Una 'Tosca' fiel a Puccini para abrir la temporada

«Contamos con tres magníficos cantantes que son un sueño para cualquier director artístico», subraya Ulises Jaén, director artístico de ACO sobre unos montajes que cuentan de nuevo en el foso con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), dirigida por Ramón Tebar, así como con el coro infantil de la misma formación y el adulto de este festival de ópera, que dirige Olga Santana, sobre el escenario.

Erika Grimaldi afronta la próxima semana un doble debut. Se estrena dentro de la temporada operística grancanaria y asume por primera vez el rol de Tosca. «Es un personaje diferente a los que he interpretado con anterioridad. Es muy pasional y pasa por momentos muy sanguinarios. Tiene mucha fuerza y lucha y por eso me gusta especialmente», apuntó la artista este miércoles durante la rueda de prensa celebrada en el escenario del Galdós.

Reconoce que cantar Tosca «no es fácil». «Es muy difícil de cantar. El primer acto es un poco más ligero, pero el segundo es muy complicado. Tiene momentos muy extremos, con muchos graves y dos agudos. El tercer acto vuelve a ser un poco como el primero para mi personaje», destaca quien resalta el nivel de los cantantes que la acompañan.

El polaco Piotr Beczala se estrena también en esta temporada, pero su personaje de Mario Cavaradossi lo tiene incorporado a su repertorio desde hace tiempo. «Me gusta mucho este rol y estoy feliz de que cuadrase finalmente la oportunidad de venir aquí, que llevábamos trabajando desde hace siete años y se tuvo que aplazar por la pandemia de la covid-19», explicó quien finalmente tuvo que suspender su participación en 'La Bohème' que por la situación sanitaria se representó en el Auditorio Alfredo Kraus en noviembre de 2020.

Beczala, una estrella internacional que según Ulises Jaén «ha construido su carrera de una forma ejemplar», explicó que su rol «es muy lírico y está muy bien escrito». «Me permite aportar toda mi experiencia, porque es un rol que casi en su totalidad es para tenor lírico. Con Puccini hay que tener una idea más horizontal, casi como las olas en la playa. Hay que repensar un poco las frases que toca llevar a cabo», añadió.

El barítono George Gagnidze vuelve a la isla tras dejar un gran sabor de boca en un 'Macbeth' que también se representó en el Alfredo Kraus por la pandemia. Ahora asume el papel del barón Scarpia, «un dictador que está muy enfadado porque Napoleón está en guerra con Roma», explicó. Se trata de un personaje que ha cantado en 144 funciones, 44 de las mismas en un escenario tan emblemático como el Metropolitan de Nueva York. Desde su punto de vista, la clave para llevarlo a buen puerto es tener claro que Puccini es distinto a Verdi, «es verismo», lo que requiere «estar muy atento para no engrandecer la voz» más allá de lo que precisa la partitura.

El tenor polaco Piotr Beczala se congratuló de participar en «una producción fantástica», no solo por los cantantes que le acompañan, sino porque «no hay tantas oportunidades de cantar 'Tosca' tal y como la escribió Puccini, lo que sí nos permite esta propuesta y eso es un plus para venir aquí».

Ulises Jaén defendió la apuesta que impera en ACO de representar las óperas de una forma fiel a las ideas de sus compositores. «Nos alejamos de la tendencia que impera en Centro Europa, donde se desvirtúa la partitura con la puesta en escena. Se apuesta por directores de teatro que hacen unas óperas que dejan irreconocible el argumento original y donde lo que impera es el ego del director. Se ha hecho hasta un 'Nabucco' donde todos son abejas», aseguró.

Daniele Piscopo, habitual en las temporadas de ACO, firma la dirección escénica de esta 'Tosca'. Apunta que se trata de una visión «tradicional pero desde una perspectiva contemporánea y con elementos especiales para celebrar los 200 años del nacimiento de Puccini».

Para el primer acto sigue la idea del legendario Franco Zefirelli, que defendía que requiere de una «luz dorada, divina como procedente de Dios». El segundo acto, que transcurre en la habitación de Scarpia, cuenta con «la simbología de unas cadenas, con un atrezo parecido al de la tortura», mientras que para el tercero, donde impera la muerte y el dolor, han apostado por una «escalera que parece flotar entre el cielo y la tierra».