«La buena literatura mejora a la sociedad y una sociedad que crece genera más y mejor literatura»
Antonio López hablará el 25 de mayo en la Casa-Museo Pérez Galdós, sobre las tres vertientes de su obra narrativa: microficción, relato y novela
Gabriela Vicent
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 22 de mayo 2023, 02:00
De familia palmera con hondas raíces a ambos lados del Atlántico, el escritor Antonio López Ortega (Venezuela, 1957) tiene clara vocación isleña. De 'la octava isla' se trasladó con su mujer a Margarita en 2011, tratando de conservar la libertad artística y creadora de ambos. Desde 2017 está asentado en Tenerife, donde compagina su escritura con la labor de gestor cultural y 'puente' entre creadores venezolanos y españoles. El día 25 de mayo, a las 19.00 horas, llega a la Casa-Museo Pérez Galdós de la capital grancanaria para conversar sobre las tres vertientes de su obra narrativa: microficción, relato y novela.
«Los distintos géneros los he trabajado de manera simultánea, aunque puedo deslindar ciertos períodos», adelanta López Ortega. «Borges decía que el cuento es anterior a la novela, y no se equivocaba, porque desde el origen de los textos cosmogónicos ya estábamos fabulando. La novela, en cambio, tiene su origen en la Edad Media, pero es a partir de Don Quijote que se vuelve moderna», reflexiona el escritor, que ha publicado hasta la fecha los títulos 'Ajena' (2001), 'Fractura' (2006), 'Indio desnudo' (2008),' La sombra inmóvil' (2013), 'Kingwood' (2019) y 'Preámbulo' (2021).
Según López, «la idea de un relato o de una novela va creciendo sin que sepamos adónde nos lleva. La diferencia podría estar en que el relato tiene estructura medular, mientras que la de la novela es más bien coral. Una imagen, una noticia, una visión o algo que te ha dicho un amigo podría ser el inicio de un relato; la novela, en cambio, necesita sucesión, temporalidad, cambio de estado. Dependiendo del propósito, el acto de escritura puede desembocar en relato o novela».
El escritor, que siempre trabaja en varios proyectos a la vez, se encuentra en este momento en proceso de elaboración de una nueva novela titulada 'Los oyentes', que será publicada por Pre-Textos en septiembre de este año, que López considera su trabajo narrativo más ambicioso. «A manera de pista, creo que puedo decir que se trata de un hondo homenaje al rock progresivo», señala.
Gestión cultural
Además de su exitosa carrera como escritor en su país natal Antonio López ha ejercido una encomiable labor como gestor cultural, colaborando en la difusión de nuevas voces de la literatura venezolana en Europa. «Conozco la realidad cultural de mi país como pocos, pues una las funciones que más me enriqueció fue haber estado al frente de la Fundación Bigott, hasta hace poco la segunda fundación cultural privada del país, que ha hecho un trabajo encomiable en el campo de la antropología y de la cultura popular. Adicionalmente, desde siempre, me han interesado los proyectos editoriales. En Margarita, y con ayuda de la editorial Pre-Textos, comencé un trabajo de proyección internacional de la literatura venezolana, ya que la edición en Venezuela estaba casi paralizada. Con Gina Saraceni y Miguel Gomes, en 2019, editamos una antología de poesía venezolana del siglo XX llamada 'Rasgos comunes', que hoy es referencia inevitable. La dispersión geográfica la combatimos gracias a las redes. Todos estamos al tanto de lo que los otros hacen, y cada quien suma para que la nuestra sea una sola literatura. La existencia de varias generaciones tampoco es un obstáculo para que nos conozcamos e intercambiemos impresiones. Lo que sería en otros países una política pública, en nuestro caso lo hacemos con el esfuerzo de todos».
Cree fervientemente en la función social de la escritura porque «toda buena literatura mejora a la sociedad. Y, a la vez, estimo que una sociedad que crece genera más y mejor literatura». Ha mencionado en alguna ocasión que Venezuela vive en un estado de aislamiento insular de su propia historia, «secuestrado» por fuerzas que no tienen nada que ver con la lenta construcción republicana, que comenzó en 1830. «Venezuela se planteó como un proyecto republicano desde 1830, pero durante todo el resto de siglo XIX tuvo avances y retrocesos. El último dictador del período, Juan Vicente Gómez, proyectó su sombra hasta 1936, año de su muerte. A partir de allí comenzó un interesante proceso de recuperación republicana, con altibajos, que condujo al período democrático que se instaura en 1958. Yo me siento parte de la era democrática, porque nací en 1957».
Desde entonces todo parece haberse ido desmoronando en Venezuela, un país del que se han visto obligados a salir siete millones de venezolanos desde finales de los noventa del siglo pasado. «Las dos tentativas de golpe en 1992 resquebrajaron el estamento civil y condujeron a lo que hoy tenemos desde 1998: un régimen dictatorial, de fuerte impronta militarista, que se autoelige y saquea las arcas públicas. Las grandes taras históricas que hemos tenido son el militarismo, que es herencia de la Independencia, y la corrupción, que se debe a la falta de una gerencia pública proba. Nuestra situación sigue siendo trágica: basta ver los indicadores sociales que llevan las instituciones serias para entenderlo. Nada ha cambiado en Venezuela, sino para peor», lamenta López.