímar me fui con más miedo que vergüenza, y regresé emocionada para fundirme de nuevo. Güímar todo me lo quitó, pero luego todo me lo dio», recuerda la senadora que fue militante del PSOE y que lo abandonó tras la última y definitiva decepción por la gestión de la tramitación de la denominada 'Ley Trans'. «Ya soy capaz de ir caminando y me siento en la plaza de San Pedro, e incluso soy conocida en el bar. Esto era impensable. Yo me acuerdo de ir en los 80 y 90 y pasar morbosamente por las calles de Güímar, escondida tras los cristales de un coche, y de ver a mi madre a escondidas. Caminar orgullosa solo se produjo 34 años después, una noche de luna llena, la noche anterior a la entrega de los premios Cardón, en el año 2009».

El rol femenino en Galdós

El mundo literario de Galdós es un universo inefablemente femenino. Aparte de lo obvio, el origen canario de ambos, Carla Antonelli asegura que ha ido encontrándose, «de una manera u otra, con la obra de Benito Pérez Galdós», cuya Casa-Museo ahora visita para presentar su libro de memorias. Lo primero, una anécdota literaria de su época de actriz. «Allá por los años 80 hice una prueba de casting para participar en la famosa serie 'Los gozos y las sombras', basada en la obra de Torrente Ballester. Según me dijo mi representante, podía haber cuajado para uno de los papeles, pero cuando se enteraron de que era 'trans' me echaron para atrás, ya que yo no había dicho absolutamente nada. Algo parecido me pasó con 'Conan el Bárbaro'», recuerda. «Luego, Galdós protagonizó un verdadero cine de la transición. Que Concha Velasco terminara 'Tormento' en una estación de tren gritando 'puta' a todo pulmón, en el año 1974, es un verdadero triunfo contra la censura».

Su reencuentro con Galdós fue ya en la Asamblea de Madrid, inmersa de lleno en la política, de cara al Bienio galdosiano (2018-2020). «Yo llevé a la Comisión de Cultura de la Asamblea de Madrid una moción para rescatar la figura de don Benito, pero, sobre todo, para recuperar también el valor del Madrid galdosiano: su vivienda, su tumba en el cementerio de la Almudena, que está abandonada, la biblioteca galdosiana del parque del Retiro, junto a su escultura. Se proponía una comisión ex profeso, en la que iban a estar incluidas las comunidades canaria y cántabra. Después, cuando llegó la efeméride, se hicieron algunos actos, y poco más, aunque incluso el PP votó a favor de la propuesta», recuerda la actual senadora por Más Madrid.

Quitarse cosas de encima

«Más que cuentas pendientes, 'La mujer volcán' es para mí como hacer una limpieza, quitarme cosas de encima», define Antonelli el libro que presenta. «Contar y escupir es sanador, verbalizar historias y situaciones, también. Todavía me conmueve hablar de ciertas cosas, aunque ya, por fin, lo puedo hacer de forma serena. Al final, todas esas historias devuelven paz de espíritu», confiesa.

«Desde la emisión del documental de Fernando Almeda 'El viaje de Carla', todo el mundo me preguntaba que para cuándo una biografía. Alguna vez tenía que ser y yo creo que con 64 años ya tocaba, aunque hoy día hay quien la hace con 23», se justifica la activista con ironía. «También tenía claro que, si publicaba una biografía era para contar; para ir y no decir nada, mejor no ir, como decía aquel».

Y es cierto que en este libro «he hablado de cosas sobre las que nunca me había pronunciado, y muchas son aspectos familiares que jamás había sido capaz de verbalizar. Quería entregar algo nuevo y, al mismo tiempo, quitármelo yo de encima».

«No me he arrepentido en ningún momento. Las cosas son porque tienen que ser y después de sucedido es absurdo hacerlo», asegura Carla Antonelli acerca de su trayectoria política sin tapujos, incluyendo el 'abrupto' final de su militancia en el Partido Socialista a causa de las discrepancias surgidas durante la tramitación de la conocida como 'Ley Trans'. «Más que nada, porque no vas a reconstruir ni a mover lo que sucedió y, además, y en este caso concreto, eso llevaba un camino, un camino que no arrancó en octubre de 2022», trata de explicar la senadora. «Lo más duro sucedió el 9 de junio de 2020, cuando salió aquel argumentario de la mano de Carmen Calvo que creó una intoxicación masiva dentro del propio partido, sobre el proyecto de la Ley Trans, porque lo envió a todas las agrupaciones de España. Esto provocó un trauma en mí y es lo que narro en el libro. Estuve todo un mes llorando. El proceso fue quizás lo más duro. Después vino la defensa desde el sitio donde estaba, un escaño, para presionar para que todo pudiera salir adelante. Lo que pasó en octubre es que parecía que todo discurría y hubo un parón. Se empezaron a ampliar los plazos de enmiendas y la información que me llegó desde dentro es que se pretendía llevarlo al olvido en el 2023 y que si había un adelanto de elecciones, allí moriría».

Ese fue el detonante para una decisión irrevocable. «Allí me quedé de piedra. Era una ley que ya había pasado por el Consejo de Ministros, por todos los informes jurídicos, de Interior, de Registro Civil... Se me dispararon todas las alarmas, y entonces fue cuando dije: hasta aquí. Si eso sirvió para poner un granito más de arena para que todo se 'desatrancara', junto con las manifestaciones que se hicieron ese mes de diciembre, bienvenido sea. Lo traumático no fue el proceso, sino como yo lo somaticé».

Más pedagogía

«Es inagotable el empeño de algunos medios de comunicación en sacar día sí día no historias en peyorativo, lanzando una imagen oscura, buscando con lupa quién mató, quién violó, fraudes de ley en el ámbito militar... Si se lanzan esos mensajes de forma continua sobre un colectivo es una clara condena a la estigmatización», sentencia Carla Antonelli.

«Hay que hacer pedagogía, sensibilización y concienciación. Las personas trans no somos ni más ni menos, sino un fiel reflejo del resto de la sociedad. Tenemos que combatir la desinformación, defendiendo lo que ya habíamos conseguido, como está pasando, por ejemplo en la Comunidad de Madrid, tenemos aún un gran trabajo de implementación de la Ley Integral Trans», añade.

«Por supuesto que he vuelto a El Socorro», reconoce Antonelli cuando regresa a su primera infancia, según recoge en sus memorias. «Aquella casita pequeñita donde pasaba los veranos es ahora de un hermano (con el que no me hablo) y, la verdad, es que sería un flash que yo caminara por el interior de esa casa y recorriera cada rinconcito. Hace dos años partí el año, por primera vez en mucho tiempo, en Güímar. De repente, afloraron los recuerdos de todos lo amaneceres, de ir a mariscar y los amiguitos de la infancia. Curiosamente, luego he identificado que, al menos tres de ellos son del colectivo LGTBI. Nos juntábamos sin saberlo».

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